José María Peris, Vicent Molins, Desmemoriats y Vicente Bau analizan el partido frente al Gante
VALENCIA. El Valencia sumó su segunda victoria en la Liga de Campeones tras derrotar al Gante por 2-1 gracias a los goles de Sofiane Feghouli y Mitrovic en propia puerta que permite colocar al equipo con seis puntos en la clasificación del grupo.
Los colaboradores de Plaza Deportiva, analizan el duelo frente al Gante:
VICENT MOLINS
Visto lo visto, qué gloria divina el sorteo de Champions. Un Valencia sin hacer supera obstáculos porque las pruebas son lo suficientemente asequibles como para ir sobrellevándolo. Una preocupación: juegue quien juegue el equipo no logra dominar un partido... ni aunque sea contra el Gent. No es cuestión de nombres, es otra cosa. La intensidad inicial le valió para crear ocasiones de sobra, poder cerrar el compromiso y a otra historia. Pero eso nunca ocurre este curso. Luego vino la atonía, como si este equipo estuviera desnutrido. Se van superando pruebas, ¡bien!, pero la falta de consistencia persiste día tras día.
DESMEMORIATS
Con césped seco y rápido el Valencia voló, tuvo lo que no ha tenido todo el curso, ocasiones y llegadas que de haber materializado se hubiera puesto 3-0 a los 20 minutos. A partir de ahí, desastres. Un equipo por oleadas, que defensivamente no hizo nada bien, teniendo que llegar a los centrales para recuperar un balón. La media, un agujero negro. Andrés y Parejo son muy guays, pero juntarlos comporta dejar vendido a Fuego, y como aquí nada va al derecho, ponerlos lejos de suponer secuestrar la posesión supone regalársela al Gante y jugar a correr. Osea, sufrir. El desastre se completa con el partido de Gaya y Mina, una banda coladero en tareas defensivas. En definitiva, un equipo desequilibrado, partido en dos, que se ha impuesto por empuje mientras se lo comían con patatas en casi todos los aspectos tácticos del juego.
VICENTE BAU
LO QUE VALE
Olvidemos el partido. Olvidemos que un mal Valencia se llevó el partido. Y quedémonos con lo más importante: la victoria. Miren, en la Liga de Campeones te pueden caer rivales estilo Gante que parece que no son nada pero te lo ponen crudo. Y añadamos un detalle igualmente importante: la victoria del Zenit ante el conjunto de Lyon. Bien, si lo sumamos todo y nos olvidamos un poco del encuentro de anoche la realidad nos indica que el Valencia ha dado un paso de gigante para pasar a la siguiente fase de la Liga de Campeones. Un paso casi decisivo. Y eso es lo más notable que vivimos anoche en Mestalla. ¿El juego? Bueno, esto casi que lo dejo para otro capítulo. Un Valencia de más a menos -a casi nada- se impuso al Gante gracias a un gol de rebote de alguna forma firmado por Gayà, Y poco más. El Valencia tiene mucho que mejorar en todas sus líneas. Sigue siendo poco equipo. Sumando puntos... pero poco equipo.
JOSÉ MARÍA PERIS
Ganar, ganar, ganar y volver a ganar. Luis Aragonés, que de esto sabía un rato, lo dejó para la historia. Y conforme está el patio de enrarecido, es la mejor noticia que se puede decir de un partido frío y que no pasará a la historia ni de la Champions ni de los aficionados, a no ser que alguno de ellos haya pescado hoy un resfriado con la lluvia.
El equipo ha comenzado bien, con rapidez en la circulación de la pelota. Con un André suelto y gustándose a ratitos, con Parejo bregando un poco más a la altura de Fuego y con Mina comenzando a amortizar, muy poquito a poquito, su coste. Las apariciones de Feghouli ya no son noticia, pero aportan ese desequilibrio necesario, vea puerta o no, asociándose casi a la perfección con Cancelo en tareas ofensivas.
Con el gol, el equipo se relajó un poco. Y con el empate, el equipo ha dudado. Es débil de mente. Y quiero añadir un 'todavía' porque confió que se está trabajando en mejorar el aspecto mental, uno de los hilos que conviene reforzar.
La intervención salvadora de todos los partidos de Jaume, escandalosa por el error de Santos, la contabilizamos incluida ya en el precio de la entrada, mal que nos pese, por culpa de ese vicio adquirido de no mantener el mismo nivel en las reanudaciones. Y aunque el segundo gol haya sido decisivo, no me acabo a acostumbrar a ver a los dos laterales en el área contraria, por mucho que Fuego se incruste entre los centrales y mantenga la vigilancia defensiva en una línea de tres.
Por último, eché de menos más buscar la espalda de su defensa de tres. Pensaba que, con el once presentado, esa iba a ser el principal discurso ofensivo. Otra vez será, supongo.
Ah, los delanteros siguen sin marcar. Una semana más cerca para que los hagan. Espero.