Esta Segunda División pasa factura

VALÈNCIA. 'Mal de muchos, consuelo de tontos', pero si a algo se puede agarrar el Levante tras el siniestro de Tenerife es la dinámica de sus rivales directos por el ascenso. Tanto es así que ninguno de los cinco candidatos pelearía el regreso a Primera si se tomaran por muestra los dos últimos meses de competición. El Levante ha cosechado 11 de los últimos 30 puntos, es decir, solo ha ganado dos de las últimas 10 citas. Pero es que el bagaje del resto o no es mejor o ni siquiera da para ser de los seis mejores equipos de la categoría desde marzo. Las Palmas también ha sumado 11; el Alavés, 13; el Eibar, 14; y el Granada, algo más arriba; 15. Los de Paco López sí han ganado cuatro encuentros de esa horquilla, pero en una teórica tabla de solo diez jornadas quedaría fuera del playoff. A todos les ha pasado factura la estrechez del torneo en su zona alta. De hecho, si se reduce la horquilla a solo los últimos cinco, el big five clasifica por debajo del décimo escalón.

La dinámica de los dos últimos meses contrasta con la de la etapa completa de Javi Calleja al frente del barco granota. La realidad es que desde que aterrizara el técnico, si solo contaran las 29 jornadas ligueras que ha dirigido en Orriols, el Levante no solo estaría en puestos de ascenso directo, sino que sería el líder de la Segunda División. Una posición que, sin embargo y a pesar de afrontar varias finales durante la temporada en esa dirección, todavía no ha llegado a tocar esta temporada. Paradójicamente, al preparador madrileño no le ha dado para cuadrar un Levante fiable que amarrara la parte noble aun habiendo hecho, en el cómputo global de su estancia, mejores números que sus competidores.

Ahora la realidad es que el equipo ya no depende de sí mismo. Está a dos puntos de Primera a falta de nueve por disputar y ha de esperar que, más allá de ganar sus envites, al menos dos oponentes pinchen. Los calendarios dan cierto oxígeno al cuadro de Javi Calleja: Levante, Eibar y Granada tienen las agendas más relajadas; Alavés y Las Palmas, el actual líder de la categoría, son los que habrán de topar con rivales menos asequibles, todavía con objetivos abiertos, y también entre sí. No sería extraño ver tropiezos y cambios de posiciones en las próximas jornadas. Es la gran esperanza a lo que se agarra un vestuario que, aunque ha de cerrar filas y atinar con las balas que le quedan, ahora también tendrá que mirar los disparos de sus rivales.

El peligro de los que no se juegan nada

Mientras tanto, aunque el calendario se prevea aparentemente sencillo, los levantinistas ya han probado las mieles de aquellos que aprietan precisamente por no tener objetivos al alcance. El Tenerife de Luis Miguel Ramis, en mitad de la tabla e incluso con la confirmación de que su entrenador no continuará el próximo curso, fue muy superior al Levante más flácido del último tramo. Los tinerfeños, de hecho, han sumado 11 puntos de los últimos 15. Y eso ya es un aviso para navegantes. 

En la última jornada de Liga en el Ciutat, cuando el Levante puede estar jugándose su última carrera para aparecer entre los dos primeros en la photo finish, llegará a Orriols precisamente el mejor equipo actual de la Segunda División: el Real Oviedo de Álvaro Cervera. Ha ganado los últimos cinco choques y ha sacado 20 puntos de los últimos 30 en que los granotas solo han conseguido 11. Es la gran amenaza: el Ibiza, con pleno de derrotas en el último mes, está defenestrado; y el Villarreal, aunque con mejor bagaje que el Levante en ese tramo, tampoco debería ser un problema.