MURCIA. Lo ha conseguido con 18 años. Carlos Alcaraz Garfia, el joven tenista murciano que no deja de maravillar al mundo, ha conquistado el título del torneo ATP Masters 1.000 de Miami, en Estados Unidos, al vencer en la final al noruego Casper Ruud por 7-5 y 6-4 y obtener su triunfo más destacado hasta la fecha en su todavía corta aunque meteórica carrera.
Este triunfo convierte al de El Palmar, quien este lunes aparecerá muy cerca del top 10 de la ATP, en el primer español en coronarse en Miami, donde Rafa Nadal perdió cinco finales y David Ferrer, Carlos Moyá y Sergi Bruguera una.
Frente a Ruud, de 23 años y octavo jugador del mundo, ha completado un torneo extraordinario con seis victorias y habiendo cedido un solo set. Antes superó al húngaro Marton Fucsovics, al croata Marin Cilic, al griego Stefanos Tsistipas, al serbio Miomir Kecmanovic y al polaco Hubert Hurkacz.
El choque que decidía el nombre del campeón no comenzó bien para el español, pues su rival ganó los tres primeros juegos, incluido el primer "break" de la final en el segundo de ellos.
Carlos, sin embargo, reaccionó bien, como acostumbra a hacerlo, y tuvo una bola de ruptura para colocarse 2-3, pero no la aprovechó y lo que subió al marcador fue el 1-4.
No cesó el palmareño, se apuntó su servicio y, de nuevo al resto, por fin recuperó el terreno perdido para hacer subir en la pista central del Hard Rock Stadium el empate a cuatro.
Juan Carlos Ferrero, en la grada para ver en acción a su pupilo tras volar desde España después de haber asistido al funeral de su padre, tenía motivos para la satisfacción y es que su chico logró otro "break" y ello le dio la ocasión de servir para cerrar el primer set. Aunque dejó escapar un 40-15, en su tercera bola de set, alcanzó su objetivo y se puso 1-0 a favor en una hora justa de partido.
El buen tono que dio Alcaraz en el tramo final de la primera manga lo prolongó en el inicio de la segunda. "La Roca" mostró tanta fiabilidad al saque como al resto y con otras dos rupturas dejó el choque muy encarrilado (3-0).
Seguramente algo de relajación tras haberse llevado nueve de los diez últimos juegos le hicieron ceder su servicio mucho tiempo después y eso propició que Ruud se agarrase a sus esperanzas de remontar. En la quinta pelota de ruptura en el juego el de Oslo estrenó su casillero en esta manga y luego echó la bola al aire para continuar creyendo (2-3 con juego en blanco).
El siguiente servicio de Alcaraz se presentaba como clave para el desenlace de la final ante un contrincante que necesitó atención del fisioterapeuta por molestias musculares.
Pese a su juventud lo entendió perfectamente y él también ganó su saque en blanco y con dos "aces".
El noruego no dejó de apretar, pero Carlos tampoco. Cada tenista sacó adelante su saque y eso ya le iba bien al palmareño, que con 5-4 se disponía a acabar con el partido y lo hizo con autoridad con una subida a la red que le hizo llevarse el último juego en blanco.
Carlos se tiró al suelo y enseguida se fue a la grada para abrazarse con los suyos -también estaba su orgulloso padre-. Juan Carlos Ferrero no pudo evitar las lágrimas en una semana muy dura para él y que paradójicamente ha acabado con un éxito que es muy suyo. Seguramente el primero de muchos con Alcaraz bajo su tutela.
"Es muy pronto para describir lo que siento y es un placer haber ganado este título con mi padre viéndome y es sólo la segunda vez que lo hace en la grada en un torneo de la ATP", ha comentado Alcaraz tras finalizar el choque.
"Sabía que Casper es un gran jugador, un tenista con mucha pegada, pero sabía cómo atacar y no he dejado de hacerlo, con golpes cruzados y paralelos", ha apuntado también en alusión a un partido que ha decantado a su favor con 76 puntos ganados por los 65 de Ruud.
Números de un encuentro histórico para el tenis de la Región y en cierto modo también de España.