VALÈNCIA. Los que nacimos en territorio fronterizo entre los ochenta y los noventa guardamos un clásico y romántico recuerdo del fútbol turco. Viajamos hacia atrás en el tiempo haciendo parada obligatoria en aquel mítico infierno que era el Ali Sami Yen de Estambul, templo del histórico Galatasaray entre 1964 y 2011, donde grandes instituciones del fútbol europeo como el Real Madrid o el Milán salieron chamuscados y vacunados por futbolistas como el colombiano Faryd Mondragón (actualmente en labores de representación de Independiente de Avellaneda), el campeón del mundo Cláudio Taffarel (actual entrenador de porteros de la Canarinha), el gran Gica Hagi (actual técnico del Farul de Constanza), Gica Popescu (actual presidente del Farul de Constanza), la Bruja Hasan Sas o el mítico delantero brasileño Mario Jardel entre otros. En el banquillo, leyendas de los banquillos del este de Europa como Mircea Lucescu (actual técnico del Dinamo de Kiev) o el Emperador Fatih Terim (actualmente sin equipo).
Dos décadas después, Turquía vive más sumida en la nostalgia que en el presente, sin atravesar en absoluto su mejor momento futbolístico. Su selección, la misma que en el Mundial de 2002 se subió al tercer escalón del podio, hizo cuartos de final en la Eurocopa del 2000 y alcanzó las semifinales en la de 2008 (la primera que conquistó España en este siglo), aspira a poco más que meterse en la fase final de una gran competición, lo cual ya se considera con coherencia un gran éxito. Cayó en la fase de grupos en las dos últimas citas continentales y no disputa un Campeonato del Mundo desde aquel irrepetible torneo de 2002, cuando tenía a los mandos al experimentado filósofo y profesor Senol Günes, que dimitió del cargo como técnico del Besiktas la semana pasada.
A nivel de clubes, el impacto del fútbol otomano también se ha visto mermado a lo largo de los últimos lustros. La victoria del Galatasaray el pasado día 3 en Old Trafford (2-3) en Liga de Campeones acercó la mística de otros tiempos, y lo cierto es que también colocó al grupo formado por el veterano uruguayo y leyenda del club Fernando Muslera (12 años en el club), el internacional cafetero Davinson Sánchez, el español Angeliño, Lucas Torreira, Tetê, Tanguy Ndombélé (cedido por el Tottenham), Hakim Ziyech (cedido por el Chelsea), el marfileño Wilfried Zaha, Mauro Icardi, el exgroguet Cédric Bakambu y compañía en una posición muy favorable para pelear la clasificación a octavos de final. El próximo martes 24, los discípulos de otro miembro de aquel mítico Galata de principios de siglo, Okan Buruk, recibirán al Bayern de Múnich tras empatar en casa ante el Copenhague y profanar el Teatro de los Sueños.
“Estoy a quince mil kilómetros de mi país, pero aquí me siento como si fuera mi casa”
Fernando Muslera, guardameta del Galatasaray
El actual campeón de liga es el único representante otomano en la máxima competición continental. Fenerbahçe y Besiktas, que clasificaron segundo y tercero en liga respectivamente la pasada campaña, disputan una Conference League en la que los del lado asiático del Bósforo han empezado mucho mejor que los “europeos”: tras dos jornadas, los vigentes campeones de Copa acumulan pleno de victorias, mientras que las Águilas Negras han cosechado una derrota y un empate.
Más allá de los tres grandes históricos, que también son los claros favoritos en el campeonato nacional, surge la alternativa del Adana Demirspor. Desconocido en el panorama internacional y fundado por empleados ferroviarios allá por el año 1940 en la ciudad de Adana, al sur del país y cerca de la costa del Mediterráneo, este club ambiciona desafiar a los clásicos de su país y empezar a dejarse ver por alguna competición europea.
Con un importante vínculo con la clase trabajadora y la izquierda política, algo que comparte con clubes europeos como el clásico Livorno italiano o el St. Pauli alemán, el club presidido por el empresario turco Murat Sancak volvió en 2021 a la élite del fútbol otomano tras 26 años vagando por divisiones inferiores. El caso es que el regreso ha sido fantástico: finalizó noveno en Superliga la 2021/2022 y en su segunda campaña alcanzó el cuarto lugar, lo que le dio acceso a la fase previa de la Conference League. Tan solo la tanda de penaltis en la vuelta de la última ronda clasificatoria ante el Genk belga privó al Adana de disputar ahora mismo la fase final de dicha competición.
