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fútbol internacional / OPINIÓN

Exvalencianistas por el mundo: Eduardo Vargas

3/11/2021 - 

VALÈNCIA. Una leyenda del fútbol chileno: máximo goleador histórico de la selección de Chile en la Copa América (a solo 3 del récord) y segundo máximo goleador histórico de su selección (por delante de mitos como Marcelo Salas o Iván Zamorano), a solo 6 dianas de su compañero y amigo Alexis Sánchez (Inter de Milán). Un tipo que apenas tuvo protagonismo en el fútbol europeo pero que se transforma cada vez que se enfunda la elástica de Chile. Por derecho propio, Eduardo Jesús Vargas, que vistió la camiseta del Valencia allá por 2014 y milita actualmente en las filas del Atlético Mineiro, forma parte de una larga lista de jugadores que brillan solo cada dos años y en torneos de selecciones; pero de qué manera. Son auténticos especialistas en campeonatos cortos: Miroslav Klose (Alemania), Lukas Podolski (Alemania), Asamoah Gyan (Ghana), Guillermo Memo Ochoa (México), Xherdan Shaqiri (Suiza)…

Hace 31 años, en el municipio de Renca (al noroeste de la capital Santiago), Eduardo Vargas nació y creció por y para el fútbol. Su pasión lo llevó a iniciarse en las categorías inferiores de Universidad Católica (actual campeón de la liga chilena) y Deportivo Palestino, ambos clubes radicados en la ciudad de Santiago. Con 15 años y tras participar en un reality de fútbol patrocinado por Adidas y emitido por Fox Sports, consiguió disputar una temporada en las filas del Puerto Rico Islanders de la USL First Division: la competición inferior de la MLS pero sin vinculación de ascensos o descensos. En el club boricua compartió vestuario con el exjugador del Villarreal Gustavo Barros Schelotto, recién nombrado en la actualidad técnico asistente de su hermano Guillermo en la selección paraguaya, tras la destitución de Toto Berizzo.

“No he pensado en nada más que el fútbol desde que vi un balón por primera vez”

En 2006, en un torneo amateur al sur de Chile, llamó la atención de numerosos técnicos tras consagrarse máximo goleador del certamen junto con Arturo Vidal (Inter de Milán), algo que le abrió las puertas del Club de Deportes Cobreloa (actualmente en la Primera B, la segunda categoría del fútbol chileno) para convertirse definitivamente en profesional.

    

Su crecimiento y maduración como goleador llamó la atención de uno de los grandes del fútbol suramericano: Universidad de Chile. Como jugador de La U, su rendimiento y los éxitos cosechados hablan por sí solos: campeón de la Copa Sudamericana 2011 (2ª competición internacional de clubes por debajo de la Copa Libertadores), campeón del Torneo Apertura 2011, campeón del Torneo Clausura 2011, mejor jugador y máximo goleador de la Copa Sudamericana 2011 (11 dianas), 2º mejor jugador de América en 2011 (por detrás de un tal Neymar Júnior) e integrante del Equipo Ideal de América ese mismo año. Era inevitable la llamada del otro lado del charco.

A pesar de los más de 13 millones invertidos por Aurelio De Laurentiis y con Edinson Cavani (Manchester United) y Ezequiel Lavezzi (retirado) formando una dupla de ataque demoledora en el fútbol europeo, el chileno apenas tuvo oportunidades en un Nápoles donde, por cierto, militaba un ya veterano Cristiano Lucarelli (vistió la camiseta del Valencia en la temporada 98/99). En San Paolo (llamado actualmente estadio Diego Armando Maradona), Vargas pudo conquistar una Copa de Italia pero, ante la falta de minutos, salió cedido primero al Gremio brasileño y, en enero de 2014, al Valencia.

