VALÈNCIA. Con el “veneno” de la derrota en Anduva en vena -así lo expresó Julián Calero tras caer en el descuento ante el Mirandés de Alessio Lisci-, el Levante busca lamerse las heridas frente al Córdoba. Mirar demasiado al pasado no entra en los planes del entrenador de Parla, así que se ha empeñado esta semana en hacer que su vestuario mire al frente. A tiempo de todo, si sus chicos logran vencer al peor visitante de la categoría, regresarían a las plazas de playoff de manera provisional, siempre contando con el encuentro de menos que lucen en su casillero.
Por eso, Calero planea mantener una columna vertebral que, por circunstancias más víricas que balompédicas, hubo de tambalearse en Miranda del Ebro. Hay nombres que son inamovibles, como Pablo Martínez, y que no jugaron el pasado viernes. Tras más de una semana de recuperación y preparación, el madrileño apunta al once de vuelta, junto a la clásica medular formada por Oriol Rey y Kocho. Mientras, el otro gran foco de la alineación de arranque alumbra la zaga. Ahí, sin Dela, sancionado, emerge de nuevo la figura de Jorge Cabello, discutido desde su lesión.
Los laterales y la portería tienen dueños asegurados -Andrés Fernández, García y Diego Pampín-, mientras que el frente de ataque permite más combinaciones. Carlos Álvarez, el futbolista con más regularidad en su estado de gracia junto a Andrés García, continuará partiendo desde la diestra. En punta, a pesar de los últimos dientes de sierra en su rendimiento, la confianza en Morales y Brugui sigue intacta, aunque podría entrar Iván Romero, que fue suplente en Anduva.
Con todo, el posible once del Levante frente al Córdoba podría ser el formado por Andrés Fernández, Andrés García, Elgezábal, Cabello, Pampín, Oriol Rey, Kocho, Pablo Martínez, Carlitos, Morales, Brugui o Iván Romero.