VALÈNCIA. Bienvenidos al corazón de la Toscana. Hoy viajamos a Empoli: una ciudad que ha renacido futbolísticamente gracias a un conjunto recién ascendido que ha roto con los clásicos estereotipos del fútbol italiano y está dando mucho que hablar en el Calcio. El Empoli FC está en manos de jóvenes talentos italianos que llaman incluso a las puertas de la selección absoluta: Andrea Pinamonti (7 tantos y 1 asistencia en 20 encuentros), cedido por el Inter de Milán, y sobre todo Samuele Ricci: un regista con un talento descomunal, producto de la cantera empolesa e internacional sub-21, por el que ya suspiran los grandes de Italia.
El curso pasado, los Azzurri se proclamaron campeones de la Serie B, ascendiendo así de manera directa bajo la batuta de uno de los técnicos más prometedores de Europa: Alessio Dionisi (Sassuolo). En junio tomó el testigo el veterano Aurelio Andreazzoli, un técnico 27 años mayor que su predecesor y que ha conseguido dar continuidad a un proyecto que ya está dando sus frutos en Serie A: el Empoli es uno de los equipos de moda en el Calcio merced a una entretenida apuesta futbolística que, ahora mismo, lo aúpa con justicia a las posiciones de media tabla en un campeonato tremendamente competitivo.
La liga italiana, tras algún tiempo en decadencia, florece de nuevo dejando atrás viejos tópicos como el Catenaccio y muestra un nivel técnico muy elevado entre la clase media, además de escenificar el resurgir de los dos grandes de Milán. El Empoli Football Club es un buen ejemplo de este cambio: una corriente y un nuevo concepto que se impone y al que solo le falta derribar fronteras para desafiar Europa.
Sucedió en Empoli. Hace casi 20 años, aquel delantero italiano que escenificó la guerra abierta entre Quique Sánchez Flores y Amedeo Carboni saltó a la fama vistiendo la elástica azul del club toscano. Formado en las categorías inferiores de la Fiorentina, otro equipo que en la actualidad ha resurgido de sus cenizas con el cotizado Dusan Vlahovic como principal argumento, Francesco Ciccio Tavano pasó por la disciplina del Pisa y el Rondinella antes de recalar en las filas azzurri allá por el año 2001.
“Empoli es el lugar ideal para un jugador joven. Un lugar tranquilo, una ciudad serena, que permite a los que tienen cualidades sacarlas a relucir al 100%. Le debo mucho al Empoli. Siempre le estaré agradecido”
Francesco Tavano para Il Catenaccio
Su vocación siempre fue el gol. Como azzurri disputó un total de 312 encuentros en los que anotó 120 tantos y sumó 20 asistencias a lo largo de sus dos etapas en el club. En ningún otro lugar rindió como en el Carlo Castellani. Durante la temporada 2004/2005 sumó 19 tantos, un registro que consiguió igualar la siguiente campaña, ya en Serie A, defendiendo el mismo escudo (igualó a goles aquel año con Andriy Shevchenko, actual técnico del Génova). Estos números colocaron al punta en la órbita de grandes clubes a nivel italiano y europeo, y el Valencia mordió el anzuelo en verano de 2006 abonando 10 millones de euros y firmando 4 años al delantero de Caserta.
Se trataba de la gran apuesta de Amedeo Carboni como director deportivo. Sin embargo, Tavano no justificó su fama de gran goleador y terminó fracasando con estrépito en Valencia. Llegó muy fuera de forma y pasado de peso (casi cae desplomado y tuvo arcadas durante uno de los primeros entrenamientos), era aficionado al tabaco, nunca se integró con los compañeros y desaprovechó las escasas oportunidades que le concedió Quique Sánchez Flores.
“Cuando las cosas van mal no solo es culpa de una persona. A pesar de todo, en España he probado la Liga y también jugué la Liga de Campeones. Así que no todo fue un fracaso”
Francesco Tavano para Il Catenaccio
En la primera mitad de temporada, hasta salir cedido rumbo a la Roma en enero, participó en 6 encuentros para sumar un total de 218 minutos como valencianista. No hace falta decir que no anotó ni un solo gol. Ya en la capital italiana, Tavano vivió una de las mejores temporadas que se recuerdan en Roma. Disputó 16 encuentros y facturó dos tantos y una asistencia en un conjunto que aquella temporada levantó la Coppa Italia, fue subcampeón de liga y alcanzó los cuartos de final de la Liga de Campeones. Francesco Totti, que dio una auténtica exhibición de fútbol a lo largo de todo el año, recibió la Bota de Oro tras sus 26 goles en Serie A.
“¿El mejor con el que he jugado? Obviamente Francesco Totti. Era un ídolo para mí y jugar y entrenar con él fue increíble. Era increíble verle trabajar en el día a día, verle hacer cosas que sólo él sabía hacer con el balón”
Francesco Tavano para Il Catenaccio
Sorprendentemente, un año después de fichar por el Valencia apareció el interés de un Livorno que trató de aprovechar la discreta temporada del ariete esperando recuperar la versión que asombró en el Empoli. Así fue como el Valencia recuperó 6 de los 10 millones que había pagado al Empoli un año antes y Tavano regresó definitivamente a su país.
Vistió la camiseta del Livorno durante 4 temporadas, viviendo dos descensos y dos ascensos entre Serie A y Serie B. Su capacidad realizadora volvió a aparecer, y al Empoli le pudo la nostalgia. Ciccio dejó Livorno y arrancó la que era su segunda etapa en una ciudad en la que siempre se sintió como en casa: convirtió 23 goles la temporada 2011/2012, otros tantos el curso siguiente y 22 en la 2013/2014, todos ellos en Serie B.
Dejó al Empoli en la máxima categoría para firmar por el Avellino en 2015. Después se sucedieron Prato, Carrarese, de nuevo Prato y, por último, el modesto Ponsacco. En este último club, también situado en la región de la Toscana, el exvalencianista apura los últimos coletazos de su larguísima carrera como futbolista haciendo lo que mejor sabe hacer a sus ya 42 años: marcar.
“Siempre hay ganas de implicarse, porque si no las tienes hay que colgar las botas. Hay que tener ganas de implicarse no sólo en los partidos y en el campeonato, sino en el día a día, en los entrenamientos. A los 42 años sigo sintiendo ese deseo, esa pasión. Y agradezco a Ponsacco que me haya dado esta oportunidad”
Francesco Tavano para Il Catenaccio