VALÈNCIA. La temporada ha dejado diferentes sabores lejos del Ciutat de València. Los futbolistas que el pasado verano dejaron el Levante han tenido diferentes sensaciones y protagonismos en sus respectivos equipos, pero en cualquier caso la temporada ha dejado un claro triunfador: Sergio León. Junto al delantero cordobés, Toño ha sido el otro gran nombre más allá de las fronteras de Orriols. El resto, han pasado más o menos frío sin el escudo levantinista en el pecho: Doukouré, Rochina, Koke Vegas, Hernani y Arturo Molina, que rescindió contrato en julio, han tenido dificultades.
El '7' del Valladolid lo seguirá siendo la próxima temporada gracias al ascenso que se consumó matemáticamente en Pucela este pasado domingo. Sergio León es uno de los grandes triunfadores lejos del Levante, y es que al ariete andaluz le ha ido bien -aunque con matices durante el curso- a las órdenes de Pacheta a orillas del Pisuerga. Salió de Orriols en unas cantidades que no trascendieron, pero en cualquier caso lo hizo con solo una temporada de contrato, la misma que le quedaba por cumplir en el Levante. Su vinculación hasta este próximo junio se cortó el último día de mercado, cuando el club de Zorrilla fichó a Gonzalo Plata y al cordobés para apuntalar su delantera una vez salió Marcos André rumbo a Mestalla.
La alta ficha de León -que superaba los 2 millones de euros brutos- y los deseos del futbolista de recalar en Primera complicaron la operación en sus orígenes. Fue por eso que se llegó a la última semana de mercado sin su futuro resuelto, aunque en esa recta final de la ventana de transferencias fue el propio delantero el que llegó a un acuerdo con el Valladolid antes de que tal entente existiera entre clubes. Paco López, de todas formas, ya había dejado ver en sus convocatorias de pretemporada los posibles descartes, y entre ellos estaba el ex del Elche. A última hora se fraguó la marcha de Sergio León a la entidad presidida por Ronaldo Nazario en una operación que quedó al margen del Área Deportiva encabezada por Manolo Salvador.
Tras deshacerse de una de las figuras prioritarias en la rampa de salida, la temporada del cordobés ha tenido más puntos positivos que negativos. Ha hecho siete goles -entre ellos un hatt-trick frente al Amorebieta-, aunque tampoco ha sido titular indiscutible durante el curso al completo. Batalló con Weissman y Cristo González en la punta de lanza para el ascenso. El israelí sí ha sido puntal absoluto del frente de ataque violeta, con 20 tantos en su zurrón, mientras que el exlevantinista es el segundo nombre en el apartado anotador. Además, hace tres semanas Sergio León cumplió una sanción con seis meses de delay: fue sancionado con cuatro partidos por un botellazo a un aficionado al final de un partido en El Molinón en octubre.
Otro de los futbolistas que han firmado un buen año ha sido Toño. Dueño del lateral izquierdo del Eibar, el de Alcalá de Henares se quedó el domingo con la miel en los labios. Los armeros partían la última jornada de la Segunda División como líderes y, por tanto, con ascenso directo, pero la derrota ante el Alcorcón dejó al equipo tercero y metido en el playoff de ascenso con peores ánimos que ninguno de los clasificados. El lateral puede emprender la misma ruta que Sergio León hacia Primera y eludir el enfrentamiento con el Levante la temporada que viene, aunque por la manera de caer a la promoción el Eibar es ahora mismo uno de los candidatos a quedarse por el camino.
La situación de Toño en el Levante era parecida a la del delantero del Valladolid en tanto que partía como descarte. Más bien, como patata caliente en manos del club granota, pues activó la opción de cortar su contrato de manera unilateral al no alcanzar los 75 partidos en sus últimas tres temporadas como levantinista. En la categoría de plata, su rendimiento ha sido notable a las órdenes de Garitano, con tres asistencias en 34 encuentros disputados.
Entre lesiones y falta de continuidad, no ha sido la temporada de Rochina en su regreso a Granada. Precisamente el de Sagunto, que ha bajado a Segunda junto al Levante y al que le queda una temporada más de contrato en Los Cármenes, volvió a la casa que dejó Roberto Soldado en la ciudad andaluza al intercambiar destino con el centrocampista. Rochina tardó en firmar por el cuadro de, entonces, Robert Moreno después de todo el verano sin equipo. Llegó tarde y ni siquiera empezó la temporada con su nuevo escudo. Una lesión de tobillo a finales de año y una rotura del tendón proximal del aductor en abril le han dejado KO. Otro curso peleando con la enfermería para el saguntino.
Más allá de los casos más sonados están los de tres futbolistas que este curso han jugado en dos clubes distintos. Doukouré empezó en Leganés pero acabó en Grecia. Tocado por las lesiones y sin continuidad en Butarque, firmó en el Aris de Salónica en enero. En la Superliga griega sí ha tenido más protagonismo, aunque le costó entrar en competición. Tiene contrato allí hasta 2024. Mientras tanto, Arturo Molina empezó en Segunda, en las filas del Fuenlabrada, después de rescindir con el Levante en julio. En el mercado de invierno cambió la capital por Santander para bajar una categoría... y ascender con el Racing.
Hernani, por su parte, tiene una historia distinta. Entre los dos equipos en los que ha militado esta campaña, en realidad, está el propio Levante. Se desvinculó una vez iniciada la temporada y habiendo sido excluído de entre los inscritos en La Liga. Para evitar males mayores y legales, se llegó a un acuerdo con el extremo portugués después de haberse marchado a entrenar en solitario a Lisboa. Estuvo sin equipo hasta navidades, cuando firmó por Las Palmas. Los canarios jugará promoción para ascender a Primera... pero será sin Hernani. Se recupera de una rotura de fibras que le tiene apartado desde marzo. Ha jugado, en total, cinco partidos.