VALÈNCIA. La herida abierta por el durísimo golpe que supuso la eliminación ante Croacia en los cuartos de final del pasado Mundial de Catar todavía sangra en Brasil. En Rusia’2018 cayó en la misma ronda ante Bélgica, pero la Canarinha llegaba a este último campeonato como una de las grandes favoritas tras mandar con autoridad en las Eliminatorias Sudamericanas y el resultado solo se pudo considerar un rotundo fracaso.
La primera víctima que se cobró esa dramática eliminación fue Tite. Es ley de vida en esto del fútbol, pero la marcha del seleccionador, que ya era pública antes de la cita mundialista, dejó de manera precipitada a Brasil sin el líder de un proyecto que consiguió llevar a cabo un importante cambio generacional y que guio a Brasil a la consecución de la novena Copa América de su historia en 2019.
“Fin del ciclo”
Tite, exseleccionador de la selección de Brasil
La mejor balanza para calibrar el peso de Tite en la actual selección brasileña no es otra que la dificultad que está encontrando la Confederación Brasileña de Fútbol para dar con un relevo que ilusione. Tanto es así que el pasado febrero se nombró seleccionador interino al seleccionador sub-20 Ramon Menezes, un anuncio hecho público justo después de conquistar el Campeonato Sudamericano de dicha categoría disputado en Colombia. En dicho torneo, por cierto, brillaron con luz propia dos jóvenes de 18 años que ya han debutado con la absoluta verdeamarela, precisamente de la mano del técnico de Contagem: Vitor Roque y Andrey Santos, de Athletico Paranaense y Vasco da Gama respectivamente, aunque este último ya es propiedad del Chelsea desde el pasado mes de enero.
Así pues, la situación es delicada en el seno de la pentacampeona mundial. Suenan nombres de mucha enjundia como Carlo Ancelotti (Real Madrid), Pep Guardiola (Manchester City), Manuel Pellegrini (Betis), José Mourinho (Roma), Luis Enrique (sin equipo), Abel Ferreira (Palmeiras) o el que fuera campeón del mundo con Alemania, curiosamente en suelo brasileño y tras el histórico 1-7 en semis, Joachim Löw (sin equipo). Las opciones nacionales que han tomado algo de fuerza son Fernando Diniz (Fluminense), Dorival Júnior (São Paulo) o Mano Menezes (Internacional de Porto Alegre). Un baile de nombres que, de momento, no se concreta en nada a falta de cinco meses para que arranquen las Eliminatorias Sudamericanas, una maratoniana liga que dicta la clasificación para el Mundial de 2026 que se celebrará en México, Estados Unidos y Canadá. No obstante, la próxima gran cita para Brasil será la Copa América 2024, que se disputará también en Estados Unidos y donde puede encontrarse con la flamante campeona del mundo: Argentina.
“Creo que sería más fácil contratar a un sudamericano que a un europeo”
Luiz Felipe Scolari, actual técnico del Athletico Paranaense y último seleccionador de Brasil campeón del mundo
Por el momento, la trayectoria de Menezes como seleccionador interino se reduce a una derrota frente a Marruecos el pasado 25 de marzo en Tánger. Los Leones del Atlas siguen de dulce tras convertirse en la gran revelación del pasado Mundial y son una de las grandes favoritas para alzarse con la próxima Copa Africana de Naciones, que se celebrará en Costa de Marfil el próximo invierno. Por su parte, Brasil dio la oportunidad a algunos jóvenes campeones del Sudamericano sub-20 y varios jugadores del Brasileirão.
El campeonato nacional, por su parte y además de ser la gran cantera de la selección, se viene consagrando no solo como un gran escaparate para los jóvenes emergentes, sino también como una competición cada vez más potente a nivel internacional. No en vano, de las últimas seis ediciones de la Copa Libertadores, cinco veces viajó el título a Brasil. Además, las últimas tres finales de dicho torneo se las disputaron dos equipos brasileños. Hegemonía en Sudamérica.
La liga acaba de arrancar hace apenas dos semanas, por lo que es pronto para sacar conclusiones, pero sí queda claro que uno de los grandes favoritos es el actual campeón: el Palmeiras del luso Abel Ferreira. El Verdão cuenta en sus filas con el joven de 16 años Endrick, una exquisita promesa de delantero centro cuyos derechos los tiene cerrados el Real Madrid una vez cumpla los 18 años, razón por la cual la presión a la que está sometido es tremenda.
“Las críticas no disminuirán y tendré que soportarlas cada vez más”
Endrick, futbolista del Palmeiras, para GQ Brasil
Ojo con los demás aspirantes al título: el Flamengo, que es el actual campeón de la Libertadores y ha fichado a Jorge Sampaoli para esta campaña, comparte condición con Internacional de Porto Alegre, Fluminense y Corinthians.
Como curiosidad y homenaje a los lectores más nostálgicos, la pasada temporada volvieron a la máxima categoría cuatro clásicos del fútbol brasileño: Bahía, Vasco da Gama, Gremio y Cruzeiro, este último propiedad actual de Ronaldo Nazário, que también es dueño y presidente del rival del Valencia el pasado jueves, el Real Valladolid.
Entre los modestos, cabe destacar el buen papel que viene protagonizando el Cuiabá. Este club, fundado en 2001 en la ciudad que le da nombre, ha conseguido mantenerse en la élite del fútbol brasileño desde que ascendiera la temporada 2020/2021. Pretende alargar su presencia en el campeonato de la mano de viejos conocidos en la capital del Turia como el exdelantero del Levante campeón de la Libertadores Deyverson Silva, además de un exvalencianista que pasó con más pena que gloria por la disciplina del club de Mestalla: el mediocentro Filipe Augusto.
Formado en las categorías inferiores del EC Bahia desde los 16 años, Filipe Augusto Carvalho Souza (Itambé, 1993) hizo su debut oficial con el primer equipo de la mano del que fuera uno de los grandes mediocentros de la historia del fútbol brasileñó: Paulo Roberto Falcão (actualmente con cargo de responsabilidad en el organigrama deportivo del Santos). En 2012 fichó por el Rio Ave portugués de Nuno Espírito Santo (actual técnico del Al-Ittihad de Arabia Saudí) y dos años más tarde, la llegada de Peter Lim a Valencia y la vinculación de Jorge Mendes tanto con el nuevo entrenador che como con el futbolista dieron con los huesos de Filipe Augusto en aquel nuevo Valencia, que necesitaba un recambio para el centro del campo.
“Siempre soñé con jugar en España”
Filipe Augusto, futbolista del Cuiabá
Apenas disputó un total de 8 encuentros, 6 de liga y 2 de Copa, con actuaciones más bien discretas. A pesar de venir avalado por Nuno, el brasileño no dio la talla y en verano volvió a la disciplina del Rio Ave. Una temporada más defendiendo los intereses vilacondenses precedieron su cesión al Braga y su posterior fichaje por el Benfica, club que lo mandó de nuevo cedido al Alanyaspor turco. Tras no gozar de oportunidades en Lisboa, regresó al Rio Ave dos años más antes de probar suerte en el Damac de la Saudi Pro League, donde aterrizó en verano de 2021. No duró mucho la experiencia del brasileño en Oriente Medio: en enero del año pasado ya estaba sin equipo y, tras un año sin equipo, el Cuiabá le ha dado la oportunidad de volver a sentirse futbolista en la máxima categoría del fútbol de su país, donde se enfrentará esta temporada a los futuros cracks de una Canarinha que busca líder para su banquillo.