VALÈNCIA. Todo parece estar pendiente de una reunión telemática entre Peter Lim y Pepe Bordalás, que tiene previsto celebrarse el próximo miércoles. Por lo que se ve, los fichajes del Valencia dependen de si el entrenador logra aprobar (o no) ese examen final de curso que supone el encuentro digital con el propietario del club. Vamos, que Bordalás disfrutará del privilegio de hablar por segunda vez desde que llegó a Mestalla con Lim “en la distancia”, como cantaba Gilbert Bécaud allá por los años sesenta en su popular “Nathalie”, y que el objetivo del técnico es tratar de convencer al magnate asiático para que se estire.
¿A qué extremo de irracionalidad hemos llegado? Lo que debería ser algo normal o habitual, como son las líneas abiertas permanentes y el diálogo fluido entre el propietario de una entidad deportiva con su entrenador, adopta en este caso carácter de noticia por lo inhabitual de la misma. Una charla a través de un portátil entre Lim y Bordalás se convierte en cita obligada de la agenda mediática semanal. ¡Caramba!, la noticia sería que el propietario y el entrenador del equipo no se dirigieran la palabra. ¡Que hablen casi a diario debería ser lo normal! Pero el Valencia is different. La irregularidad, la anormalidad, la rareza y diría que hasta lo insensato marca la hoja de ruta diaria de Meriton Holdings.
Como ya he dicho, esto de lo que hablo viene al caso de la llegada (o no) de refuerzos para el equipo de cara al próximo mes de enero. Cuentan mis bien informados compañeros de Plaza que si Europa está cerca, Lim verá con buenos ojos hacer el esfuerzo titánico de soltar la pasta para firmar un par de futbolistas con los que dar el impulso definitivo al equipo. Pero que para ello, es necesario sacar adelante los próximos partidos de Liga ante el Levante y el Espanyol en esta recta final de año.
¿Qué quiere decir esto? ¿Qué si el Valencia se aúpa en la tabla y la Liga Europa está cerca sí que son imprescindibles los fichajes y que si se pierde no son necesarios? ¿De verdad? Estamos ante otro error en la estrategia futbolística (si es que la hay) de Meriton. Ya son muchos los errores en la gestión deportiva (y la institucional, la social…) de Peter Lim. Las carencias del equipo son tan evidentes que poco importa si se gana o se pierde ante el Levante y el Espanyol. El déficit en el eje central de la defensa y en la posición de mediocentro es un hecho tan incuestionable como irrebatible.
Urge la llegada de fichajes contrastados. Hay que reforzar el equipo porque la plantilla está descompensada y huérfana de calidad en algunas posiciones clave. Nuestra columna vertebral se resiente en exceso cuando se ausenta un titular indiscutible. Además, ¿acaso nadie se ha dado cuenta de lo que nos espera en enero o febrero? El inicio de 2022 va a ser durísimo. El Valencia se enfrenta ante los mejores equipos del campeonato. Rivales como el Real Madrid, Sevilla, Atlético, Real Sociedad, Barça…. Equipos contra los que no pudo en la primera vuelta. Y habrá que estar bien preparados.
Si se ganan los dos próximos partidos, ante Levante y Espanyol, el Valencia estaría en la zona de privilegio de la tabla. Pero si no se logran los resultados esperados contra los rivales más débiles, y luego se pierde contra el grupo de favoritos al título, existe un peligro manifiesto de caída en barrena. O sea, que hay que fichar sí o sí. No queda otra.