VALÈNCIA. Álex Muñoz ha vuelto a sentir la confianza de cerca. Los datos hablan tan claro como las sensaciones del alicantino sobre la hierba: la destitución de Mehdi Nafti como entrenador del Levante le ha supuesto un antes y un después. De perder la titularidad a la primera que el franco-tunecino rehizo su dibujo, a que Miñambres le diese las llaves de la defensa, junto a Vezo, en pos de un muy buen rendimiento.
El aterrizaje de Calleja le ha mantenido como figura clave: ante la baja de Saracchi, el nuevo entrenador apostó por él de vuelta al lateral zurdo. En 12 jornadas, el estatus de Álex Muñoz ha cambiado. Es un hecho en el que han tenido influencia unas molestias de tobillo que impidieron al ex del Hércules estar al 100%. "No estaba a tope y, con otros compañeros que sí, yo si fuese el míster tampoco me hubiese puesto", cuenta en PlazaDeportiva.com.
Además, no solo analiza su pico de forma y sus razones, sino que también repasa los motivos por los que el Levante ha revivido tras la marcha de Mehdi Nafti. El nuevo planteamiento futbolístico de Calleja, la relación del equipo con su hinchada, la recuperación del vestuario y su desconocida lesión, sobre la mesa.
- ¿Cómo está el vestuario? ¿Recuperado del tembleque anterior al cese de Nafti?
- Con tres victorias seguidos los ánimos están mucho mejor. Han sido unas semanas complicadas, sobre todo la que se marchó Nafti. No es plato de buen gusto pasar por ese momento, pero el fútbol profesional es así y seguimos con la cabeza arriba. Si han cambiado al entrenador también es culpa nuestra, de los jugadores, porque no hemos dado el nivel. Sí es cierto que tuvimos un cambio de chip y ahora sí, hemos recuperado esa confianza.
- ¿Qué pasó? Porque Nafti no se marchó con problemas con la plantilla... En principio, no fue una cuestión de desentendimiento con vosotros...
- Es una buena pregunta. Él tenía una metodología, una forma de ver el fútbol, y con ella los resultados no se dieron. Es lo que manda en este deporte. No pudimos conseguir dos o tres victorias seguidas, el equipo tenía buenas sensaciones pero no acababa de estar arriba... Y en un club tan exigente como el Levante, con lo que nos estamos jugando... si no se dan los resultados se mira primero al cuerpo técnico. ¿Si vuelve a pasar lo mismo? Pues los damnificados deberíamos ser los jugadores porque al final esto va por escalafones. El primero al que se apunta es al míster y se tomó esa decisión buscando lo mejor para club. No fue de buen gusto, te deja tocado, pero te tienes que reponer pronto del varapalo.
- ¿Qué os dijo Nafti cuando se acercó a Buñol a despedirse?
- Nos dio bastante pena a toda la plantilla. Era un cuerpo técnico currante y cercano. Nos dijo que, por favor, ahora fuéramos para arriba por él, que nos iba a seguir desde la distancia y que fuéramos a por el ascenso. Ojalá podamos conseguirlo para que también se sienta un poco partícipe de haber empezado con nosotros, pero nos transmitió eso. Nosotros sabíamos que teníamos dar un plus también.
- ¿Y ahora? ¿Qué ha cambiado con Calleja? A priori su planteamiento es muy diferente al de Nafti...
- Son dos estilos muy diferentes, la verdad. Los dos pueden ser válidos para la categoría, pero simplemente con Nafti no se encontró el nivel de la plantilla. Calleja quiere ser más protagonista con balón, quiere ser más protagonista, sin olvidar que sin balón también tenemos que seguir siendo contundentes y encajar poco. En Segunda eso es muy importante.
- ¿Está más hecha la plantilla para el juego que plantea Calleja?
- Sabemos que esta plantilla tiene mucha calidad y jugadores con experiencia. La verdad es que hasta ahora no se está viendo ese equipo dominante, que domina las dos facetas: sin balón pero también con balón. Ahora tenemos que intentar buscar ser más protagonistas, tenemos capacidad para ello, pero tenemos que valorar las dos cosas para estar arriba. También dominar sin balón porque en Segunda en cada campo es muy difícil ganar.
- El hecho de que el nuevo entrenador entre y a la primera no solo logre ganar, sino que levante un partido como se levantó en Ibiza -con diez y con remontada- ¿hace que el vestuario acoja mejor la idea del míster?
- Bueno, en los primeros minutos no estuvimos bien, lo hemos hablado. Nos faltó fiabilidad y menos pérdidas con balón, pero tenemos capacidad para llevar a cabo el estilo de juego del míster. En la segunda parte sí estuvimos fiables sin balón y eso te va a dar muchos puntos. La tendencia del partido que fue, de menos a más, te hacer terminar con buenas sensaciones, sí. Acabas con la sensación de que tenemos que seguir creyendo.
