VALÈNCIA. Con la renovación de Álex Blanco hasta 2022, el Valencia CF continúa estableciendo las líneas maestras para asentar una plantilla marcada por la economía de guerra que preside la política deportiva del club desde que así lo decidiera Meriton en el verano de 2019.
Los parámetros para los próximos meses parece que no van a variar lo más mínimo del escenario que venimos contemplando ya desde hace un tiempo por parte del club. Los pilares de esta etapa del Valencia CF se resumen en una absoluta contención del gasto, venta de futbolistas para cubrir las necesidades presupuestarias y las obligaciones de pago, y poca o ninguna inversión de cara a formar una plantilla competitiva.
De este modo, los jóvenes y alguno de los jugadores más arraigados en la plantilla son los que van a tener que seguir tirando del carro, a excepción de que el club encuentre el próximo verano aquello que se negó a buscar hace un año y tuvo que variar en enero: algún futbolista cedido para cubrir puestos en el plantel.
Es por este motivo que el club lleva desde el verano pasado inmerso en su política de renovaciones. En julio se renovó a Hugo Guillamón hasta 2023. En septiembre el club prolongó los contratos de Esquerdo y de Racic hasta 2024. En diciembre fue el turno para Yunus, una operación que también blindaba el pasaporte del futbolista debido a la normativa vigente que seguía considerando comunitarios a los jugadores británicos durante tuvieran su contrato de trabajo pese al Brexit, siempre que dicho contrato estuviera firmado antes del 1 de enero de 2021; prorrogó su vinculación con el club blanquinegro hasta 2026. En enero el club anunció el acuerdo para que Gabriel continuara hasta 2024, siendo el jugador más veterano de los que Meriton ha renovado en este último año.
Además de la patata caliente de la renovación de un futbolista contrastadísimo como Jose Luís Gayà, el club de Mestalla pretende renovar dos de los jugadores con mayor protección como Kang In y Koba Lein.
Sin embargo estos dos casos van a presentar muchas dificultades para una entidad estancada en lo económico e incapaz de ofrecer un proyecto atractivo a dos futbolistas que van a tener multitud de ofertas. En el caso del surcoreano, en enero ya llegó con varias ofertas debido a su descontento por la falta de minutos este año. Por el momento su renovación está parada y no parece que pueda haber novedades hasta el verano. A día de hoy no se puede asegurar su marcha, pero no es para nada descartable una salida. Y en el caso de Koba, no parece que esté muy por la labor de enrrolarse en un proyecto sin ningún tipo de aspiraciones deportivas. Seguro que en el verano habrá movivientos importantes en ambos casos.