VALÈNCIA. El Villarreal ha completado un mal final de año, pero a pesar de haber llegado al parón navideño en un momento competitivo complicado, se encuentra en condiciones de alcanzar sus objetivos en el 2019, que comenzará el jueves 3 de enero con la visita del Real Madrid al estadio de La Cerámica.
El club que preside Fernando Roig bajó el telón de 2018 el domingo 16 en Huesca (2-2), ya que su partido de Liga de esta jornada, ante el Real Madrid, se ha aplazado a 3 de enero al disputar ahora el equipo madrileño el Mundialito de clubes.
El conjunto castellonense ha generado dudas en las últimas semanas tanto a nivel de juego como de resultados, inmersos en la lucha por salvar la categoría a pesar de haber iniciado la temporada con el objetivo de luchar por los puestos de la zona alta de la clasificación.
Pese a ello, el equipo es consciente de que depende de sí mismo para cubrir los objetivo e, incluso, aspirar a algo más en la campaña 2018-2019.
Al Villarreal le ha costado mucho ganar partidos, con solo seis victorias en los veinticuatro partidos que ha jugado, circunstancia que ha sido clave para que el club decidiera en este diciembre cambiar de entrenador, con la llegada de Luis García Plaza para cubrir el puesto ocupado en el último año por Javier Calleja.
Sin embargo, a pesar de sus pocas victorias y sus pobres registros, el equipo sigue vivo en tres competiciones. En la Liga debe centrarse en salir de la zona baja de la tabla, algo en lo que ahora mismo tiene el club puesto todos los sentidos, ya que se encuentra en zona de descenso, aunque con un partido menos.
Tanto es así, que Fernando Roig explicaba que el objetivo principal a partir de ahora es el de "estar en el sorteo del campeonato de Liga la próxima temporada", es decir, la permanencia, un objetivo que no es negociable según el mandatario.
Si el Villarreal recupera sensaciones y resultados, la igualdad de esta Liga le permite pensar en algo más que en ser capaz de reaccionar, ya que al equipo le quedan partidos por delante y la plantilla cuenta con jugadores de gran potencial futbolístico.
Además, el equipo sigue inmerso en la competición de Copa del Rey, en la que tendrá que enfrentarse al Espanyol de Barcelona, que pasa por ser un rival con el que se puede aspirar a competir en igualdad.
Este emparejamiento se considera mejor que el que le podría haber deparado el sorteo, pues el Villarreal considera que está marcado por la igualdad y no por la dificultad que podría haberse planteado ante otros rivales del fútbol español.
Por lo que al torneo europeo se refiere, el equipo castellonense ha logrado acabar primero de su grupo, lo que le hacía esperar a un rival accesible en dieciseisavos de final de la Liga Europa, pero al Villarreal le ha correspondido un emparejamiento con el Sporting de Lisboa, que pasa por ser uno de los equipos más complicados del segundo grupo.
De cara a esta eliminatoria, el club confía en que cuando se dispute, a mitad de febrero, el equipo se encuentre en una situación diferente y haya ofrecido mejores sensaciones futbolísticas.
Por ello, 2019 puede estar marcado por las modificaciones en el equipo, pues se esperan movimientos en el mercado de invierno, tanto en el capítulo de llegadas como en el de salidas para que el club cambie su mala dinámica.