VALÈNCIA. Se disputa en Camerún durante este mes y hasta el próximo 6 de febrero la que es probablemente la Copa de África más abierta e interesante de los últimos tiempos. Con un despliegue de talento pocas veces visto en la competición y con un buen manojo de estrellas del fútbol europeo como abanderados, son muchos los equipos que acreditan opciones muy serias para levantar un título que actualmente es propiedad de Los Zorros del Desierto: una potente selección de Argelia que se presentaba de nuevo como una de las favoritas, pero que lo está pasando realmente mal tras las dos primeras jornadas.
El nivel técnico de los aspirantes al título se acerca cada vez más al de las grandes selecciones europeas y americanas, sobre todo de mediocampo hacia delante. La siempre candidata Camerún es la anfitriona del certamen y buscará seguir la estela marcada por Samuel Eto’o, actual presidente de la federación de fútbol de su país, de la mano de jugadores importantes en Europa como Eric Choupo-Moting (Bayern de Múnich), los exgroguets Zambo Anguissa (Nápoles) y Toko Ekambi (Olympique de Lyon), o el consagrado meta André Onana (Ajax).
Quizá la mejor plantilla del torneo sea la de Senegal. El técnico Aliou Cissé se ha visto muy perjudicado por el COVID, pero maneja nombres como los del guardameta Edouard Mendy (Chelsea), Kalidou Koulibaly (Nápoles), Idrissa Gueye (PSG) o Sadio Mané (Liverpool). Este último desafiará a su compañero de equipo Mohamed Salah, que lidera una selección egipcia sin grandes nombres pero siempre peligrosa. No en vano, Los Faraones son el combinado más laureado del continente con un total de siete entorchados.
“Cambiaría la Champions por ganar la Copa de África”
Sadio Mané para France Football
Además de Túnez, que quizá parte por detrás en la carrera por el título, hay que seguir muy de cerca a Marruecos: los discípulos del bosnio Halilhodzic, a pesar de la sensible baja de Hakim Ziyech (Chelsea), ya están clasificados para octavos y esperan hacer historia de la mano de Achraf Hakimi (PSG), Roman Saiss (Wolverhampton Wanderers), Sofyan Amrabat (Fiorentina) y los sevillistas Munir, Bono y En-Nesyri, entre otros.
Nigeria y Costa de Marfil figuran por derecho propio entre los favoritos. A pesar de la durísima baja de Victor Osimhen (Nápoles), Las Águilas Negras disputan esta Copa de África con un enorme potencial que lleva el cuño de la Premier League: Alex Iwobi (Everton), Kelechi Iheanacho (Leicester) y Wilfred Ndidi (Leicester) son claves en una selección que ya es líder del grupo D con dos victorias. Por otro lado, el brutal arsenal ofensivo marfileño sitúa a los Elefantes entre los grandes favoritos al título. El groguet Serge Aurier forma en defensa junto con otro ex del Villarreal como Eric Bailly (Manchester United) en un equipo cuyo juego canaliza en la medular Franck Kessié (Milán), que será el responsable de habilitar una línea de ataque de nivel mundial con Nicolas Pépé (Arsenal), Wilfried Zaha (Crystal Palace) y, sobre todo, Sebastien Haller (Ajax), la gran sensación de la temporada en Europa.
El gran atractivo de la competición va más allá del amplio abanico de favoritos. Están sorprendiendo selecciones de segunda fila que llevan puesto el disfraz de tapado pero que han demostrado con creces saber competir contra los grandes sin ningún complejo, algo que constituye un síntoma inequívoco del gran crecimiento del fútbol africano.
El mejor ejemplo es Guinea Ecuatorial, un modesto combinado que el domingo pasado dejó a un paso de la eliminación a la actual campeona tras imponerse con un solitario gol de Esteban Orozco: un joven de 23 años de padres ecuatoguineanos y nacido en Zaragoza, cuya madre biológica falleció en el parto y que fue adoptado cuando tenía menos de 2 años por una familia de Utrera (Sevilla). Lo recibieron como a un hijo.
El destino y los caprichos de este maravilloso deporte han querido que un futbolista con esta historia y que apenas tiene minutos en el Antequera CF de Segunda División RFEF (lo que antes era Tercera División), se convirtiese en héroe nacional ante la mirada de los Riyad Mahrez (Manchester City), el exvalencianista Sofiane Feghouli (Galatasaray), Ramy Bensebaini (Borussia Monchengladbach), Ismael Bennacer (Milán) o el groguet Aissa Mandi. El tanto anotado por el “utrerano” rompía una racha de 35 encuentros sin perder de los argelinos y hacía un hueco a Esteban en la historia del fútbol ecuatoguineano.
Hablando de historia y a cuenta de la Copa de África, hoy nos remontamos a los años 70 para recordar al primer africano que vistió la camiseta del Valencia CF. Se trata del maliense Salif Keita, que llegó a Valencia allá por el verano del 73 para ser el único futbolista de raza negra que compitió en Primera División durante la temporada 73/74.
Apodado como La Perla Negra de Mali, llegó procedente del Olympique de Marsella con la vitola que da ganar el primer Balón de Oro africano. También pudo disputar para su país la Copa de África de 1972, donde cayó en la final ante la extinguida República Popular del Congo.
Durante tres años en Mestalla, el africano exhibió su elegancia, su espectacular cambio de ritmo y su capacidad para el desequilibrio. El Negre, como se le llamaba cariñosamente y sin ningún matiz peyorativo al atacante africano, se convirtió en un auténtico reclamo para los aficionados valencianistas. Sin embargo, algún sector de la afición le reclamaba un mayor número de goles, un aspecto del juego en el que nunca destacó.
"En Valencia no han visto al Keita de Francia porque nadie me puso en mi puesto, que es el de mediapunta, y me han hecho jugar de nueve"
Salif Keita, verano de 1975
Curiosamente, aquel fue el inicio de una historia que ha unido Mali con Valencia a lo largo de las décadas. Mohamed Sissoko y Seydou Keita, ambos sobrinos del pionero Salif Keita y primos entre sí, también defendieron los colores del murciélago. Ambos jugaron juntos representando a Mali, con la que también disputaron varias ediciones de la Copa de África. Ambos dejaron un gran recuerdo entre la afición valencianista.
Actualmente, Momo se dedica al mundo de la representación de jugadores. No es raro verlo por Valencia, una ciudad a donde lo llevan el trabajo y los recuerdos:
"Mi mejor recuerdo es cuando ganamos la Liga. El autobús al volver de Sevilla, si no se vive no se puede explicar"
Mohamed Sissoko para Plaza Deportiva
Por su parte, Seydou Keita conquistó absolutamente todos los títulos con el FC Barcelona de Guardiola. Rindió a un nivel fantástico durante los seis meses que jugó a las órdenes de Juan Antonio Pizzi en Mestalla. Aquella fatídica noche del 1 de mayo de 2014, sus lágrimas inmortalizaron la tristeza del valencianismo tras aquel gol de otro africano, un Stephane Mbia (CF Fuenlabrada) que fue finalista de la Copa de África con Camerún en 2008.
Actualmente, Seydou reside en Mali, donde creó una empresa de fabricación de aceite y piensos para ganado y se encuentra muy implicado en causas sociales.
"Mi tío siempre me dijo que el Valencia es un gran equipo… siempre ha sido un grande"
Seydou Keita para Deporte Valenciano