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13 de noviembre / OPINIÓN

Este sí que es el camino

7/09/2021 - 

VALÈNCIA. Pase lo que pase mañana hay que aplaudir a este Levante Femenino que ha vuelto a Europa 13 años después y ha empezado la Primera Iberdrola destrozando al Real Madrid de las exgranotas Ivana Andrés, Marta Corredera, Rocío Gálvez, Claudia Zornoza y Esther González. Hay que ser realistas, la lógica dice que el sueño continental acabará en Lyon y que las siete veces campeonas de la Champions accederán a una fase de grupos donde habrá unos cuantos equipos de peor nivel que las granotas. Es lo que tiene este nuevo formato, el de las dos rutas, con campeonas de Ligas de menor pedigrí que estarán entre las 16 mejores del continente. Gusten o no, las reglas del juego eran de sobra conocidas. Después de salir victoriosas del mini-torneo en Trondheim tras vencer al Celtic (2-1) y al anfitrión Rosenborg en la prórroga (4-3), las posibilidades de que tocara el gordo eran elevadas. Lyon, Manchester City y Wolfsburgo eran tres de los cinco rivales a evitar (Rosengard y Slavia de Praga eran los otros dos y un poco más terrenales) y no hubo suerte. Un desafío extremo con brotes verdes, aunque inicialmente no parecía que los hubiera al tener delante a Endler, Renard, Majri y compañía, e incluso tras el 1-2 en casa. Una eliminatoria que curte, que fortalece a cualquier vestuario si se afronta sin miedo, aunando raza, corazón y compromiso para reducir las diferencias y plantarle cara a un equipazo que se ha reforzado a conciencia para recuperar el terreno perdido en Francia y Europa. Una combinación que define a la perfección al nuevo Levante de Ángel Villacampa. 

Los que me conocéis sabéis que tengo un cariño especial a esta sección, sobre todo a los que no aparecen en los titulares, a los que las han vivido de todos los colores. Me alegro enormemente por el bueno de Manolo Almécija, mucho más que el delegado del equipo. Esta trayectoria de Orgull Granota en Europa merecía vivirla más que nadie. También por currantas como Maider y Ruth, referentes en su día en el terreno de juego y ahora en los despachos, felices al comprobar que el nuevo proyecto, con cambio en el banquillo, fluye sobreponiéndose a las salidas y a las lesiones que azotan todavía a la plantilla. De la experiencia continental, si al final acaba mañana, van a salir todas tremendamente reforzadas y seguro que no esperaremos a vivirla otros 13 años más porque esto debe ser solamente el principio. La capitana Alharilla (todo corazón y compromiso), la manchega Alba Redondo (bigoleadora ante el Real Madrid), la todocampista Sandie Toletti (hago desde ya campaña para amarrarla de por vida porque su cotización se ha disparado), la magia de Carol Férez (bienvenida de nuevo y nosotros tan felices), las exrealistas Nuria Mendoza y Leire Baños… y podría seguir, pero quiero hacer hincapié en la insultante juventud de esta plantilla y además con galones.  

El Levante del futuro, o mejor dicho de este presente ilusionante, pasa por María Valenzuela (26/11/2002), Paula Tomás (cumplirá 20 años el próximo sábado), María Méndez (también de 20 añitos cumplidos el pasado 10 de abril), Silvia Lloris (aún más joven, del 15/05/2004) y, aunque con un rol más residual, Fiamma Benítez (19/06/2004). Valenzuela, Paula, ‘Pecas’ y Lloris, las cuatro titulares, no se arrugaron en la ida del pasado miércoles en un Ciutat entregado a sus campeonas. Parecía que llevaban jugando este tipo de eliminatorias muchísimas más veces. Enormes. Lástima que ni Gio Queiroz (21/06/2003) ni Érika Gónzalez (31/08/2004), las últimas joyitas en llegar, hayan podido todavía contribuir en el terreno de juego todo lo que les gustaría. Tendrá tiempo. Y no hay que olvidarse de Eva Navarro (27/01/2001). Hay muchas ganas del regreso de la internacional de Yecla (en principio durante el próximo mes de octubre). En esta nueva identidad futbolística se puede poner las botas. Es necesario seguir mimando a la factoría de Buñol, a las que buscan hacerse un hueco desde abajo como Estela Carbonell (18/10/2004), Gema Climent (16/07/2003) y Ainhoa Bascuñán (23/02/2004),. Creer y tener paciencia. Su ilusión es el mejor tesoro que puede tener la sección más querida del escudo que este verano ha sufrido otro expolio blanco. 

De esta amplia constelación de jóvenes talentos, un par de detalles de dos de ellas. Cuando acabó la ida, y antes y durante el diluvio universal que cayó (que a un servidor y unos cuantos más nos obligó a quedarnos encerrados en el estadio hasta que paró de jarrear), me quedé alucinado con el impacto mediático de Gio Queiroz. A cada paso que daba, fotografía que le pedían. Me lo esperaba. Bastaba con ver la que se montó cuando el Levante anunció su fichaje para entender el ‘efecto Queiroz’. Además de por sus cualidades en el césped (fue la protagonista con dos golazos del pase granota a esta histórica eliminatoria y desafortunadamente aún no ha podido volver a jugar por una lesión en el cuádriceps derecho) y su futuro indescriptible (por algo es propiedad del Barcelona), es un icono total con más de medio millón de seguidores en Instagram, más del doble que el perfil oficial del propio Levante UD que seguro ha aumentado de fieles brasileños (y de otros rincones) gracias a ella. 

Y la segunda es Paula Tomás, talento criado cien por cien en Orriols, cuya historia comenzó en el Campus Interno de verano de 2012 del Levante donde era la única chica. Natural de El Verger (municipio en la provincia de la Marina Alta), de los 6 a los 9 años se formó en la Escuela Municipal de Fútbol de su pueblo, de ahí pasó a defender los colores del Xeraco y, de inmediato, todo cambió cuando le apuntaron al campus tras ver una publicidad que lo anunciaba. Al acabar una experiencia que ha quedado para siempre en su memoria, Voro Ortiz, por aquel entonces uno de los responsables de la dirección deportiva de la sección femenina, contactó con la familia para que Paula fuera a un entrenamiento y ya no se marchó. 

Lo de ser un equipo competitivo se ha convertido en uno de los temas estrellas en los debates de los hombres de Paco López. Esa es la seña identidad del Femenino. Competir, competir y no dejar de competir. Este sí que es el camino. Desgaste, intensidad y hambre. Mordiendo y peleando cada balón. Y un ritmo de juego vertiginoso. El Levante fue una apisonadora con el mismo once que cuatro días después había peleado en la Champions. Detallazos (el control de Alharilla que precedió al 3-0 fue puro caviar) y golazos de creación y ejecución (el de Tatiana Pinto va a ser uno de los mejores de la temporada). Una goleada mayúscula y eso que al Madrid le perdonaron en la primera parte la segunda amarilla y expulsión de Ivana y un penalti claro de Olga Carmona sobre Toletti. Dio igual. Fue una fiesta y una inyección de energía para el partidazo de mañana. El OL Training Center de Décines será testigo (18:00 horas) de una cita para la historia en la que las granotas tendrán que tirar de épica para remontar la eliminatoria. Pase lo pase… Orgullo de Champions. 

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