Aquel invierno, tras la destitución de Miroslav Djukic, llegó para tomar el mando de la nave valencianista Juan Antonio Pizzi (técnico de Racing de Avellaneda hasta el pasado verano). Tanto Amadeo Salvo como Rufete, que recién nombrado secretario técnico había apostado por Pizzi para el banquillo, buscaron dar un golpe de efecto en la plantilla dando salida a varios jugadores e incorporando al internacional chileno, al central portugués internacional sub-19 Rúben Vezo (Levante), a la promesa del fútbol brasileño Vinicius Araújo (Montedio Yamagata de la 2ª división japonesa) y a los veteranos Philippe Senderos (director deportivo del Servette suizo) y Seydou Keita (retirado).

"Yo quería darme una segunda oportunidad y se dio en un gran club: el Valencia”

Media temporada en Mestalla (el club no ejecutó la opción de compra sobre el jugador en verano) le valió al chileno para disputar 25 encuentros de blanquinegro, en los que anotó 5 tantos y dio 4 pases de gol. Exhibió un buen entendimiento tanto con Paco Alcácer (Villarreal) en aquella mágica remontada ante el Basilea en Europa League, como con Jonas Gonçalves (retirado) en la vuelta de aquella fatídica eliminatoria frente al Sevilla. Sin embargo, su rendimiento siempre fue demasiado intermitente.

La trayectoria de Eduardo Vargas en Valencia fue un capítulo más de su periplo sin suerte en el fútbol europeo: a su vuelta a Nápoles, Rafa Benítez no contó con él de cara a la temporada 14/15, y el ariete probó fortuna en la Premier con el Queens Park Rangers y en la Bundesliga en las filas del Hoffenheim, pero nunca terminó de encontrar su sitio a este lado del Atlántico.

"Tuve un mal pasar por Italia. No tuve la confianza del técnico y bajé mucho el rendimiento. Después no pude hacer nada"

Eduardo Vargas para Radio Marca

Su discreto papel en las grandes ligas europeas contrastaba con el brillo exhibido con su selección. Y es que Vargas es historia viva del fútbol chileno. Compitiendo por su país ha demostrado ser un delantero con un magnífico instinto para el remate y la asistencia, además de haber liderado junto con Arturo Vidal (Inter de Milán), Claudio Bravo (Betis), Alexis Sánchez (Inter de Milán), Gary Medel (Bolonia), Charles Aránguiz (Bayer Leverkusen) y compañía la mejor selección chilena de todos los tiempos: la que ha conseguido levantar 2 títulos de Copa América consecutivos bajo las órdenes de Jorge Sampaoli (Olympique de Marsella) en 2015 y Juan Antonio Pizzi (sin equipo) en la edición Centenario de 2016, con el exvalencianista siendo el máximo realizador en ambos torneos.

“Cuando voy a la selección, me prendo”

Más allá de su constante presencia en las convocatorias del combinado dirigido en la actualidad por Martín Lasarte, exentrenador de la Real Sociedad, River Plate y Universidad de Chile entre otros, los últimos años de carrera profesional de Eduardo Vargas han transcurrido de nuevo en América. En los casi 4 años de su trayectoria en Tigres de México, durante los que compartió frente de ataque con el clásico André-Pierre Gignac, el chileno sumó 42 goles y 18 asistencias que auparon a Tigres a dos títulos de campeón de liga y uno de Liga de Campeones de la CONCACAF un mes después de su salida del club en noviembre de 2020.

Salió de México hace un año para firmar por su actual club: el Atlético Mineiro del Brasileirao, el club donde dejaron huella jugadores como el exvalencianista Diego Alves (Flamengo), el ex del Villarreal Juliano Belletti, Mancini, Gilberto Silva, Cicinho o uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos, Ronaldinho Gaúcho. Durante este último año en Belo Horizonte, una ciudad rodeada de montañas al este del país, Eduardo Vargas ha formado en ataque junto con viejas glorias de sangre caliente como Diego Costa o Hulk.

A sus casi 32 años y 7 años después de portar el murciélago en el pecho, la ilusión del exvalencianista sigue intacta con la aspiración de alargar una carrera que puede convertirlo en el máximo goleador histórico de la auténtica Roja (los españoles copiamos el término no hace muchos años) y, cómo no, volver a su país tarde o temprano para retirarse en Universidad de Chile: el club de sus amores.

“La gente sabe que quiero volver a jugar algún día en la U”

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