VALÈNCIA. Aliphine Tuliamuk forma parte de una familia inabarcable, una red de hermanos y hermanastros interminable. Su padre, Lidoreng Tuliamuk, un hombre con muchas tierras en West Pokot County, en la frontera de Kenia con Uganda, tiene cuatro esposas y 32 hijos. Aliphine es la cuarta y su madre, Koo Ruto, la tuvo detrás de la cabaña redonda donde vivían en un poblado llamado Posoy. Por eso le pusieron de segundo nombre Chepkerker, ‘el que nace fuera’. Su padre ya ha cumplido los 70 y parece que al fin se da por satisfecho en esto de la descendencia, pero justo entonces su hija Aliphine empezó a pensar en ampliar la familia.
Tuliamuk, que ya tiene 32 años, es una atleta nacionalizada estadounidense que el 29 de febrero de 2020, en Atlanta, ganó el maratón los Trials, las pruebas de selección de Estados Unidos, y se aseguró una plaza para los Juegos de Tokio que iban a disputarse el siguiente verano. La fondista, entonces, trazó un plan: correr en Sapporo, la sede del maratón; después, el primer domingo de noviembre, disputar la quincuagésima edición del Maratón de Nueva York, y, cumplidos sus retos, entregarse a la maternidad.
Pero justo en ese momento llegó la pandemia y acabó con los planes de medio mundo.
La maratoniana estuvo unos días expectante. Pero vio que las fichas de dominó caían delante suyo Juegos. Hasta que un día, harta de esperar, tomó una decisión y le escribió un mensaje a su marido, Tim Gannon: “Quiero que tengamos un bebé”. Semanas después, el 16 de mayo, se hizo un test de embarazo y dio positivo.
Tuliamuk siguió entrenando y en agosto aún llegó a correr cerca de 30 kilómetros. Pero luego sufrió unas molestias articulares y bajó el ritmo. Ben Rosario, su entrenador, el hombre que lleva en Flagstaff, Arizona, NAZ Elite, le dio un consejo: “Sigue corriendo, pero escucha a tu cuerpo y en cuanto te pida parar, para”. La maratoniana siguió saliendo a rodar prácticamente hasta diciembre, cuando anunció en Instagram que esperaba a una niña.
A mediados de enero acudió a que le indujeran el parto y lo que esperaba que se solventara en doce horas se fue hasta las cincuenta. El 13 de enero de 2021, a las 4.09 horas, nació Zoe Cherotich Gannon. Los días se convirtieron en poco más que dar de mamar a su bebé cada dos horas y cuidar de ella. Pero a las ocho semanas, se calzó las zapatillas y salió a correr. No tardó en constatar que su cuerpo había experimentado “algo increíble” y que quedaba “un largo camino por delante”. Pero quedaban poco más de seis meses para el maratón olímpico del 7 de agosto y tampoco podía eternizarse en su regreso.
Rosario, su técnico, no es la primera vez que se enfrenta a algo así. Otra de sus atletas, Stephanie Bruce, fue madre en 2014 y 2015 y luego volvió a competir, alcanzando los Trials de 2016 en los 10.000 metros.
Tuliamuk creció en Kenia junto a algunos de sus hermanos, su madre y otros parientes. Su vida cambió el día que ganó una carrera provincial y se llevó de premio unas zapatillas regaladas por Tegla Loroupe, una maratoniana con victorias en Nueva York, Londres, Berlín o Rotterdam, donde llegó a batir el récord del mundo. La adolescente se motivó y tiempo después llegó a ser novena en un Mundial júnior de cross.
Antes de tomar la decisión de ser madre, Tuliamuk consultó a su entrenador y a su representante, Merhawi Keflezighi, y ambos la animaron a dar ese paso. La atleta nacionalizada recorría un camino que ya habían despejado Alysia Montaño, Allyson Felix o Kara Goucher, tres atletas que perdieron el apoyo de sus patrocinadores en cuanto se quedaron embarazadas. Pero la ganadora de los Trials tuvo más suerte y Hoka, su principal apoyo, ha extendido su contrato por cuatro años más.
Ahora falta por despejar la duda de si Tuliamuk será capaz de llegar en un buen momento de forma a los Juegos. Ella dice que la pequeña Zoe es su motivación y que, además, quiere convertirse, junto a su compañera Sally Kipyego, en la primera maratoniana estadounidense de raza negra en correr un maratón olímpico. Y esto también la estimula especialmente. Porque dice que es imposible desear ser lo que no existe y que cuando ella y Kipyego corran en Sapporo con la camiseta de Estados Unidos, muchas niñas negras desearán poder hacer lo mismo algún día.
Su reto es complicado, pero no imposible. Su compatriota Kara Goucher tuvo a su hijo Colt en septiembre de 2010 y siete meses después acababa quinta en el Maratón de Boston. Y la británica Paula Radcliffe dio a luz a Isla en enero de 2007 y en noviembre ganó el Maratón de Nueva York.