VALÈNCIA. La suerte no fue una aliada de España y el sorteo de la Eurocopa compuso el peor grupo para los hombres de Luis de la Fuente, que tendrán que enfrentarse a Croacia, Italia y Albania, tres selecciones que estarán marcadas por el último baile de Luka Modric, la recuperación del orgullo tras perder estatus en el último lustro y el intento de dar la sorpresa con una clasificación a octavos poco imaginable.
No hubo piedad para España. El tópico más que amasado del grupo de la muerte se lo llevó la Roja, que tendrá que dar la cara ante viejos conocidos frente a los que ha disputado diversas batallas con diferentes éxitos.
Sin duda, por la competitividad de sus jugadores, siempre incansables, el gran rival de España por la primera plaza será Croacia. El combinado balcánico vivirá, si no hay sorpresas, la última gran competición del mejor jugador de su historia: Luka Modric.
El centrocampista del Real Madrid no querrá perderse la que será su última oportunidad de ganar un gran torneo que se le ha escapado de los dedos en varias ocasiones. Doblegado por Francia en la final del Mundial de Rusia 2018 y tercero en el de Qatar 2022, Modric y su selección tiene una deuda pendiente con la Eurocopa.
Nunca han pasado de los cuartos de final, una ronda que alcanzaron en Inglaterra 1996 y en Suiza y Austria 2008, torneo en el que Modric explotó para darse a conocer al mundo. Desde entonces, no se ha perdido ninguna gran competición y ha sido el director de una orquesta que se ha convertido en una de las más incómodas para cualquier rival.
Al frente de Croacia está un seleccionador de garantías como Zlatko Dalic. Ha dirigido al cuadro balcánico en los Mundiales de 2018 y 2022 y en la Eurocopa de 2020. No ha faltado a ninguna cita y se ha encargado de hacer la transición entre los viejos compañeros de Modric y las nuevas generaciones. Nombres con los que empezó como Mandzukic, Lovren, Rakitic o Strinic ya no forman parte de una plantilla con algún veterano que también podría decir adiós tras la Eurocopa de Alemania.
Otros como Domagoj Vida e Ivan Perisic (34 años) aún sobreviven junto a Modric como veteranos de los últimos éxitos croatas. También sigue Marcelo Brozovic, que a sus 31 años y en una liga menor como la saudí, se mantiene en la brecha mientras ya son realidades estrellas como Josko Gvuardiol o jugadores más que solventes como Ante Budimir y Andrej Kramaric.
Juntos generarán muchos problemas a España, que también tendrá que mirar de reojo al otro 'coco' del grupo, Italia. Aunque parezca mentira, Italia es el vigente campeón. Alzó la Eurocopa de 2020 en un torneo que fue un oasis entre varios fracasos.
Y es que, la escuadra 'azzurra' no consiguió clasificarse para los Mundiales de Rusia 2018 y de Qatar 2022. Acumula disgustos y no podía fallar, debía estar en Alemania 2024 y lo consiguió de milagro en un partido agónico ante Ucrania con polémica incluida por un penalti muy claro de Cristante a Mudryk en el tiempo añadido que habría mandado a los hombres de Luciano Spalletti a la repesca.
La decisión del árbitro español Jesús Gil Manzano de no pitar nada (tampoco fue avisado desde el VAR), embarró la vuelta a un torneo de nivel de Italia. Pero, una vez dentro, aunque sea casi por la puerta de atrás, tiene nivel para sorprender a cualquiera.
Aunque ya no cuenta con estrellas rutilantes como en el pasado, el equipo de Spalletti goza de la presencia de nombres más que solventes como Donnarumma, Jorginho, Chiesa o Zaniolo.
Pero en defensa aún sueña con el dúo Bonucci-Chiellini que tantos éxitos produjo en el pasado y con Acerbi y Buongiorno aún busca la solidez de otros tiempos. Pero, sin duda, las ganas de agradar después de varios reveses, harán del rival que España batió en la final de la Eurocopa 2012 a un equipo más que peligroso.
Albania, a priori, será la selección más débil a la que tendrá que enfrentarse España. Disputará su segunda Eurocopa tras el éxito de Francia 2016. Entonces, no pasó de la fase de grupos, pero dio un paso de gigante para tomar la costumbre de codearse con las grandes potencias del fútbol europeo.
Ocho años después, repetirá experiencia. Si no hay sorpresas, su presencia en el grupo E servirá para agarrar más experiencia de cara al futuro. Pero, por qué no, intentará dar la sorpresa para colarse en la siguiente fase como uno de los mejores terceros que alcanzarán los octavos de final. La segunda plaza o la primera es una quimera para Albania. Sería un sorpresón que alcanzara alguna de esas dos posiciones.
Pero sus rivales tendrán que mirar su trayectoria en la fase de clasificación para mostrar sus respetos a un equipo que se clasificó en la primera posición del Grupo E. Pudo con la República Checa, que quedó segunda, y acabó con Polonia, Moldavia y las Islas Feroe.
La clave del éxito de Albania la tienen cuatro profesionales: el brasileño Sylvinho (ex jugador del Celta y del Barcelona), sus ayudantes Pablo Zabaleta y Doriva, y Alarico Rossi, jefe del departamento de scouting de Albania que implantó un algoritmo para captar jugadores con doble pasaporte con los que llenar la selección de nombres que pudieran rendir a gran nivel.
Así encontró a jugadores como Iván Balliu, nacido en España pero con apellido albanés procedente de uno de sus abuelos. El defensa del Rayo Vallecano se ha adaptado a la perfección a un grupo con situaciones similares como la de Taulant Seferi o Klaus Gjasula y cuyo principal característica es el bloque por encima de las individualidades.
Aún así, Albania cuenta con jugadores con experiencia en las grandes Ligas: Berisha, Djimsiti, Hysaj, Ismajli, Ramadani, Bajrami y Asllani juegan en la Serie A; Strakosha, en la Premier League; y otros como Uzuni, Balliu o Bare, en España. Con esos mimbres, los hombres de Sylvinho, un equipo rocoso, intentarán dar la sorpresa.