Vicent Molins, Vicente Bau, José María Peris y Desmemoriats analizan el duelo frente al Zenit
VALENCIA. El Valencia se estrenó con derrota ante el Zenit en su vuelta a la Liga de Campeones, en un encuentro en que dominó y fue mejor que su rival, pero que acabó con derrota gracias a la efectividad de los rusos.
Los colaboradores de Plaza Deportiva muestran su visión sobre el encuentro en Mestalla.
VICENT MOLINS
Si atacas como la temporada pasada, a espasmos y a ratos, de manera grumosa, pero te muestras inseguro en defensa, descuidado y ligero, todo es más difícil; si el entrenador rival te lee mejor que tú a él y te anula desde el principio, todo se complica. El Valencia hizo una primera parte como una liebre en una carrera de los 1500 metros, voluntariosamente inane, arrasado por el Zenit cuando a ellos les convenía. En las buenas noticias: Enzo ya es Enzo y quienes lo quisieron descartar han perdido. André sigue siendo un magnífico conductor de la electricidad. El equipo da la cara hasta cuando se la parten ostensiblemente. Pero la cuestión es que estamos en la Champions y no se ven reflejos de grupo cosido y bien armado, sino un conjunto de buenas piezas arremolinadas.
VICENTE BAU
TODO EXTRAÑO
Partido de mil lecturas pero que tristemente las mil corren en contra del Valencia. El equipo blanquinegre se jugaba la vida y dejó que la suya volara hacia Rusia casi con absoluta consideración. El Zenit, más triste todavía, efectivamente era lo esperado. Poca cosa, vaya, un equipo que sufriría en la primera división española para seguir en los puestos altos. Y sí, el Zenit hizo tres goles a domicilio y eso es mucho decir. ¿Que perdió el Valencia? Sí, de acuerdo, ahora, visto lo visto sobre el terreno de juego tendríamos que hablar de qué Valencia fue el que cayó ante los rusos. ¿El de la Primera parte o el de la Segunda? Pues miren, francamente, el Valencia de los primeros 45 minutos no fue nada. Un simple espejismo. Tras el descanso llegaron los cambios y la 'revolución' de Nuno. Y sí, algo cambió, pero no fue suficiente. Negredo se hizo 'doble' con Alcácer pero esa acción del míster apenas se tradujo en algo notable. Sorprendente sí... pero no notable, apenas la tocaron. Pero ojo, entró el 'lesionado' André Gomes y el Valencia de pronto pareció otro equipo. Remontó los dos goles de desventaja pero en plena locura encajó el tercero. ¿Justo o injusto? Me da igual. Fue un resultado Champions, innegociable y peremne. Y sí, con ese resultado el Valencia empieza de pena la fase de grupos. Y como despedida una pregunta: ¿cual es el Valencia de Nuno el de la Primera o el de la Segunda mitad? Parecerse, con franqueza, no se parecían lo más mínimo.
JOSÉ MARÍA PERIS
Va, voy a hacer un ejercicio de originalidad. El resumen del partido en una frase de cómic. ¿Listos? Allá va: el Valencia fue Bruce Banner en la primera parte y volvió a serlo una vez marcado el empate. Y aquí podría acabar esta opinión, pero...
En líneas generales, me gustó el Valencia. Incluso en la primera parte, cuando el ataque -otra vez- estático propiciaba una circulación de pelota en la que el dominio era sin sentimiento, sin herir. Pero con esa falta de profundidad, pasa lo que pasa, las transiciones -otra vez- no se hacen con celeridad y tienes el cuello descubierto para que te muerdan a la yugular en la contra. Y eso pasó. Cancelo, que, entre otras cosas, entiendo que jugó ayer para medirse a Hulk en velocidad, no estuvo bien en el balance defensivo del primero de ellos. Y Hulk es un tío que necesita de ayudas defensivas para no pasar como un huracán por los campos que pisa. En la segunda parte, desatado el Valencia con los cambios de jugadores y de sistema, el brasileño fue ese regordete del que algunos se mofaban, siempre en el suelo.
Pero que el árbol no nos impida ver el bosque. Descontando el accidente del disparo a palo de Cancelo, con el portero de ellos comenzando su recital, la otra ocasión entre palos viene por un cabezazo de Piatti en el 42. Y la segunda parte, cortando el ancla del equilibrio que es y será Fuego, que es lo mismo que matar o morir, salió cara durante un momento, cuando la circulación era rápida, cuando el corsé de no atreverse a encarar y a desafiar duelos individuales se deshilachaba con violencia, con Cancelo y Gayá como puñales por fuera, ayudados por Feghouli y André por dentro.
Lo de Hulk, jugador de Champions con ese físico que Unai diría que está gordo, lo de André y los debates acerca de su presencia en el campo y las elecciones del sistema perfecto (1-4-3-3 vs 1-3-5-2 fueron las opciones de ayer, como lo vi yo) son las cuestiones efímeras que nos deja este reestreno en la realeza europea, donde vivimos unos momentos desbocados, pero al final un superhéroe nos dejó con cara de tontos y con mil palabras para seguir llenando nuestros debates de esta cosa importante de las cosas menos importantes.
DESMEMORIATS
Qué triste que te tengas que ir al descanso perdiendo 0-2 para que tu público empiece a animarte, a presionar al arbitro y a aplaudirte cualquier cosa. Hoy fue un ejemplo de cómo tener jugadores que desequilibren partidos te pueden ganar ellos solos un encuentro. ¿Es justo el resultado? Cuando mejor estabas, cuando arrinconado tenías al Zenit, llegó el 0-1 en una jugada aislada, misma lectura para los otros tres goles. Hoy nadie preguntará para qué se fichó a Ryan. Me queda esa maldad dentro de decir que con Alves, como mal menor, empatas. Hay Feghouli dependencia, en estos instantes el único capaz de hacer un regate e irse de su par. André Gomes la cambia la cara a este equipo, le aporta todo lo que no tiene, velocidad, profundidad y desborde, hoy la reacción duró lo que le duraron las pilas. Me preocupa es falta de intensidad, de ideas que se ve desde el primer día. En resumen, fue una pesadilla en Hulk Street