VALÈNCIA. El Valencia Basket ha superado ya los primeros cuarenta días sin jugar un encuentro oficial por la crisis del coronavirus, un periodo en el que debía haber disputado trece encuentros y haber definido si conseguía la clasificación para los cuartos de final de la Euroliga, su gran objetivo de esta temporada.
El equipo de Jaume Ponsarnau disputó su último encuentro el pasado 8 de marzo, hace 41 días, cuando cayó por 87-77 en la pista del Herbalife Gran Canaria en la jornada 23 de la Liga ACB.
Tres días después llegó a viajar a Turquía para enfrentarse al Anadolu Efes en la jornada 29 de la fase regular de la Euroliga pero regresó a València sin haber disputado el partido al estallar la crisis sanitaria.
En estos cuarenta días, el conjunto valenciano tenía que haber disputado los seis encuentros que le quedaban en la primera fase del torneo europeo, en la que cuatro derrotas seguidas le habían descabalgado de las ocho primeras plazas pero en la que aún tenía opciones de volver a entrar en ese grupo en el tramo final.
De hecho, en el caso de que se hubiera clasificado, el conjunto valenciano arrancaría la próxima semana esa eliminatoria al mejor de cinco partidos, la última puerta para acceder a la Final Four.
Pero para el Valencia la mera clasificación para ese ‘playoff’ ya era un éxito pues le garantizaba la presencia en la próxima edición de la máxima competición del torneo europeo.
En la ACB, el equipo valenciano ocupaba la séptima posición cuando se suspendió la competición y debía confirmar su presencia en las eliminatorias por el título de la competición.
En estos cuarenta días habría disputado siete encuentros que habría aclarado sus opciones aunque aún le quedarían varios encuentros por disputarse.
Cuando se suspendieron las competiciones, el Valencia había vaciado su enfermería casi por completo y sólo le quedaba por reincorporar a la dinámica del grupo al escolta estadounidense Jordan Loyd, que estaba a punto de hacerlo y que en estos cuarenta días debe haber completado su recuperación.