- Defensivamente el equipo viene de un mal año en Primera, pero se ha dado un paso. No estabas entonces pero ¿lo notas?
- Por lo que tengo entendido el año pasado se encajó muchos goles, y la defensa es lo primero que se mira. Tenemos la responsabilidad de evitar que te creen peligro en el último tramo. Ahora, en este proceso, quizá hemos aumentado el nivel de concentración e intensidad, quitando alguna puntual. No nos generan tantas ocasiones de peligro. Eso es lo que tenemos que conseguir: que lleguen, porque los rivales juegan y te van a hacer ocasiones, pero que seamos sólidos para que esas jugadas no se repitan, no lleguen a más.
- Hablas de la dificultad de la categoría. Tú que conoces bien la Segunda División sabes que es muy larga, pero quizá el levantinismo se siente machacado con los llamamientos a la paciencia. ¿Entiende el vestuario la exigencia de la grada y la desesperación por más que quede mucha Liga?
- Claro que lo entendemos. El año pasado lo seguí desde fuera y entiendo que fue muy duro para la afición. Al descender uno intenta renovar energías, pero si no se ve arriba desde el principio entiendo que exista algo de crispación. O de nerviosismo. Pero eso pasa en todos los sitios, al menos en los clubes más exigentes. Nosotros tenemos la idea de cosechar muchas victorias en casa, que la gente se vaya contenta con el equipo a casa. Pero tenemos que saber que lo más importante es ganar, y si podemos ganar en casa y fuera, las alegrías serán dobles.
- En lo personal, estás a un gran nivel, pero has pasado por varios momentos esta temporada. Nafti solo te alineaba en el lateral en caso de jugar con defensa de tres, Miñambres te puso en el eje con defensa de dos, Calleja te colocó de nuevo en el carril con cuatro atrás... Muchos momentos en solo 12 jornadas...
- Totalmente. Empecé la pretemporada bien, en Zaragoza noté unas molestias en el isquio que me hicieron pedir el cambio y luego hay una cosa que la gente no sabe, que estuve muy fastidiado del tobillo izquierdo un mes. Pero no quise parar. No quise perder el ritmo de toda la pretemporada, pero no estaba entrenando ni al 80%. Si yo hubiese sido el míster en ese momento, sin estar a tope, tampoco me hubiera puesto yo a jugar si hay otros compañeros que sí están al 100%. Aguantando y aguantando pude superar las molestias hasta hace unas pocas semanas. Y ahí me volvió a llegar la oportunidad.
- ¿Te afecta el cambio tan brusco de posición?
- No me afecta, pero sí es verdad que son dos posiciones bastante diferentes (lateral y central). Son parecidas en algunos aspectos: el perfil, las orientaciones, los duelos, caer a banda como central, cerrar por dentro como lateral... Defensivamente a veces se parecen, pero con balón puedes tener más llegada en el lateral, obviamente. A mí lo que me gusta es estar en el campo, pero en mi carrera me he adaptado a las dos posiciones desde que salí del Hércules. En el fútbol profesional te tienes que adaptar a lo que te piden.
- ¿Fue Pacheta el pionero en reconvertir a Álex Muñoz al central en el Hércules?
- Yo he jugado de lateral toda mi vida hasta juveniles. Luego Pacheta me reconvirtió y jugué de central en Hércules y en Sevilla, aunque también jugué alguno de lateral. Luego en Zaragoza llegué de central, pero me rompí la mandíbula a mitad de temporada, me costó entrar... Cambié de aires y en Tenerife llegué de central al principio, y las dos últimas temporadas casi todo el curso de lateral.
- ¿Y dónde se ha visto más fiable esta temporada Álex Muñoz?
- Conozco la categoría y sé lo que requiere y lo que necesita como central. Si cambias del centro al lateral... cuesta más. Físicamente los esfuerzos son más grandes y necesitas dos o tres partidos para coger ritmo. Yo me adapto a lo que requiera el equipo.
- El lunes, el Sporting. Ganar cuatro partidos consecutivos ¿sería como un borrón y cuenta nueva en la mentalidad del equipo? ¿O ese clic ya se ha dado?
- Estamos todavía en el proceso, obviamente. No llevamos casi ni una semana con el nuevo cuerpo técnico, tenemos que coger conceptos con balón y sin balón, pero es verdad que las tres victorias nos han dado esa mentalidad más positiva, esa motivación, no sé cómo explicarlo. Ahora somos más fiables, sólidos y más eficaces arriba. Estamos en ese cambio. Una victoria contra el Sporting nos podría hacer, no sé si dar un clic, pero sí lograr cuatro victorias seguidas, que eso es muy difícil en Segunda.
