El Valencia postmercado: menos equilibrio y más argumentos ofensivos

VALÈNCIA. El lunes de la semana pasada concluía el mercado de fichajes en la ventana europea invernal. Lo hizo también para un Valencia CF que se presentaba a esta cita con los deberes marcados de manera clara por José Bordalás: las necesidades eran la de un central de rendimiento inmediato y un medio centro defensivo.

Llegado el 1 de febrero el Valencia CF incorporó al suizo de 24 años Eray Cömert, al medio centro ofensivo de 19 años Ilaix Moriba y al interior/extremo zurdo de 20 años Bryan Gil.

Las modificaciones de la plantilla no acabaron ahí. Cristian Rivero salió cedido hacia el Alcorcón, Piccini se fue al Estrella Roja, Alex Blanco al Como italiano, Jason al Alavés, Manu Vallejo al Alavés y -la marcha que más dolió al técnico- Daniel Wass salió en dirección al Atlético de Madrid.

A priori, las incorporaciones poco tenían que ver con lo pedido por Bordalás quien recordó al día siguiente de cerrarse el mercado que no había venido el medio centro defensivo que tanto había pedido para este mercado, lo cual añadido a la marcha de Wass multiplicaba los problemas en el centro del campo del equipo: "Era un prioridad el mediocentro. Hablamos de Ilaix como un 8 o un 10. Ha salido Daniel y no hemos cubierto esa posición. Es la realidad. Voy a intentar que el equipo dé el máximo rendimiento. Aún faltándoles la experiencia nos van a ayudar". Jugados dos encuentros (Cádiz en Copa y Real Sociedad en liga), el equipo evidencia la endeblez en la zona central sin un "6" puro que dé equilibrio y con un Cömert que está notando en exceso la inactividad y la diferencia evidente de jugar en la liga suiza a tener que hacerlo en un campeonato en un campeonato con la exigencia del torneo en España.

Sin embargo, la llegada de Ilaix Moriba y fundamentalmente de Bryan Gil, dota al equipo de un ramillete de soluciones para el juego ofensivo a la hora de cambiar el curso de los partidos, del que antes no disponía. Valga como muestra los dos planteamientos de Bordalás desde que ha podido contar con las nuevas incorporaciones.

Ante el Cádiz, Bordalás comienza con Guillamón y Soler como medios centros (en un 4-4-2), Foulquier en la derecha, Bryan Gil en la izquierda, y con Hugo Duro y Guedes arriba. Tras una mala segunda parte que trajo consigo el empate del Cádiz, el entrenador alicantino hizo un doble cambio que varió el rumbo del partido. En el minuto 67 retiraba del terreno de juego a Thierry y a Cömert, y daba entrada a Ilaix Moriba y a Maxi Gómez. De ese modo, Foulquier cubría el lateral derecho, Guillamón retrasaba su posición para cubrir el hueco dejado por Cömert, Hugo Duro dejaba la punta para pasar al sitio de interior derecho y Maxi Gómez se ubicaba arriba junto a Guedes.

Ante la Real Sociedad, Bordalás comenzó con un 5-4-1 en el que Thierry y Gayá erán los carrileros, Foulquier, Mosquera y Cömer los centrales, Guillamón junto a Ilaix Moriba actuaron como medios centros Yunus fue a la derecha, Bryan Gil a la izquierda y Maxi Gómez quedó en punta. Para proteger al joven Mosquera con -con una amarilla y al borde de la segunda antes del descanso-Bordalás le cambió por Soler al descanso, volviendo al 4-4-2. Foulquier fue al lateral, Guillamón y Cömert al eje de la zaga, Gayá se mantuvo en la izquierda, Soler e Ilaix fueron al centro, Thierry a la derecha, Bryan Gil siguió en la izquierda y Yunus se situó arriba con Maxi. Aún así, todavía hubo tiempo de echar más carne en la vertiente ofensiva, tal y como recordó el propio entrenador en la rueda de prensa posterior. En el minuto 70 entraron Racic y Guedes por Cömert e Ilaix, y en el 79 Hugo Duro y Marcos André relevaron a Maxi Gómez y Yunus. Con esas variantes el equipo acabó con Guillamón y Foulquier de centrales, Thierry y Gayá en los costados, Soler y Racic al eje del medio campo con Hugo Duro en derecha y Bryan Gil en izquierda y Guedes con Marcos André en la punta.

El principal perjudicado ha sido Helder Costa, que de titular en banda izquierda ha pasado a jugar 4 minutos ante el Cádiz y ninguno ante la Real Sociedad. Aún así es otro argumento defensivo más del Bordalás puede echar mano.

Es una evidencia que tras el mercado, lo que Bordalás ha perdido por detrás (y que probablemente era lo que prefería para su idea de fútbol) lo ha ganado por delante.