VALÈNCIA. El Elche certificó la permanencia en Primera División liderado por su entrenador Francisco Rodríguez, quien llegó al club en diciembre cuando el equipo atravesaba una situación deportiva crítica para conducirlo hacia una salvación sin estrés ni excesivos agobios.
El técnico almeriense ha sido señalado por los propios jugadores como el artífice de la salvación del equipo, ya que han destacado su ambición, cercanía, competitividad y mentalidad ganadora como determinantes para el repunte del conjunto ilicitano.
Prueba del efecto inmediato que tuvo la llegada de Francisco es que con él en el banquillo el Elche nunca ha estado en zona de descenso y ha llegado a disfrutar, en su mejor momento del curso, de una renta de ocho puntos sobre el antepenúltimo clasificado.
El gran cambio en el Elche llegó a finales de noviembre tras un 0-3 ante el Betis que hundió al equipo en zona de descenso. El propietario del club, Christian Bragarnik, decidió destituir al ídolo de la afición Fran Escribá, para entregar la plantilla a Francisco, quien era una de las primeras opciones, si bien el club tanteó a otros candidatos.
Francisco aceptó tras una semana de negociación la propuesta del club y desde el primer momento se comprometió a mejorar el rendimiento individual de los jugadores para así poder elevar el del grupo.
Debutó con un triunfo ante el Cádiz (3-1) y, pese a las dos derrotas consecutivas con las que cerró 2021 ante Valencia (2-1) y Barcelona (3-2), el equipo ilicitano ofreció una pose mucho más competitiva y ambiciosa.
La explosión del Elche llegó en enero. Tras arrancar el año con un empate ante el Granada, al que resistió durante más de 45 minutos con un jugador menos, el Elche dio la sorpresa de forma consecutiva ante el Espanyol (1-2), Villarreal (1-0) y en el campo del Real Madrid (2-2), todo ello sin dejar de competir en la Copa del Rey.
La victoria ante el Deportivo Alavés (3-1), rival directo, propulsó al conjunto ilicitano hacia la zona templada de la clasificación, donde ha sabido moverse sin grandes sobresaltos durante los últimos meses.
Un triunfo ante el Rayo Vallecano (2-1) y otro en Granada (0-1) dejaron ya en el último tercio de la competición al Elche muy cerca de la salvación, que prácticamente quedó sellada tras las victorias ante Mallorca (3-0) y Betis (0-1).
El empate ante el Osasuna (1-1) hace dos jornadas dejó vista para sentencia la permanencia hasta el punto de que el equipo no ha necesitado volver a sumar en las dos últimas fechas para llegar a la meta.
La permanencia del Elche ha puesto en valor la fortaleza del grupo por encima de las individualidades, ya que el equipo ha alcanzado su objetivo sin la participación destacada de sus tres principales fichajes en el mercado de verano.
Darío Benedetto y Lucas Pérez abandonaron el club en enero, mientras que Javier Pastore apenas ha participado con el grupo como consecuencia, sobre todo, de las lesiones.
También supo sobreponerse el equipo a varias decisiones arbitrales muy criticadas desde el club como los penaltis en contra ante Real Madrid y Barcelona, otros no pitados a su favor o incluso goles fantasmas que no le fueron concedidos.
Los cánticos de la afición pidiendo la continuidad de Francisco tras el último partido ante el Atlético y los repetidos elogios de los jugadores hacia su entrenador, al que quieren tener de nuevo al frente del grupo el próximo año, le confirman como el gran triunfador de un proyecto que ha logrado sobreponerse a un mal inicio.
“Al final los números están ahí. Es un tipo especial y súper cercano que nos transmite intensidad. Sabemos a lo que jugamos y en el día a día es fantástico. Se hace de querer, pero por encima de todo están los resultados, que le avalan. Ojalá podamos celebrar pronto que sigue con nosotros”, explicó tras la permanencia Fidel Chaves, capitán del equipo.