VALÈNCIA. Un total de ocho victorias en Liga, estar más cerca del descenso que de Europa y un paso anodino por la Copa del Rey han provocado un final fallido y anticipado para el proyecto como entrenador del Valencia de Javi Gracia, quien ha salido del club por la puerta de atrás al producirse este lunes su destitución, lo que repite la situación vivida la pasada temporada con Albert Celades.
Hasta la llamada a Salvador González “Voro” para asumir el cargo a partir de ahora mimetiza la situación de hace un año, aunque ahora por la circunstancia de que el descenso no está matemáticamente descartado y por la imagen mostrada a lo largo de la temporada.
Gracia llegó el pasado verano, se vio obligado a trabajar sin ningún fichaje para esta campaña, a punto estuvo de dejar la entidad en octubre y ha avanzado a lo largo de estos meses sin apenas interactuar con la cúpula de un club, que no se ha caracterizado por las muestras de confianza hacia el entrenador navarro.
La destitución de Gracia se ha producido, paradójicamente, después de un encuentro perdido ante el Barcelona (2-3) que, sin ser brillante, tampoco se puede incluir entre los más desastrosos de la temporada.
Lo que sí que ha quedado muy lejos de la brillantez ha sido la trayectoria del equipo a lo largo del campeonato, tanto por los resultados como por el juego ofrecidos.
En el capítulo de resultados, las ocho victorias, menos de la cuarta parte del total de partidos disputados, junto a los doce empates y las catorce derrotas, reflejan que el Valencia ha estado muy lejos de mostrarse como un equipo competitivo, a pesar de que en la pretemporada se escucharon voces de que la Liga de Campeones era el objetivo.
Con el paso de las jornadas, el discurso se rebajó a la Liga Europa, pasó a ser el de quedar a mitad de la tabla y finalizó con la esperanza de no descender, riesgo que podría ser real si el Valencia no saca adelante el encuentro del domingo ante el Valladolid en Mestalla.
Al margen de los datos, en lo futbolístico, el Valencia se ha mostrado como un equipo pobre a lo largo del campeonato, incapaz de llevar la iniciativa en la mayoría de los encuentros disputados, y con pocos argumentos a colocar en la parte positiva de la balanza.
Entre ellos se encuentra la innegable honestidad y el compromiso de la plantilla, que se ha entregado al cien por cien en todo momento y la que solo la falta de calidad se le puede reprochar, ya que ha sido los suficientemente intensa como para rescatar en el último suspiro de más de un partido puntos que estaban prácticamente perdidos.
Ese fue el caso de las visitas a Mestalla del Getafe, Villarreal, Celta o Alavés en una campaña en la que el equipo solo ha ganado dos partidos como visitante.
La falta de gol, sobre todo en el caso del uruguayo Maxi Gómez, la de consistencia en el centro del campo y algunos errores defensivos también han lastrado al equipo, que en la Copa del Rey superó, no siempre con facilidadl, al Terrassa, Yeclano y Alcorcón y cayó sin paliativos ante el Sevilla, su primer rival de entidad.
En lo anecdótico, Gracia se va sin haber dirigido un solo partido con público; en lo estadístico lo hace con 38 partidos, 34 de Liga y cuatro de Copa, con once victorias, doce empates y quince derrotas, 53 goles a favor y 57 en contra.