En cualquier caso, la gestión y las premisas del club parecen tener la llave del éxito; por lo menos así lo acreditan los resultados. Han sido dos campañas superlativas a las órdenes del que fuera delantero de la Roma y el Milán entre otros, un Vincenzo Montella que, por cierto, dirige ahora la selección turca en su lucha por clasificarse para la próxima Eurocopa: una cita marcada en el calendario que arrancará en Alemania exactamente dentro de ocho meses.
“Nuestro objetivo es llevar la felicidad a nuestros aficionados en la próxima Eurocopa de Alemania”
Vincenzo Montella, seleccionador de Turquía
Tras la rescisión de Montella, la directiva del Adana buscó un golpe de efecto con la incorporación de una figura de mucho prestigio con una dilatada y exitosa experiencia como futbolista pero con una carrera como entrenador todavía por lanzar. Como apuesta de una línea continuista tras el éxito del actual seleccionador de Turquía al frente del equipo, Patrick Stephan Kluivert (Ámsterdam, 1976) aterrizó en el banquillo del Nuevo Estadio de Adana con la firme ambición de llevar al club turco al límite de unas aspiraciones que todavía no se sabe dónde echarán el freno.
Como futbolista, el currículum del exvalencianista es tremendo: se formó y crio en el Ajax, donde se afianzó en la primera plantilla y lo ganó prácticamente todo (Eredivisie, Supercopa de los Países Bajos, Champions League, Supercopa de Europa y Copa Intercontinental), vistió la camiseta del Milán, el Barcelona (donde conquistó un título de Liga), Newcastle, Valencia, PSV Eindhoven y Lille, donde se retiró en verano de 2008. Con la Oranje, acredita 40 tantos en 79 apariciones, siendo el máximo goleador histórico de Países Bajos durante varios años hasta la aparición de un tal Robin van Persie (actual técnico de la escuela del Feyenoord), que todavía ostenta el récord gracias a sus 50 dianas como internacional naranja.
Como futbolista del Valencia y a las órdenes de Quique Sánchez Flóres (actualmente sin equipo), Kluivert disputó 16 encuentros durante la temporada 2005/2006 en los que anotó dos goles y dio otras dos asistencias. Ya no era el ariete demoledor de su etapa en el Ajax o el Barça, pero dejó destellos de su enorme calidad en la poca participación de la que dispuso.
Una vez concluida su etapa como futbolista, el neerlandés probó suerte en varios cuerpos técnicos para acumular experiencia al lado de los mejores. Fue segundo entrenador de Louis Van Gaal (en el organigrama del Ajax como agente desde hace diez días) en la Oranje, de Ange Postecoglou (actual técnico del Tottenham) en el Brisbane Roar australiano y de su excompañero Clarence Seedorf (actualmente en el consejo de administración de la Asociación Neerlandesa de Fútbol) en la selección camerunesa. Además, ha llevado las riendas del Twente sub-21, la selección de Curazao y el equipo sub-19 del Ajax. Además, también posee cierta experiencia como agente en Curazao, director deportivo en el PSG y director de fútbol base en el Barcelona.
“El equipo ha tenido unos resultados fantásticos los últimos dos años. Quiero aportar mi conocimiento y experiencia para llegar todavía más alto con el Adana Demirspor”
Patrick Kluivert, técnico del Adana Demirspor
Sin embargo ha sido ahora, a sus 47 años, cuando le ha llegado la oportunidad de dirigir un ambicioso proyecto que puede abrirle definitivamente las puertas de los banquillos del fútbol europeo. Su Adana Demirspor es el equipo de mayor crecimiento en Turquía durante los últimos años, está desafiando a las grandes potencias históricas del país y ya se atreve a llamar con descaro y sin complejos a la puerta de las competiciones europeas. Apunte a tener en cuenta: a sus órdenes tiene al exvalencianista Nani y al polémico Mario Balotelli. De momento, y tras ocho jornadas disputadas, el equipo marcha tercero por detrás de Fenerbahçe y Galatasaray, a los que quiere dar caza para ofrecer motivos para soñar a una hinchada entregada.