VALÈNCIA. El Valencia no durmió en Champions. Ni celebró la Nochevieja brindado por esa cuarta posición que a más de uno le invitaba a sacar pecho y a rememorar viejas glorias deportivas. Lo dije antes de un partido ante el Espanyol que acabó con una derrota dolorosa en Mestalla tras una remontada postrera del contrario. Apunté días antes del encuentro que hablar de la Liga de Campeones era un error estratégico monumental. Porque esa no es la verdadera realidad del equipo. El objetivo del Valencia esta temporada es regresar a Europa, porque cualquier otra cosa sería un fracaso deportivo y económico, pero clasificarse para la Champions me parece algo inalcanzable.
La Liga está muy igualada. Es cierto. Puedes ganar a cualquiera, pero también el rival menos esperado te puede pintar la cara. Este es un año ideal para outsiders que se animen a ganarla. Como fue aquella de 2001-2002 que se ganó con Rafa Benítez en el banquillo. Pero el Valencia, por desgracia, no es uno de los conjuntos que esta temporada tenga opciones de pelear ni por el título ni por entrar en Champions. Muestra de esto que digo fue la derrota ante el Espanyol. El conjunto de Vicente Moreno no había ganado ningún partido fuera de casa. Pero fue capaz de darle la vuelta al marcador y colocarse a tan solo dos puntos. No se durmió en Champions. Ni hubo cuarta posición. A día de hoy, el Valencia es octavo.
No hablen más de Champions, por favor. Se lo digo sobre todo a los “amigos” de la prensa nostra. Si de verdad quieren ver al Valencia en Europa, centren la verdadera realidad del equipo. Y esa realidad pasa por no venirse arriba ni vender falsas expectativas, sino continuar peleando unidos desde la humildad. También cada uno desde su parcela. O desde su butaca. Y con eso, al Valencia le costará la vida meterse en una de esas plazas que dan derecho a jugar la Liga Europa la próxima campaña. ¿Se puede?. Sí, pero va a costar mucho. Más de lo que pensamos. En Mestalla solo se había perdido ante el Madrid. Pero llegó el Espanyol y se llevó los tres puntos. Hay que ser más prudentes. Y aprender de esos errores.
ERRORES Y HORRORES.- Hablo de errores. Pero se les puede llamar horrores. Hay un dato muy preocupante que no se puede obviar. El Valencia lleva encajados 28 goles en contra. Es el cuarto equipo de la Liga que más veces ha visto perforada su portería. Una barbaridad. Esa falta de solidez atrás les penaliza en exceso. El once de Pepe Bordalás tiene demasiados problemas para cortar la sangría de goles del rival tanto en contragolpes como en transiciones defensivas. Es cierto que la retaguardia es de circunstancias. Porque en esa parcela la plantilla es corta. Además, las lesiones y sanciones han obligado a debutar a chavales del filial a los que todavía les falta oficio. Pero no nos podemos quedar en el lamento. Habrá que arreglarlo de alguna manera. El club debe ser resolutivo. De urgencia. Y si la solución pasa por fichar un defensa…. ¿A qué estamos esperando?.