CASTELLÓ. El Castellón cierra un año 2024 marcado por su regreso al fútbol profesional y la consolidación de un proyecto deportivo e institucional que sigue creciendo rápidamente bajo la dirección de Haralabos Voulgaris.
El club de la Plana no solo ha dado el salto a la segunda categoría en el año que está a punto de finalizar, sino que ha sentado unas bases muy firmes para fortalecerse en estos niveles manteniendo su apuesta por el fútbol de ataque.
El Castellón comenzó 2024 liderando de forma destacada el grupo 2 de Primera RFEF en una lucha que mantenía inicialmente con el Ibiza y en la que se sumó el Córdoba, que acabó siendo el gran rival de los albinegros por el ascenso directo.
Los albinegros llegaron al parón igualados a 40 puntos con los ibicencos en el codo a codo que mantenían estos dos equipos por el liderato del grupo. Faltaban dos jornadas para acabar la primera vuelta y por detrás aparecían el Málaga y el Córdoba, a cinco y siete puntos respectivamente.
En las primeras jornadas del nuevo año las distancias de estas dos formaciones respecto a sus perseguidores se incrementaron considerablemente, llegando a superar los 13 puntos. Parecía que el ascenso directo era cosa de castellonenses e isleños.
Pero el conjunto de Dick Schreuder inició un bajón en febrero que le hizo encadenar tres partidos sin victoria, mientras que el Ibiza también perdió gas. De este modo, el Córdoba y el Málaga se acercaron a ese pelotón, pero fueron los cordobeses los que consolidaron su reacción con ocho partidos consecutivos sin perder, convirtiendo su duelo directo de marzo con los albinegros en un partido de gran trascendencia en la lucha por el ascenso directo.
Los andaluces llegaron al choque de Castalia con una desventaja de seis puntos respecto al Castellón, por lo que un triunfo orellut alejaba a los blanquiverdes de la pelea de forma casi definitiva. Y parecía que así iba a ser después de que los de Schreuder se pusieran por delante por 2-1 cerca del final, pero encajaron dos goles en el descuento que voltearon el partido y dieron otra dimensión a la clasificación. Así, el conjunto de la Plana afrontó las diez últimas jornadas con solo tres puntos de renta sobre el Ibiza y el Córdoba y la sensación de que los andaluces iban claramente a más.
Entonces llegó la muestra de carácter de los castellonenses, que ganaron los siete partidos siguientes para encadenar su mejor racha de la temporada y asegurarse el ascenso con tres jornadas de antelación. El salto de categoría se certificó al día siguiente de la victoria albinegra ante el Murcia, después de que el Córdoba perdiera de forma inesperada ante el Recreativo Granada.
Una vez alcanzado el objetivo, Voulgaris preparó el siguiente plan: hacer un equipo competitivo para afrontar el reto del fútbol profesional. Para ello realizó una inyección de capital con el fin de incrementar el reducido tope salarial que le correspondía en su condición de recién ascendido y diseñó una plantilla con nueve caras nuevas bajo el mando de Dick Schreurer, que cumplía así su segunda temporada como entrenador del cuadro castellonense.
El equipo ha dado la talla en la primera mitad de competición logrando 29 puntos y dejando buena impresión en muchos de los partidos que disputó. De no haber sido por la plaga de lesiones sufrida en las últimas jornadas, los albinegros habrían podido mejorar esos registros.
Aun así, el equipo orellut ha demostrado que le ha tomado muy bien el pulso a la categoría y que con la recuperación de los lesionados, dispone de argumentos más que suficientes para asentarse en el fútbol profesional.
Fuera de los terrenos de juego, el club también ha estado activo. Así, alcanzó un acuerdo con el Ayuntamiento para la cesión de Castalia, en un convenio de 50 años que faculta al club a realizar en la instalación eventos, obras de mejora y ampliación, así como explotación comercial del nombre. El estadio se denomina desde esta temporada SkyFi Castalia.
Otro punto fuerte del año ha sido del juicio por el caso Castellnou, celebrado a raíz de la denuncia de Sentimiento Albinegro contra ex dirigentes del club. El histórico proceso celebrado en la Audiencia Provincial de Castellón dejó claro que la asociación de pequeños accionistas tenía razón al denunciar delitos de expolio a la entidad albinegra, ya que seis de los acusados han reconocido los hechos y otro, José Manuel García Osuna, ha sido declarado culpable.