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VALÈNCIA. Si hubo un antes y un después en la carrera de Fabián Ariel Orellana Valenzuela (San Joaquín, 1986), ese tuvo lugar el 16 de octubre de 2008 en el Estadio Nacional de Chile. Aquel día, el menudo atacante anotó el único tanto del duelo ante Argentina correspondiente a las Eliminatorias Sudamericanas para el Mundial de Suráfrica. Fue la primera gran contribución de una dilatada y exitosa carrera con la selección chilena, culminada a lo grande con la consecución de la Copa América Centenario en 2016 en el MetLife de Nueva Jersey (Estados Unidos).
Es la camiseta y el escudo que más han significado para el de San Joaquín, aunque a nivel de clubes también puede presumir de una carrera importante y de haber defendido los colores de grandes históricos de nuestro fútbol. Formado en las categorías inferiores de Colo-Colo y de Audax Italiano, dos históricos de Chile, debutó en la élite del fútbol chileno de la mano del club audino. Esta institución, radicada en La Florida, una comuna de la ciudad de Santiago, fue fundada por parte de la colonia italiana residente en Chile hace la friolera de 113 años. Hoy disputa la Primera División de Chile, pero a principios del siglo XX nació como un club de ciclismo. Antiguamente, disputaba el Clásico Criollo con Colo-Colo ya que eran los dos únicos clubes que apostaban exclusivamente por jugadores nacionales.
“Lo que más recuerdo del gol con Argentina es el cariño de la gente…Vestir la camiseta de tu país es lo mejor que te puede ocurrir como futbolista”
Fabián Orellana para Laroja.cl
Aquella histórica diana frente a Argentina, unida al gran nivel mostrado en un modesto club como Audax, le abrió de par en par las puertas del panorama internacional en Suramérica e incluso empezó a despertar el interés de algunos equipos europeos. Pocos saben que su primer club en el viejo continente fue un clásico como el Udinese italiano, que abonó 3 millones y medio de euros por aquel joven atacante chileno en verano de 2009.
Como friulani coincidiría en pretemporada con sus compatriotas Alexis Sánchez (Olympique de Marsella) y Mauricio Isla (Universidad Católica), además de los exvalencianistas Bernardo Corradi y Guilherme Siquiera (retirados), Samir Handanovic (Inter de Milán), Juan Cuadrado (Juventus) o el mítico Antonio Di Natale (retirado). Sin embargo, no llegó a debutar en Italia y a finales de ese mismo verano salió cedido al Xerez de la Segunda División española.
Aquel fue el primer destino de una dilatada experiencia del chileno en nuestro país. Tras un año en Chapín, se sucedieron Granada y Celta por partida doble, Valencia, de nuevo Celta, Valencia otra vez, Eibar y Real Valladolid. En septiembre de 2021, Orellana hizo definitivamente las maletas para dejar el fútbol español tras doce largos años y volver a su patria de la mano de Universidad Católica.
“Vengo a Chile porque creo que todavía tengo fútbol para entregar”
Fabián Orellana en septiembre de 2021
Si hay que destacar un club en España y una posición en la que realmente ha rendido a gran nivel, a uno le viene a la cabeza sus encuentros con la camiseta del Celta de Vigo partiendo del extremo derecho. Agresivo, con calidad para la asociación y con un olfato goleador más que decente, Orellana acumuló un total de 36 tantos y 41 pases de gol en 172 encuentros disputados como celeste. En sus dos etapas en Valencia, el chileno apenas tuvo oportunidades y recibió un rol más revulsivo que otra cosa, para terminar con un pobre bagaje de un gol y una asistencia en 17 partidos.
A pesar de tener cierta fama de jugador conflictivo por algún que otro episodio en varios clubes, los que han coincidido con el veterano futbolista de San Joaquín hablan de maravillas de él y lo califican sin tapujos como una gran persona y un jugador de los que hace grupo, además de destacar su gran calidad.
“Orellana me llevaba al colegio en Vigo”
Santi Mina para Onda Cero
Curiosamente, el exvalencianista terminó su etapa en Universidad Católica este enero y se encuentra sin equipo. Los rumores de retirada están ahí, y a sus ya 36 años no se puede descartar dicha posibilidad para uno de los integrantes de la generación dorada del fútbol chileno; aquella que llevó a Chile a la cumbre balompédica con la conquista de dos Copas América consecutivas en 2015 y 2016. Dilatada y admirable carrera en Europa y en la selección chilena la de un futbolista que fue desplazado de las categorías inferiores de Colo-Colo debido a su baja estatura cuando solo tenía 14 años, pero que demostró que una complexión menuda y pequeña puede albergar una fortaleza mental y un tesón descomunales.
Allá donde vaya, larga vida al Poeta Orellana.