El Valencia puede devolver el golpe de celebrar la Champions en campo rival

VALÈNCIA. Si hubo una imagen especialmente dolorosa en la última jornada de la temporada anterior para el seguidor valencianista fue la celebración de la clasificación del europea del Villarreal en Mestalla tras ganar 1-3 a los locales. Aquel incontestable triunfo en feudo valencianista significó la clasificación matemática del conjunto entrenado por Fran Escribá para la disputa de la Europa League.

Los jugadores del "Submarino amarillo" no dudaron en expresar su estado de felicidad en cancha del rival, lo cual sin duda le confería un valor añadido al festejo público que hizo las delicias de los seguidores villarrealenses desplazados hasta Mestalla aquella tarde. No faltó la clásica foto de festejo grupal sobre la hierba del coliseo de la Avenida de Suecia en el instagram de algunos futbolistas. Sin ir más lejos, Roberto Soldado (entonces en el Villarreal y jugador poco querido en Mestalla tras su abrupto adiós) fue de los que no dudó en subir dicha foto a su Instagram con la leyenda "¡Tarde soñada en Mestalla! ¡Somos de Europa! ¡Juntos cumplimos sueños, groguets! ¡Gracias!".

No faltó la compañía del propietario del club, Fernando Roig, quien no dudó en bajar al césped para celebrar en compañía de los suyos la clasificación para la competición continental, así como el técnico Fran Escribá (con pasado valencianista).

La realidad es que mientras todo era felicidad en el bando castellonense, a la afición valencianista le sentaba como una patada en medio del orgullo que los visitantes celebraran en su estadio. En el fútbol existen rivalidades y jugadas que producen placer en quien las disfruta, tanto como enfado e indignación en quien las tiene que tolerar -muy a su pesar-. Así que el sábado, el Valencia podría devolver la moneda y festejar en campo rival su clasificación matemática para Liga de Campeones.

Incluso con una derrota el Valencia podría saltar al Madrigal como equipo Champions. Para ello basta con que el Betis no gane en San Mamés (valdrían el empate o la derrota bética) en el partido que se disputará cuatro horas y media antes en el Botxo. Es decir, que los de Mestalla podrían saltar al terreno de juego del Estadio de la Cerámica ya clasificados para la Champions de la próxima temporada.

Por el momento hay 1.100 entradas vendidas para el sábado de las 1.400 de las que dispone el club para el desplazamiento hasta Villarreal. Sin embargo, de producirse la clasificación matemática para la Champions, en el club de Mestalla no hay previsto mucho más allá de un saludo del equipo a los aficionados desplazados. Primero porque más allá de la lógica alegría por cerrar el objetivo, no se estima que se deba celebrar nada que no sea la consecución de un título. Y segundo porque aún así, hacerlo en casa ajena da pie a escenas tan kafkianas como el corro del Barça el domingo pasado en Riazor en medio de un estadio desolado por el descenso que se acababa de producir.