El Valencia siempre se levanta excepto que…

Un sí a la voluntad de hacer manada, pero a poder ser no excluyendo la crítica, imprescindible como nunca. Ya puede el colectivismo hacerse fuerte que si no cambian quienes dirigen a estos jugadores…

12/02/2016 - 

VALENCIA. El club, todo lo que le rodea, está inmerso en un enfrentamiento enconado entre: 1) la tentación transformadora de pedir cambio aniquilando a críticas todo lo que sucede en el Valencia, y 2) hacer la vista gorda y volcarse en la unión, en conjurarse contra los malos resultados a partir de hacer piña. 

En esas estamos. Un sí a la voluntad de hacer manada, pero a poder ser no excluyendo la crítica, imprescindible como nunca. Ya puede el colectivismo hacerse fuerte que si no cambian quienes dirigen a estos jugadores… El momento es de excepcionalidad porque un equipo que no sabe andar por el barro se ha metido de lleno en un campo de arenas movedizas. Y sí, el Valencia siempre se levanta excepto que…

-El Valencia siempre se levanta excepto que ponga todo su aparato deportivo a ejercer la nociva función de escaparatismo de entrenadores. El club de profesionalidad fastuosa resulta que colecciona entrenadores noveles a los que les paga una ingente beca para que lancen su carrera profesional a partir de la experiencia mediterránea. El favor de amigo, y ya van dos, se convierte en un regalo envenenado que les acaba socarrando.

-El Valencia siempre se levanta excepto que crea que su resurgimiento puede venir de la mano de quienes han provocado su caída, con los mismos y haciendo lo mismo.

-El Valencia siempre se levanta excepto que estando a cuatro puntos del descenso una inconsciente atmósfera lleve al entorno a debatir sobre un proceso de venta con la fecha de caducidad sobrepasada. Bailoteando cainitas, ajusticiándose las facciones por ver quién tiene más razón, mientras su equipo -se suponía que la fuente de sus anhelos- se descompone.

-El Valencia siempre se levanta excepto que mantengan a un entrenador incapaz en su cargo después de sumir al equipo en una grave crisis, tras no sofocar ni uno de los incendios que vino a apagar y en cambio encender otros tanto. Comienzo a pensar que la relación de la propiedad con Neville es parecida a la de los fans de la homeopatía, creyentes en que la sanación llegará repentina a pesar de que no hay ningún indicio para pensarlo. Debe ser cuestión de fe.

-El Valencia siempre se levanta excepto que quienes dicen regir los designios del VCF permanezcan mudos, incapaces siquiera de lanzar una mínima arenga, incapaces de tranquilizar, incapaces, qué poco se pide, de dar la cara, al punto de ceder la responsabilidad pública en el peor momento de su gestión un expresidente encendido.

Quitando estos detalles el Valencia, evidentemente, siempre se levanta.