VALÈNCIA. El Villarreal afronta la recta final del año tras el peor arranque de temporada de su historia, por lo que el equipo que está ahora mismo muy lejos de lo que en un principio se podía esperar y los partidos que tiene de aquí a final de año son vitales para mantener la tranquilidad en el proyecto.
Tanto es así, que a día de hoy no tiene asegurado luchar por ninguno de los tres objetivos que podía tener en el inicio de campaña, ya que está lejos de las plazas europeas en liga, tiene que certificar la clasificación en el grupo europeo y debe cerrar le pase en la Copa del Rey.
Es verdad que el equipo depende de sí mismo, pero tras dos meses de altibajos, las sensación de inseguridad y dudas son muy altas, por lo que se espera que pueda haber una reacción en esta recta final de año en la que van a disputar ocho partidos en un solo mes, lo que supone un calendario cargado e intenso.
Estos partidos que se reparten en cinco de liga, dos de la Liga Europa y uno de Copa del Rey. En 28 días el equipo debe jugar en casa con Real Betis, Celta y Real Madrid en liga, con Spartak de Moscú en Liga Europa y con el Almería en Copa. Mientras que a domicilio debe visitar los campos de Barcelona y Huesca en la Liga y Rangers en Europa.
Este calendario hace que los partidos de local sean definitivos, ya que en liga no han ganado todavía en casa y de no hacerlo en los que vienen, las opciones de aspirar a Europa prácticamente se desvanecerían.
En Europa el equipo necesita ganar en casa al Spartak de Moscú, para como mínimo ser segundos y certificar su pase a la siguiente fase; mientras que en Copa del Rey deben hacer bueno el empate a tres goles que lograron en Almería, para no caer a las primeras de cambio de esta competición.
Esta recta final además debe servir para ver qué pasa con los lesionados de larga duración, que deberán al menos estar ya con el equipo antes del parón invernal, como son los casos de Bruno Soriano, Javi Fuego, Carlos Bacca o Daniele Bonera.