VALÈNCIA. Si algo lleva mal los dirigentes de la FIFA es que se mueva dinero sin control dentro de su negociado mientras ellos lo ven pasar. Dentro de todos los actores que se mueven en el escenario del fútbol, quienes más provecho están sacando son los representantes de futbolistas y sus correspondientes agencias, así que el máximo organismo internacional futbolístico ya se ha puesto manos a la obra para limitar y fiscalizar los movimientos de los agentes.
De hecho FIFA tiene previsto poner en marcha unas nuevas reglas del juego que entrarán en vigor en septiembre de 2021 y cuya ronda de consultas final para acometer el diálogo definitivo ya está en marcha.
En la actualidad, la Federación Internacional del Fútbol considera abusivas y excesivas las prácticas de algunos representantes y es por ello que se va a abogar por limitar sus movimientos y obligarles a que estén sujetas estas operaciones a un código de transparencia obligatorio.
De entrada, será obligatorio hacer pública la cantidad que perciben los agentes en cada operación de traspaso y qué cantidades perciben por parte de sus clientes (bien sean jugadores o clubes).
Otra de las prácticas con las que FIFA quiere acabar de manera abusiva es con la llamada triple representación. Se llama así a aquellos casos en que el agente intermedia entre las tres partes; es representante del futbolista, y actúa como agente para cobrar comisión tanto del club comprador como del club vendedor. Se pretende limitar ese comportamiento para que el máximo que pueda percibir un agente de una operación sea el 10% del valor total del precio por el que se vende al jugador.
Además, también se pretende poner fin a los conflictos de intereses, de forma que los directivos de los clubes, ni los propios equipos podrán tener participaciones en agencias de representación.
Tampoco se permitirá ya que un familiar -directo o indirecto- de un futbolista actúe como su agente si no tiene la correspondiente licencia que otorga FIFA. Incluso la idea es limitar la comisión que algunos agentes perciben de sus representados (futbolistas) y limitarla a un máximo del 3%.