VALÈNCIA. Con el alma en vilo, miles de españoles que viven en Australia comienzan a lucir sus camisetas con colores de "la Roja" para animar a la selección de fútbol femenino en el duelo histórico contra Inglaterra en la final del domingo en Sídney del Mundial de la FIFA.
Muchos de estos hinchas son niños, hijos de españoles que aunque viven, se educan y juegan fútbol en Australia, siguen manteniendo fuertes lazos con su cultura y su lengua y conservan la pasión por "la Roja".
A Clara Villoldo Pérez, una niña española de diez años que juega a fútbol y ayuda a entrenar a su hermano menor, Jon, le gusta la selección española porque cree que juegan "mejor que otros equipos del mundo".
Y aunque no se sabe los cánticos para alentar a "la Roja", Clara, que se siente "especial en el cole" por ser española, "va a gritar muy alto" cuando vea la final.
"¡España, España!, ¡Vamos chicas!", dice a EFE Alex Rey Laaksonen, un niño de diez años de padre español, cuándo se le pregunta cómo va a animar a la selección de su país.
Alex, quien juega fútbol en un equipo de la playa Umina opina que el pase a la final de "Las soñadoras" afectará "buenísimamente" (sic) a la reputación de España y ayudará a que "el mundo vea que no solo los hombres pero también las chicas tienen (un) espíritu muy bueno".
Por su lado, Mateo Ter Meulen Ortíz, de 16 años y de madre española, trabaja como entrenador de fútbol de niñas.
Mateo, cuenta que ahora muchos se sienten "muy apasionados" por el fútbol y "ahora todos quieren ser profesionales", bromea en declaraciones a EFE el otrora capitán de la selección australiana de menores en el torneo mundial IberCup 2022 que se jugó en España y Portugal.
HUELLAS HISTÓRICAS DE SUDOR Y LÁGRIMAS
Clara, Alex y Mateo son algunos de los hijos de los más de 17.000 españoles que viven en Australia, principalmente en las ciudades de Sídney y Melbourne, las más pobladas.
Valorados en Australia por sus paellas, jamones y chorizos, a los españoles se les distingue en las calles por sus expresiones y su gran sentido del humor, así como su fuerte apego a su cultura y su lengua, que transmiten a sus hijos y nietos.
Los españoles exploraron las tierras australes en el siglo XVII, entre ellos Luis Váez de Torres -quien dio nombre a unas famosas islas del noreste de Australia- aunque fue durante la fiebre del Oro a la región de Victoria en la década de 1850 cuando llegaron decenas de pioneros hispanos.
Por esas épocas también surgió la figura del monje benedictino Rosendo Salvado (1814-1900), quien fundó a mediados del siglo XIX la abadía de Nueva Norcia, la única ciudad monástica en el país oceánico.
Salvado jugó un papel importante en la vida de los aborígenes australianos, a quienes se vinculó estrechamente en expediciones por el país e incluso llegó a comunicarse en sus lenguas, en una época en que los nativos eran despreciados.
Décadas más tarde, en la segunda mitad del siglo XX llegaron miles de españoles y españolas en virtud de un plan de migración y trabajo suscrito entre España y Australia que, bajo el principio de "poblar o muerte", ofrecía prácticamente un billete sin regreso con sueldos bien remunerados en tareas domésticas y agrícolas.
Entre estos españoles estaban incluidas las llamadas "Martas", como se conoce popularmente a centenares de jóvenes solteras que fueron traídas a Australia para trabajar, aunque con la intención secreta de casarlas.
Estos españoles crearon en esa época el Club Español en Sídney, ya desaparecido, y una camaradería envidiable que les ayudó a resistir la soledad en un país que entonces carecía de bares de tapas en los que se conversaba hasta el amanecer.
La comunidad de españoles es muy variada, hay ancianos con nietos con familias multiculturales arraigadas en Australia, así como jóvenes profesionales, empresarios, científicos reconocidos, trabajadores sociales, voluntarios, artistas, celebridades, chefs, así como estudiantes internacionales y "mochileros" con distintos proyectos.
UNIDOS POR UN SUEÑO
Pese a la diversidad de intereses, muchos de estos españoles estarán unidos este domingo, por un deseo: la victoria de "la Roja".
La pregunta que flota es ¿dónde?, tal y como se lo plantea la cineasta y académica Natalia Ortiz, quien dijo a EFE que su familia está indecisa porque a su hijo Mateo solo lo dejan estar en un pub hasta las 21.30 por ser menor de edad y "si hay penaltis y tiempo extra, pues no puede ser".
Para el enfermero Rafael Rodríguez, que tiene dos hijas con una inglesa, la cita será probablemente en la zona de fans de la FIFA, en donde espera que Luisa y Sophie estallen de emoción cuando "La Roja" gane por 2-1.
"El pronóstico está claro, Inglaterra no tiene opción y España conseguirá su primer mundial femenino", afirma el ejecutivo Miguel Castro.