CASTELLÓ. La imagen del Castellón frente al Eibar en su regreso a Segunda División ha dejado razones para creer en la posibilidad de una buena campaña para los de Dick Schreuder. Los albinegros acabaron perdiendo, pero dominaron y encerraron durante casi todo el partido a uno de los mejores rivales de la categoría en las últimas campañas.
Pero también es cierto que el conjunto de la Plana evidenció falta de pegada y confirmó la necesidad de al menos un refuerzo para los últimos metros. Y es que los castellonenses mandaron en la posesión y llegaron con mucha frecuencia al área rival, pero, salvo el gol anulado a Douglas Aurelio por un dudosísimo fuera de juego a los 38 minutos, no supieron concretar después de llevar la iniciativa durante todo el encuentro.
El Eibar, en cambio, definió en el primer minuto de juego después de aprovechar una pérdida de balón de los castellonenses, en una acción que acabó dándole los tres puntos.
Jesús de Miguel, único delantero centro natural en la plantilla del Castellón, tuvo mucha participación en el juego de ataque orellut, asociándose bien con los hombres de segunda línea y contribuyendo a que se produjeran llegadas interesantes al área. Pero estuvo desacertado en las opciones de remate que tuvo.
En la parte final del partido, cuando el equipo albinegro empezó a llegar menos a puerta contraria, Schreuder quiso subir su apuesta ofensiva con un segundo delantero y tuvo que recurrir al canterano Pere Marco, único jugador de ese perfil que tenía en el banquillo. El atacante de 20 años, fichado este verano por el filial, hacía así su debut en el fútbol profesional después de que su tope hasta entonces fuera la Tercera RFEF.
La presencia de este futbolista en los últimos minutos del choque disputado en Ipurua evidenció la falta de alternativas en la posición de delantero. De hecho, el propio Schreuder reconoció en la previa del partido la necesidad de fichar un ‘9’ en este mercado.
La incorporación de un jugador de ese perfil, además de la llegada de un defensa, reclamada también por el técnico neerlandés, centrará así las prioridades de Haralabos Voulgaris en las dos semanas que restan para adquirir nuevos refuerzos.