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opinión

¡Es un error histórico!

20/06/2019 - 

VALÈNCIA. ¿Escucháis ese silencio? Ah no, no lo escucháis. No nos dejan que lo escuchemos. Porque ante la precaución de la espera, las fauces de quienes dictaminan. Con qué seguridad hablan, qué presteza, qué convencimiento.

Las operaciones de mercado, la experiencia acumulada durante lustros y lustros veraniegos sin dar ni una, deberían auparnos al reino de la incertidumbre: a conceder el beneficio de la duda sin mayor temor que la espera del tiempo. 

Quienes bendijeron el alta de Batshuayi -lo hicimos en multitud- o quienes apenas mostraron emoción en la llegada de Neto, instalan sus vísceras en la fiscalización del mercadeo. Cillessen por Neto como error histórico, se lee. Negocio ruinoso, se paladea. Con su dosis de alteración añadida al atravesar las vías del Euromed y ver que en Barcelona la opinión excitada dice justo lo opuesto.

Me pillo los dedos cuando estoy a punto de sentenciar los movimientos por Denis -es más fácil encontrar fotos de él en la playa que en el Emirates- o por Rafinha. El historial de lesiones y la condición aparentemente horchatera de sus pasos generan el desaire. ¿No estaremos materializando un Valencia futuro de pechofríos? Y es entonces cuando maldigo, ¿pero no era yo el que tomaba a Parejo por un talento definitivamente desaprovechado por su carácter mustio? 

Con Maxi y con Mina el Celta considera que el Valencia debe darle toneladas de murciélagos para compensar la baja uruguaya. Otra voces, en cambio, manifiestan que Mina tiene el mismo valor que Maxi, estadísticas en mano. Por favor, alejad el Football Manager de nuestros ojos. 

Qué envidia la de los que lo tienen clarísimo y ya saben que la marcha de Neto es un cataclismo y la llegada de Cillessen un desbarajuste, en lugar de dudar y preguntarse si tal vez no es buen negocio dejar salir a quien no quiere/puede quedarse y usar como recambio al titular de Holanda. 

Los viscerales valoran que quienes esperan con confianza las acciones de Alemany y su órbita son vendidos y displicentes. ¿Pero dónde está la confianza si no es en los instantes en lo que se cree a pesar de las dudas?

Pobre de aquel que lo tiene todo tan claro. 

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