Molina cuenta que el Levante le transmitió el deseo de contar con él en el primer equipo, pero la ausencia de ventas le dejaron sin sitio
VALÈNCIA. Arturo Molina regresará este domingo al Ciutat de València, un estadio que le trae buenos recuerdos, pero también una espina. El centrocampista murciano no llegó a debutar con el Levante de Paco López pese a que su llegada en 2016 despertó la curiosidad por un futbolista de futuro. Combinó diferentes cesiones, una de ellas al Real Madrid Castilla, para volver y ser importante en el filial. Cuando pudo asentarse como alternativa en la primera plantilla, el overbooking general de futbolistas acabó por dejarle sin espacio.
El club le transmitió el deseo de otorgarle una plaza en el equipo pero, según cuenta en PlazaDeportiva.com, no pudo liberar las fichas necesarias para ello. Era el Levante que, bajo la dirección deportiva de Manolo Salvador y David Navarro, no fue capaz de encontrarle acomodo a piezas como Vukcevic, Coke o Hernani, que a la postre salió cedido a Arabia con el mercado ya cerrado.
Hoy Molina juega en el Racing de Santander que amenaza con amargarle la fiesta a un Mehdi Nafti con especial pasado racingista como jugador. El exgranota analiza las posibilidades de los suyos, incrustados en las plazas de descenso, pero con la presión social de, como entidad histórica que es en España, asentarse en la categoría.
- ¿Cómo llega el Racing al Ciutat?
- Con sensaciones positivas. El equipo está haciendo las cosas bastante bien, solo nos falta lo que todo el mundo desea: las victorias. Trabajamos bien, lo intentamos... pero nos gustaría tener más puntos, claro. Vamos al Ciutat con la mentalidad de hacer un gran partido y llevarnos tres.
- De momento está siendo un inicio de temporada complicado ¿no? Solo una victoria del Racing, fue fuera de casa, y cinco derrotas...
- El Racing es un club muy exigente y es normal. La historia que tiene lo pone en el lugar de que así sea, pero es verdad que somos un equipo al que ha llegado mucha gente nueva. Mantenemos la base del año pasado, pero hay gente que se tiene que adaptar a nuestro juego. Hay un buen equipo en cualquier caso. Para el Racing esto no puede servir de excusa, pero es verdad que estamos en el proceso. Seguimos una buena línea, y de nada sirve si no llegan las victorias y mantenemos la categoría... Como todo.
- O sea que el Racing llega a Valencia con el cuchillo entre los dientes aunque sea ante el 'gallo' de la categoría...
- Sí. Esa es nuestra mentalidad de todos los partidos. Además, el Ciutat es un campo muy bonito, en un día especial para la Comunidad, y se va a vivir un ambiente bonito. Eso nos motiva.
- Llegáis al Ciutat, a la que fue tu casa durante varias temporadas -desde 2016 a 2021, con cesiones de por medio-. ¿Cómo ves desde fuera a un Levante con tantas dudas?
- Nadie puede dudar del nivel del Levante. Creo que tiene la mejor plantilla de Segunda División... También te digo que la temporada pasada pensaba que tenía un equipo para salvarse de sobra en Primera. Por circunstancias está aquí, en Segunda, y se tiene que adaptar. Quizá debería hacer algunas cosas diferentes, pero yo veo a un equipo muy bueno, con grandes jugadores, y veo que no es normal que no esté en las tres primeras posiciones. Es lo que vemos nosotros desde fuera.
- El hecho de que Mehdi Nafti esté discutido puede ser un plus para el Racing. ¿Lo habéis hablado? ¿Qué os dice Guillermo Fernández Romo?
- Que se puede ver de dos formas: la de un equipo que pasa una mala racha, que va a querer salir a por nosotros desde el principio, que nos marque pronto, su afición vaya con ellos y les salga un partido plácido; o que esa ola de la gente salga a nuestro favor, nos pongamos por delante temprano y se cree un runrún en el estadio. Esa es la opción que queremos nosotros, pero el fútbol es imprevisible y nunca se sabe.
- Tú guardas relación con algunos miembros hoy de la primera plantilla del Levante ¿no?
- Sí. Pasé tres años allí, coincidí en el filial con Cárdenas, Son, Pepelu, Cantero... También tengo relación con los fisios, con Luis... Hay mucha gente. Guardo amistad con otros jugadores del primer equipo, de la etapa de Primera, de cuando subía a entrenar o estuve en alguna convocatoria con Paco López.
- Hablemos de tu salida. Fue curiosa porque el verano pasado rescindiste contrato cuando aún te quedaban tres años más, pero el club necesitó en ese momento aligerar necesariamente la plantilla y se tuvo que deshacer de un jugador que fue toda una apuesta de futuro...
- Yo negocié con el club una renovación el año de la pandemia. Renové y fue una noticia muy importante para mí porque ya tenía que formar parte de la primera plantilla. Fue ese verano cuando me marché al Castellón, cedido. Ellos mismos -el Levante- me dijeron que iba a pertenecer al primer equipo, pero que tenían que liberar masa salarial y sacar a algún jugador con el que no contaban. Llegó un momento en que esos jugadores no salieron y lo hice yo. El Levante se guardó entonces la opción de cortarme el contrato con una indeminzación y eso es lo que pasó la temporada siguiente. Consideraron que no era válido para esa temporada. Son decisiones que toma el club, respetables. Ahí se terminó mi etapa, con pena por no haber podido debutar con el primer equipo. Así es el fútbol, no hay problema.
- ¿Te quedó la sensación de que el club podía haber apostado más por ti?
- Bueno, cuando estás ahí, lo ves tan cerca... y tienes esas ganas. Ese año se hicieron plantillas bastante numerosas, con 25 jugadores con ficha de primer equipo y varios de filial, que aportaban. Pero yo ya no era sub-23 y no tenía ese espacio que me hubiese gustado. Por eso me cedieron. Lógicamente te queda la espinita de no haberte podido ganar ahí ese hueco.
- Llegas al partido del domingo en buena dinámica pero nada más empezar la temporada te lesionaste. ¿Cómo estás de esa lesión en el pie?
- Es una lesión complicada, como todo lo que toca al hueso. No es una rotura de fibras que a las tres semanas se recupera. Hace mes y medio que me lesioné, en el primer partido de Liga, pero ahora estoy bien. Me quedan restos, dolores de vez en cuando, pero somos profesionales y el dolor entra en nuestro día a día.