CASTELLÓ. El Castellón cierra un 2023 donde las transformaciones han sido notables en la estructura deportiva del club, aunque el objetivo de ascender al fútbol profesional se ha mantenido como la gran asignatura pendiente de la entidad. No obstante, se han dado pasos importantes hacia esa meta, sobre todo en la segunda mitad.
El año empezó con la elección de un nuevo entrenador tras la inesperada destitución de Rubén Torrecilla. La decisión se prolongó en exceso y tras un mes de casting, el presidente Bob Voulgaris optó por Albert Rudé, un hombre con escasa experiencia como primer técnico y al que el canadiense encargó de llevar al equipo a lo más alto.
Junto a Rudé llegaron cinco fichajes en el mercado de invierno: Borja Granero, Roland Baas, Israel Suero, Adrián Fuentes y Jesús de Miguel. También hubo salidas. La más sonada fue la de Dani Romera, entonces máximo goleador del equipo.
Rudé inició su etapa como técnico albinegro tras dos partidos dirigidos por Alejandro Jiménez como interino. En el momento de posesionarse en el cargo, el Castellón ocupaba la segunda posición de su grupo a cuatro puntos del líder, el Eldense, y con toda la segunda vuelta por delante.
El gerundense empezó con buen pie obteniendo 10 de los 12 primeros puntos disputados, incluido un notable triunfo en Castalia frente al entonces rival directo de los orelluts, el Eldense. El Castellón seguía segundo, aunque a un solo punto de la cabeza.
Pero la buena dinámica no tuvo continuidad, principalmente a causa de los malos partidos que protagonizó el equipo fuera de casa y a consecuencia de una racha de seis jornadas consecutivas sin ganar que sufrió cerca del final de la fase regular y que le privó de luchar por la primera posición. Finalmente, el campeón de Liga no fue el Eldense, sino el Amorebieta, que en una segunda vuelta espléndida acabó conquistando la plaza de ascenso directo. El Castellón se recuperó a tiempo para asegurar un puesto de promoción como tercero de grupo.
Los albinegros llegaron al play off sin la etiqueta de favoritos, pero compitieron por encima de lo esperado. En la primera ronda derrotaron al Deportivo de La Coruña con una vuelta apoteósica en Castalia, donde salieron airosos en la prórroga (4-3).
En la final, frente al Alcorcón, el Castellón llegó a los 45 minutos finales del choque decisivo de Santo Domingo con un 0-1 que le daba provisionalmente el triunfo y el ascenso. Pero en una segunda parte muy pobre, los albinegros se vieron remontados (2-1) y sin capacidad de reacción en los minutos finales. Se frustró así el primer proyecto de ascenso de Voulgaris.
El momento clave del año llegó a continuación, con las decisiones que anunció el club inmediatamente después de la derrota en Alcorcón. La primera fue la destitución de Albert Rudé, hecha pública apenas dos días después del último partido de la temporada.
El nombre de su sustituto no tardaría en anunciarse. Así, el 28 de junio Voulgaris confirmó al neerlandés Dick Schreuder como entrenador para cuatro temporadas. La rueda de prensa que dio el presidente albinegro para revelar al nuevo encargado del banquillo tuvo una relevancia mayúscula, pues dejó claro el camino que quería seguir el canadiense en su objetivo. “Que se preparen para ver un estilo de juego diferente, más atractivo y ofensivo”, señaló el máximo accionista del club tras lamentar que el equipo haya especulado demasiado y no haya ido a por los partidos en los momentos calientes de la competición.
Con Schreuder llegó Haris Medunjanin, futbolista bosnio con experiencia en la Primera División de España en Valladolid y Deportivo. El centrocampista fue uno de los 15 fichajes que realizó el Castellón en verano, algunos fuera de mercado.
Entre las numerosas salidas producidas, destaca la de Pablo Hernández, que decidió colgar las botas a un año de expirar su contrato. También se marcharon otros castellonenses con peso en el equipo como David Cubillas y Carles Salvador, éste como cedido.
La respuesta de la afición a la apuesta de cambio de Voulgaris fue inmediata. Los albinegros se adhirieron en gran número a la campaña de captación de abonados agotando los más de 13.000 abonos disponibles y dejando una lista de espera de más de 1000 personas.
Los resultados, de momento, están dando la razón al presidente del Castellón, pues con 17 partidos disputados, el equipo albinegro se ha situado en lo más alto de la tabla con unos espectaculares 40 puntos y un balance goleador no menos imponente de 40-17, con el recién renovado Jesús de Miguel como máximo goleador de la categoría.
El Ibiza, que está rindiendo igual de bien, tiene los mismos puntos, lo que confirma lo cara que va a estar la plaza de ascenso directo en este grupo. No obstante, el conjunto orellut ha dado espectáculo y ha hecho feliz a su hinchada, sobre todo en casa, donde ha ganado los nueve partidos de Liga que ha disputado y el de Copa del Rey, frente a todo un rival de Segunda como el Oviedo.
Los castellonenses han cerrado, pues, un año que puede suponer un interesante punto de partida de cara al objetivo del ascenso y que parece más cercano que hace un año.