VALÈNCIA. Más allá de las últimas decepciones protagonizadas por la selección nacional, el fútbol belga vive un gran momento, siendo sus futbolistas cada vez más habituales y relevantes en las grandes ligas europeas. Sí, laJupiter Pro League siempre ha sido a todas luces una competición trampolín, pero en los últimos lustros no cesan de salir enormes futbolistas de las canteras de un país que no alcanza los 12 millones de habitantes y tiene una superficie inferior a la de Cataluña.
Independientemente del rendimiento como selección, en el que por nombres siempre hay puestas muchísimas esperanzas, Bélgica ha acertado de pleno centrando sus esfuerzos en la fabricación de talento autóctono: un factor diferencial que es clave a la hora de asegurar el futuro de su fútbol.
"Tenemos que darle tiempo a los jóvenes, creo que se merecen todo el crédito", Domenico Tedesco, seleccionador de Bélgica
En esta filosofía encaja perfectamente el que es seleccionador belga desde el pasado mes de febrero tras la marcha del español Roberto Martínez (actual seleccionador de Portugal). El italoalemán Domenico Tedesco, nacido hace tan solo 38 años en Rossano e ingeniero de profesión, emigró cuando tenía dos años a Alemania junto a su familia y se convirtió en todo un prodigio de los banquillos de la Bundesliga: un auténtico vivero de jóvenes entrenadores que están marcando una época y que ya empiezan a ser un reclamo en las grandes ligas del continente.
Y es que, además de Tedesco, otros técnicos germanos de renombre como Julian Nagelsmann (seleccionador de Alemania), Florian Kohfeldt (KAS Eupen), Hannes Wolf (seleccionador sub-20 de Alemania), Ole Werner (Werder Bremen), Edin Terzic (Borussia Dortmund), Sebastian Hoeness (arquitecto de un Stuttgart que está en puestos Champions) o Jan Siewert (Mainz 05) no superan los 42 años.
El caso es que el grado de juventud del nuevo seleccionador no ha llamado tanto la atención como el rendimiento de su renovada selección belga. Con un fútbol valiente y de posesión, marca de la casa de la nueva hornada de técnicos alemanes, Bélgica está invicta desde que Tedesco aterrizara en el banquillo —suma 8 victorias y 2 empates en 10 encuentros—. La eliminación en fase de grupos en el último Mundial de Catar fue un fracaso estrepitoso para unos Diablos Rojos que ahora se lamen las heridas con el florecimiento con nuevos laureles, gracias en parte a la ausencia o renuncia de clásicos como Eden Hazard (retirado), Toby Alderweireld (Royal Antwerp), Axel Witsel (Atlético de Madrid), Dries Mertens (Galatasaray) o el exvalencianista Michy Batshuayi (Fenerbahçe).
El optimismo del país no se reduce ni mucho menos a la Eurocopa de Alemania del próximo verano, aunque el momento de madurez de la selección lo justifique con creces, sino que va mucho más allá en el tiempo. Bélgica vislumbra ahora mismo un bonito horizonte gracias a la irrupción de jóvenes futbolistas como Arthur Theate (Rennes), Wout Faes (Leicester), Amadou Onana (Everton), Roméo Lavia (Chelsea), Arthur Vermeeren (Royal Antwerp), Charles De Ketelaere (Atalanta cedido por el Milán), Jérémy Doku (Manchester City), Johan Bakayoko (PSV Eindhoven) y el delantero centro, ojo con este hombre que ya acumula 10 goles y 3 asistencias en lo que va de Bundesliga, Ikoma-Loïs Openda (Leipzig).
"Espero ganar un título con Bélgica", Ikoma-Loïs Openda, futbolista de la selección belga, para L’Équipe
Para que la apuesta por la cantera tenga sentido y continuidad, los clubes juegan un papel fundamental. El joven talento belga tiene en la competición doméstica el lugar ideal para encontrar los minutos de los que probablemente nunca dispondría en otra liga europea. Incluso los departamentos de scouting de muchos clubes de la Jupiter Pro League son verdaderos radares de alta sensibilidad especialistas en detectar el talento mucho más allá de sus fronteras: desde el este de Europa hasta, cada vez de manera más habitual, en Sudamérica. Sin embargo, y a pesar de los muchos aciertos en el ámbito de las importaciones, la principal apuesta a largo plazo sigue siendo el fútbol local y autóctono.
Una buena combinación de todos esos factores y otros ingredientes permitió al Royal Antwerp de Amberes proclamarse campeón el año pasado y disputar actualmente la Liga de Campeones, aunque ya está matemáticamente eliminado tras no haber puntuado a falta de la última jornada. Union Saint-Gilloise, que es el actual líder en liga, disputa la Europa League mientras que Brujas, Genk y Gante compiten en la actual edición de la Conference League. El club más laureado de la historia del fútbol belga, el Anderlecht, marcha segundo en liga, seguido del Gante y el Royal Antwerp. Por su parte, Genk y Brujas cierran los puestos de playoffpor el título.
Bajando un poquito más en la clasificación, metido de pleno en puestos de descenso, encontramos al Oud-Heverlee Leuven: un club modesto que lleva varias temporadas siendo un habitual en los puestos de media tabla y que este año lo está pasando realmente mal. Debido a los malos resultados, el técnico Marc Brys fue destituido en octubre. Ocupó su puesto como entrenador interino Eddy Vanhemel, hasta que el mes pasado aterrizara un exvalencianista que es ahora el encargado de sacar al equipo de la delicada situación que atraviesa.
Óscar García Junyent (Sabadell, 1973) se formó como futbolista en la cantera del Barça, donde llamó la atención por sus cualidades técnicas para desenvolverse en diferentes demarcaciones sobre el terreno de juego. Alcanzó el primer equipo blaugranay defendió también las elásticas del Albacete, el Valencia, el Espanyol y la Unió Esportiva Lleida, donde se retiró. En su palmarés habitan 3 Ligas, 2 Copas del Rey, 2 Supercopas de España, una Recopa de Europa y una Supercopa de Europa.
En su única temporada como valencianista, la 99/00, anotó 4 goles y dio 2 pases de gol en un total de 29 apariciones. Fue suplente en la fatídica final de Liga de Campeones que los de Héctor Cúper (actual seleccionador de Siria) disputaron en Saint-Denis.
Al igual que ocurriese con su carrera como futbolista, sus inicios como técnico se dieron en la cantera culé. Después ha podido recorrer medio mundo dirigiendo a Maccabi Tel Aviv, Brighton, Watford, Salzburgo, Saint-Étienne, Olympiakos, Celta y Stade Reims. Ha conquistado como técnico una Liga Premier de Israel, 2 Bundesligas de Austria y 2 Copas de Austria.
Su destitución como técnico del club galo en octubre del año pasado ocurrió poco antes de la trágica noticia que tanto nos conmocionó pocas semanas después. Su hija mayor, Mariona, falleció a causa de un cáncer dejando a su familia totalmente devastada. El exvalencianista decidió pasar una temporada alejado de los banquillos para estar junto a sus hijas y su esposa, y ahora solo piensa en salir adelante. Su nuevo reto está en Bélgica, concretamente en Lovaina.
Sin duda, el recuerdo de su hija lo acompaña ahora en el banquillo del modesto Leuven, le da fuerzas cada día y lo hará siempre allá donde vaya.
Molta força, Òscar!
"Seguro que Mariona, esté donde esté, nos ayudará a cumplir nuestros sueños", Óscar García Junyent, entrenador del OH Leuven, para Catalunya Ràdio.