VALÈNCIA. El Valencia CF ha dado un paso más allá en su política de comunicación. El club ha decidido en las últimas horas que el técnico del primer equipo, Rubén Baraja, no ofrezca la tradicional rueda de prensa al término del Trofeo Naranja del próximo sábado, según informó el periodista Álex Alfaro y ha confirmado Plaza Deportiva. El viernes por la noche, a 24 horas para el partido, la postura del club no había variado al respecto.
La medida es de autoprotección. Para protegerse a sí mismo y evitar que el técnico ejerza de portavoz sobre el proceder del club y de la dirección deportiva en el mercado de fichajes. La rueda de prensa tras el partido del Naranja, que sirve de presentación del equipo a una semana vista del inicio del campeonato de liga, es una tradición.
El club evita con esta decisión que salten titulares a los medios con la fuerza de los que pronunció Baraja justo tras el Naranja de hace un año desde la sala de prensa de Mestalla.
En lugar de hablar con el técnico y acordar un mensaje de tranquilidad, el club ha optado por silenciar al entrenador, lo que alimenta la teoría de que Baraja no está en absoluto cómodo con los movimientos que está llevando a cabo la dirección deportiva.
En un momento de mercado similar al de este año con operaciones rotas, futbolistas susceptibles de ser vendidos, y refuerzos por incorporar, Baraja evidenció su malestar el 6 de agosto del año pasado tras el partido con el Aston Villa. "Seremos sinceros y valoraremos la plantilla a 31 de agosto. Yo no voy a fallar a mi gente diciendo cosas que no son coherentes", disparó el técnico tras el Naranja, descontento entonces con la llegada sólo de un refuerzo: Pepelu.
"Espero que esto cambie. Necesitamos reforzarnos, es una obviedad. Necesitamos traer a esos jugadores que nos den competencia en los puestos, sobre todo arriba. Necesitamos gol y desequilibrio. No podemos normalizar que a seis días de empezar LaLiga, nos falten tantas piezas. Necesitamos cinco o seis jugadores que nos complementen el ataque", agregó, molesto por la falta de fichajes después de que el equipo se salvase en la última jornada de la 2022-23 de bajar a Segunda división.
Con la decisión de esta semana, el Valencia evita que las declaraciones del entrenador, que se desconoce en qué línea iban a ir, se le vuelvan en contra.