El Valencia titubea con el descenso en un 2023 con Baraja y los canteranos como referentes

VALÈNCIA (EFE). El Valencia cierra un 2023 que empezó con muchas dudas, sin ganar hasta finales de febrero y en el que titubeó con el descenso a Segunda hasta la última jornada, aunque la irrupción de los canteranos y la llegada de Rubén Baraja solventaron una difícil papeleta a falta de fichajes y dieron la calma que necesitaba el equipo en el inicio de la 2023-24.

El equipo de Baraja, que yace décimo en la tabla con 23 puntos y en una zona tranquila de la clasificación, dista mucho del conjunto que cogió el técnico vallisoletano a mediados de febrero, cuando llevaba más de tres meses -desde el 10 de noviembre de 2022- sin ganar y que no encontraba la manera de lograr un triunfo que sacara a flote al equipo, hundido en los puestos de descenso de la tabla, aunque sigue lejos de lo que históricamente ha sido el Valencia.

Sin fichajes en invierno y con la salida de Gennaro Gattuso, Voro González intentó solucionar la situación pero sus tres derrotas consecutivas sólo agravaron el problema. El club eligió a Rubén Baraja, que no tenía experiencia en Primera División y llevaba más de dos años sin entrenar, pero con su conocimiento del entorno, su buen hacer para no encajar goles y su unión con la afición consiguió dotar de identidad al equipo.

Canteranos a falta de fichajes

Le ayudó mucho la irrupción de los canteranos, que debutaron sin la presión que sí notaban los más veteranos y con un desparpajo y una frescura que, a la postre, fueron clave para salvar a un equipo que parecía estar desahuciado, que no ganaba de ninguna manera y que tampoco tenía suerte sobre el terreno de juego.

Los tres últimos triunfos, de hecho, llegaron de goles de canteranos, que junto al buen último tramo del extremo Samu Lino y del atacante Justin Kluivert certificaron la salvación en una temporada para olvidar, con 12 derrotas en 23 partidos ligueros en 2023.

Fue el caso de la jornada 31. Un Valencia en puestos de descenso recibía al Valladolid en Mestalla y empezó perdiendo por un grave error de Diakhaby, pero un tanto posterior del propio central y, sobre todo, la aparición estelar de Javi Guerra, que con un zapatazo con la izquierda dio el tanto de la victoria en el tiempo de prolongación, certificaron un triunfo que dio alas a los valencianistas.

El Valencia de Baraja se alió a Mestalla. Los números del equipo no fueron brillantes, pues tan solo consiguieron seis victorias en sus 17 partidos al frente del equipo durante la 2022-23, cifras lejanas a las que históricamente ofrece el club, pero sirvieron para salvarse, aunque no sin pasar apuros, en la última jornada de competición.

Tras el partido ante el Valladolid, el Valencia perdió ante el Cádiz y empató a uno con el Villarreal gracias a un gol de Lino. De ahí se fue a Balaidos, donde un gol de Kluivert puso el 0-1 y un tanto de Alberto Marí a falta de apenas cinco minutos para el final dio tres puntos de oro para el equipo.

Javi Guerra, Alberto Marí... y Diego López fueron, en gran medida, los artífices de ese cambio de imagen del Valencia. De hecho, en la siguiente jornada el Valencia recibía al Real Madrid y fue un tanto del asturiano el que dio la victoria (1-0) al Valencia en un partido marcado por el incidente racista ocurrido con Vinícius Jr.

Desde ese partido en la jornada 35, el Valencia pareció querer jugar con la salvación, pues perdió en Mallorca y, a pesar del tanto de Diego López, iba perdiendo 1-2 ante el Espanyol en Mestalla, un rival directo que de haber ganado hubiera hundido a los valencianos. Pero un tanto en el alargue de Lino dio virtualmente la salvación al equipo, que empató en el Villamarín y cerró una campaña horrible para el club.

Muchas salidas y una llegada importante: Pepelu

Durante el verano, el Valencia no pudo hacer nada para quedarse con Justin Kluivert o Samu Lino, que habían sido piezas claves para certificar la permanencia. Tras la renovación de Baraja, el vallisoletano intentó firmar a un par de extremos, pero sólo consiguió la llegada de uno, además teniendo que esperar hasta el 20 de agosto, con la llegada de Sergi Canós.

El equipo se reforzó con la llegada de Pepelu, del Levante, ejecutó la opción de compra de Cenk y obtuvo las cesiones del delantero ucraniano Román Yaremchuk y del mediocentro marroquí Selim Amallah, del Valladolid, que debían suplir las salidas de Nico González, Ilaix Moriba, Toni Lato, Edinson Cavani, Yunus Musah, Samu Castillejo, Marcos André y Eray Cömert.

Baraja intentó desde el principio dotar de una identidad al equipo: primero no encajar y, posteriormente, atacar, pero siempre teniendo en cuenta la parte defensiva del conjunto que entrenaba. Así llegaron las primeras victorias, por 1-2 al Sevilla en la primera jornada y por 1-0 a Las Palmas en el segundo partido de Liga, lo que impulsó al grupo, que pese a su juventud, se creyó que este año podía no pasar tantos apuros.

La llegada de Pepelu al centro del campo junto a la consolidación de Javi Guerra permitió dar consistencia a un equipo que había sido débil desde la marcha de Dani Parejo en el centro del campo, sin grandes referentes.

Así, a pesar de algunos baches durante el inicio de la temporada, el Valencia sigue compitiendo y está en una posición tranquila de la tabla cuando encara ya la segunda vuelta de la competición. No obstante, los de Mestalla siguen sin poder aspirar realmente a las posiciones europeas, en parte por la plantilla tan corta que tienen, aunque también por la falta de calidad en ataque, lo que obliga a seguir sufriendo año a año para salvarse.

Y es que este 2023, que el Valencia cierra con 16 victorias, once empates y 20 derrotas el año, es el quinto año con más derrotas de su historia, lo que refleja la deriva deportiva del club, que acumula ya cuatro temporadas consecutivas sin llegar a puestos europeos, una anomalía en la centenaria vida de la entidad que se ha convertido en lo normal desde que Meriton Holdings es el máximo accionista.