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El verano y la juventud

13/09/2022 - 

VALÈNCIA. Siempre han ido cogidos de la mano, pero no va por ahí este escrito. Podría haber elegido el verano, o el vino, o la sal o aquel a quien le gusta cambiar de terminal de teléfono móvil.

Todo en su justa medida es bueno y en exceso constituye el problema. Servidor siempre fue de calor más que de frío, pero tres semanas con temperaturas de cerca de 40 grados no las disfruta ni el tato y constituyen un problema.

Con el actual Valencia CF pasa lo mismo, nos llevan vendiendo la juventud del equipo como un aspecto positivo desde que llegó Meriton, cuando el exceso de futbolistas de corta edad como consecuencia de la política de convertir al club en un vivero para servir a los intereses del negocio del propietario es una rémora a todos los extremos.

El fútbol demuestra día a día que un equilibrio donde determinados jugadores jóvenes se apoyen en otros con más bagaje es la fórmula indicada para hacer equipos competitivos. Pero a día de hoy (y por mucho que Meriton venda sus aires de cambio), dudo mucho que se busque hacer una plantilla que no busque otros resultados que no sean los económicos.

Y que quede bien claro (que me conozco de sobra la demagogia de los clásicos), que en ningún caso esto es una crítica a los futbolistas ni al entrenador. La plantilla lo da todo, es honrada y merece el apoyo en cada partido. El entrenador trabaja denodadamente y tiene mucho mérito haber cambiado el estilo en tiempo récord tras haber perdido a los dos mejores jugadores de la plantilla.

Cuanto más sientan el calor de Mestalla más se les podrá ayudar. Los futbolistas no son los culpables de haberles puesto a tirar de un carro para el que todos en grupo y como base de un equipo lo va a tener bastante complicado. Tienen calidad y luchan por solidificar una carrera en la élite, pero no nos engañemos: la naturaleza no da saltos.

El responsable está a 11.000 kilómetros y sus enviados se sientan en el palco, por eso sigue siendo necesario el minuto 19. Para recordarles que esto -por mucho que lo obvien- sigue siendo un equipo de fútbol, y que por más que nos intenten justificar lo injustificable no es ni medio normal tener un centro del campo con una media de menos de 21 años en la que el que más bagaje acumula son tres temporadas en primera. El sábado Comesaña, Isi, Óscar Valentín y compañía no les dieron opción.

Tampoco es bueno revestir cada victoria de excelencia insuperable. Si la crítica excesiva a los futbolistas es negativa (y más con esta juventud, reitero que hay que darles todo el apoyo posible), tampoco es bueno generar un clima de euforia desmedida tras cada victoria. Existe desde los círculos oficiales tanta obsesión por poner una diana en la cabeza de las voces críticas que cada victoria se hincha para utilizarla como arma arrojadiza

A cada triunfo se le reviste de una pátina de muestra inequívoca de gestión modélica encaminada a ser echada en cara de quienes osen discrepar. El listón del entusiasmo se deja tan arriba que después cuando llega una derrota como la de Vallecas la frustración lo anega todo y el aficionado de a pie lo paga a veces con quien no debe, los futbolistas. Repito que los responsables no están el verde (por desacertados que puedan estar), están en el palco. Demasiado peso para los chavales.

Es muy pronto para saber hacia dónde va a romper la temporada. Mientras el equipo encuentra la brújula, necesita todo el apoyo que se pueda dar. Ellos no tienen culpa de nada.

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