VALÈNCIA. Soplan aires de cambio en el Calcio italiano. Lejos queda ya la década pasada, en la que la Juventus de Turín conquistó nueve Scudettos consecutivos. Tuvo que llegar el Inter de Milán de Antonio Conte (actual técnico del Tottenham) hace dos temporadas para romper la hegemonía bianconera y dar pie al renacimiento de los dos históricos de Milán. Y es que su eterno rival rossonero tomó el relevo conquistando el título la pasada temporada con un trabajadísimo proyecto comandado por su técnico, Stefano Pioli.
Por si fuera poco, el crecimiento y la transformación del fútbol italiano se ven refrendadas estas últimas fechas por la presencia de Inter, Milán y Nápoles en los cuartos de final de la Liga de Campeones. Napolitanos y milanistas se verán las caras por un lugar en semifinales, mientras que el Inter se verá las caras con el peligrosísimo Benfica del alemán Roger Schmidt.
Sin embargo, no todo son alegrías en la capital lombarda. Es cierto que la Juventus ya no tiene el potencial de hace unos años y que fue sancionado con 15 puntos el pasado enero por plusvalías e irregularidades en algunos traspasos. Sin embargo, el principal quebradero de cabeza en el norte de Italia tiene nombre y apellidos: Società Sportiva Calcio Napoli. Los partenopeos han destrozado registros y han convertido la Serie A en una auténtica tiranía tras sumar 71 puntos de 81 posibles (23 victorias, 2 empates y tan solo 2 derrotas). Ayer liquidaron a domicilio al Torino por un claro 0-4 y son los líderes absolutos en números y en fútbol.
Luciano Spalletti, que ya dirigió en su día a la Roma y el Inter entre otros, ha sabido construir un equipo que es un rodillo y que también aspira absolutamente a todo en Europa. A día de hoy, es uno de los principales candidatos al título en Liga de Campeones y el equipo que mejor temporada está completando en el continente. En la competición doméstica no hay mucho que analizar; tan solo que tiene la liga en el bolsillo y puede administrar a su antojo su enorme ventaja respecto al segundo, el Inter de Simone Inzaghi. Fin del análisis.
Spalletti tiene a su disposición un abanico de recursos interminable, empezando por uno de los mejores delanteros del momento, el nigeriano Victor Osimhen, que se asocia a las mil maravillas con el mexicano Hirving Lozano, el polaco Piotr Zielinski y el exgroguet Zambo Anguissa entre muchos otros. Mención especial merecen las dos grandes revelaciones del Calcio: el supertalento Khvicha Kvaratskhelia, que es compañero del meta valencianista Giorgi Mamardashvili en la selección georgiana, y uno de los grandes centrales del momento como el surcoreano Kim Min-jae.
“Kim Min-jae es el mejor central del mundo en este momento”
Luciano Spalletti, técnico del Nápoles
En la pelea por posiciones Champions League también se encuentran la Lazio de Maurizio Sarri y la Roma de José Mourinho, que protagonizaron ayer uno de los derbis de Roma más igualados y calientes de los últimos años. La ciudad eterna disfrutó en la tarde de ayer su particular y vibrante Cremà con un escenario único, el Olímpico, y una victoria clave para el cuadro celeste.
El horizonte se dibuja más triste para otro histórico: una Sampdoria que ya lloró el pasado enero la pérdida de una de sus leyendas, Gianluca Vialli, y cuya condición de colista lo condena salvo milagro a la Serie B. Por otro lado, resulta complicado revisar la actualidad del fútbol transalpino sin mencionar la situación de otra institución ilustre: la Fiorentina. A pesar de marchar undécimos, los Viola están en la buena senda y tienen en su banquillo un gran entrenador: Vincenzo Italiano.
Atrás quedaron los años en los que la Fiore se veía las caras con el Valencia en Champions League, pero los toscanos siguen peleando por posiciones europeas, están en cuartos de final de la Conference League y tienen en nómina jugadores importantes como Luka Jovic, Jonathan Ikoné, el volante internacional albiceleste Nico González, el lateral brasileño Dodo, el central internacional serbio Nikola Milenkovic y uno de los verdugos de la selección española el pasado Mundial: el todoterreno de la medular marroquí Sofyan Amrabat, un futbolista a tener muy en cuenta.
La Fiore es uno de esos clubes que inspira cariño a través de su historia. Tras una década de los 90 idílica con emblemas como Gabriel Batistuta, Rui Costa (actual presidente de un Benfica que desafía sin complejos al Inter en cuartos de final de Champions League), Francesco Toldo, Lorenzo Amoruso y muchos otros, la entidad se disolvió y se refundó por enormes problemas económicos, para terminar siendo relegada a disputar la Serie B. Volvió a la élite en 2004, consiguió la permanencia y el verano siguiente apostó por un hombre que ha quedado para siempre unido a su escudo: Cesare Prandelli (Orzinuovi, 1957), que sustituyó en el cargo al mítico Dino Zoff.
Entre 2005 y 2010, la Fiorentina se ganó el corazón de los aficionados practicando el fútbol rápido y vistoso característico de la pizarra de Prandelli. El técnico recibió el premio de entrenador del año en la Serie A en 2008; sin embargo, un año antes vivió el momento más duro de su vida con la pérdida de su esposa Manuela, una circunstancia que movilizó a toda una ciudad para mostrarle un apoyo y un cariño que rebasaron con creces las fronteras de lo puramente futbolístico.
“La amé tanto que seguirá viviendo dentro de mí”
Cesare Prandelli
Como futbolista ganó absolutamente todo en las filas de la Juventus, el gran rival de la Fiore, y como entrenador ha dejado su imprenta gracias a su carisma y su filosofía de fútbol. Tras pasar por los banquillos de Atalanta, Lecce, Hellas Verona, Parma, Roma, Galatasaray, Valencia, Al-Nasr, Génova y Fiorentina en dos etapas diferentes, el técnico hizo público el punto y final de su carrera hace pocos días. Los caprichos del destino quisieron que el club que lo consagró como técnico fuese el último que le entregó su banquillo. Forza Viola por siempre.
Recordado en Valencia por las palabras que dirigió a la propiedad del club y a la afición tras su dimisión en diciembre de 2016, Prandelli fue uno de los primeros en alzar la voz contra la gestión del club por parte de Meriton. Aclamado y respetado en Mestalla, siempre tuvo el cariño y el apoyo de la grada a pesar de una corta estancia que a la postre fue inferior a tres meses. Actualmente, y presenciando la durísima situación que atraviesa el club, muchos se acuerdan de aquel primer “aviso” que mandó el italiano hace ya más de seis años.
Toda una vida dedicada al fútbol pone punto y final para iniciar otra no menos apasionante. La memoria de su amada Manuela sigue muy viva en su memoria, y ahora el reto poco tiene que ver con banquillos, vestuarios, sistemas de juego o gestión de grupo. “Ahora el reto va mucho más allá de un partido o un campeonato, y no es otro que el de honrar la memoria de Manuela dedicando todas sus fuerzas a lo más importante en su vida: su familia.
"El único banquillo con el que sueño es el del parque con mis nietos"
Cesare Prandelli