La noticia de que el presidente del Valencia CF, Anil Murthy, ha cancelado un admirable proyecto para combatir el cáncer infantil impulsado por Santiago Cañizares, debido a las críticas del exfutbolista a la gestión de Peter Lim, te deja con muy mal cuerpo. La sensación de desasosiego interior para los que hemos perdido un ser querido por esta terrible enfermedad es tremenda. Nos toca muy adentro. En lo más profundo. Turba nuestra paz. Nos bloquea. Este es el penúltimo capítulo de la degradación institucional, diría que incluso moral, de las personas que rigen una entidad centenaria como la nuestra. Digo penúltima, porque cualquier noticia que se publica a diario en la prensa sobre lo que acontece en Mestalla supera con creces a la anterior. Parece que no hay límite en este aluvión de descrédito y torrente de desprestigio en el que se anda sumido. El agujero es un pozo sin fondo. El nombre y la imagen del Valencia CF ha vuelto a quedar salpicado por Murthy. Pero esta vez, creo que todo se ha desbordado.
La respuesta del presidente circunstancial del Valencia CF fue negar la mayor. Esconderse detrás de un cobarde comunicado en el que el diplomático de profesión desmentía a Cañizares. A mí me cuesta creer que un padre que perdió un hijo por culpa del cáncer se invente esta historia. Pero el club asegura que se comunicó con Telefónica para revaluar las fechas previstas en el proyecto y que en ningún caso lo descartó de forma definitiva. Una indecencia y una verdadera estupidez, vamos. Para la solidaridad, igual que para la ternura, siempre hay tiempo querido Anil. Es más, si el presidente quiere disfrutar al menos del beneficio de la duda, está obligado a ofrecer una rueda de prensa. A dar la cara. No cabe otra. Pero creo que nos quedaremos con las ganas. Murthy ya anunció públicamente que iba a explicar los motivos de la salida del club de Marcelino, y que el entrenador quedaría con el culo al aire, pero este es el momento en el que todavía andamos huérfanos de explicaciones. La cosa tiene pinta de que nunca sabremos el verdadero motivos por el que, según Meriton, Marcelino fue despedido.
Tras la tremenda atrocidad de cargarse el proyecto de Cañizares, las respuestas en favor de los intereses de Peter Lim llegaron vía twitter. Ahí, los de Singapur se manejan a base de multitud de cuentas falsas o bloqueando de forma masiva y compulsiva a seguidores valencianistas para tratar de gestionar la crisis. Lo de la libertad de expresión, un derecho fundamental, como que les cuesta. En lugar de seguir pasando más vergüenza, si la conocen, lo que deberían hacer sería realizar una donación Pero estoy seguro de que no pondrán ni un euro. También tocó el asunto Albert Celades. Lo hizo en la rueda de prensa previa al partido ante el Alavés, hablando de las bondades de la Fundación del Valencia CF, de sus proyectos solidarios…. Entrenador, llevas dos días aquí, ¿de verdad estás ya al corriente de todo esto?. Mejor centra tus esfuerzos en cerrar la sangría defensiva del equipo. Albert, querido, no te dejes utilizar.
Mientras el valencianismo andaba turbado por lo sucedido, Anil Murthy recibía (en representación del club) la Medalla de Oro de la ciudad de València de manos del Alcalde Ribó, en el Ayuntamiento debido al Centenario. Vamos, algo así como la insignia de oro y brillantes que recibió Aurelio Martínez después de mal vender el Valencia CF …. Menos mal que, al menos ésta última, quedará para los anales en ese Museo del club que nunca llegó a ver la luz. ¿O se la llevarán a Singapur cuando se marchen?.
La verdad es que esto pinta mal. Muy mal. Ya es algo más que un clima raro. La cuerda se ha tensado tanto que la situación empieza a ser insostenible. Independientemente de lo que suceda en el 105X70 del césped de Mestalla durante los próximos partidos, creo que estamos cerca de una situación límite. No hablo de lo deportivo. Hablo de que Anil ha logrado que ya no haya bandos en el Valencia CF. Porque con lo de Cañizares hay unanimidad. Nada une más que un enemigo común. Y Meriton ha logrado que todo el valencianismo vaya en contra de Peter Lim. Que su salida del club sea la única solución posible. Porque están logrando que algo tan maravilloso como es el deporte se convierta en una pesadilla. En una noche de terror.