FÚTBOL FEMENINO | anáLISIS

El Levante enfoca la Champions y el Valencia nota la angustia de la zona de descenso

20/01/2020 - 

VALÈNCIA. Los papeles del Levante UD y del Valencia CF en la presente temporada de la Primera Iberdrola femenina de fútbol se sitúan en polos opuestos. Todo anda por las ilusiones continentales para unas y por las angustias del acercamiento peligroso a la zona de descenso de las otras.

Las levantinistas enfocan su segunda vuelta hacia esa puja, concretamente con el Atlético de Madrid, por la participación en la próxima edición de la Women's Champions League. Las valencianistas están en el grupo que debe luchar por la permanencia en la máxima categoría del fútbol femenino español. Las primeras mantienen una dinámica potente de juego y resultados; las segundas se muestran sin argumentos en su fútbol (o al menos cuando los muestran se acaban evaporando en sus partidos) y con una racha negativa de resultados de nueve jornadas consecutivas sin conocer la victoria.

Completada la jornada 17 de la liga femenina de fútbol (resta por completar de la primera vuelta la jornada correspondiente al fin de semana de la huelga por el convenio colectivo), con la segunda vuelta en marcha, el Levante es tercero con 33 puntos, solo cuatro por debajo del Atlético de Madrid (37), que ocupa una de las dos plazas que permitirían participar el próximo curso en la Champions. El Barça, líder con 46 puntos se escapa descaradamente para unas y otras y, salvo hecatombe, las catalanas alzarán el título a la postre.

El Levante se impuso son solvencia a la Real Sociedad, uno de los equipos también en buena dinámica que se quería meter en el mismo negociado, en esta última jornada. Resolvieron las granota su encuentro ante las donostiarras con un 3-0. Por su parte, el Atlético, que arrancó la jornada con seis puntos más que las valencianas, se midió al Sevilla, que fue por delante en una parte importante del partido, y acabó empatando (2-2). Cerrada la jornada, la diferencia es de cuatro puntos, pero además mientras las levantinistas se muestran meridianas y solventes, si bien pueden tener momentos de más brillo entremezclados con otros más prácticos, las madrileñas, vigentes campeonas de liga, siguen acumulando más dudas en sus encuentros.

En las últimas diez jornadas, el Levante ha registrado un balance de siete victorias, dos empates y una derrota (ante el Barça). Es decir, suma 23 de los últimos 30 puntos que ha disputado. El Atlético, por su parte, cuenta seis triunfos y cuatro igualadas, por tanto ha logrado 22 de los últimos treinta puntos. Parejos andan ambos equipos. El partido entre estos correspondiente a la segunda vuelta (en la primera ganó 0-1 el conjunto colchonero) será de vital importancia.

La cuestión es que la apuesta económica que el Levante UD SAD hizo hace dos temporadas por su sección femenina, si bien la pasada campaña no acabó de cuajar, aparentemente este curso con María Pry en el banquillo y los refuerzos y decisiones tomadas se va acercando más al objetivo doble: volver a colocar al Levante, uno de los pioneros del fútbol femenino español en máxima categoría, con un papel protagonista y clasificarse para Europa.

El Valencia, en caída libre

El Valencia está en caída libre. Un equipo, el dirigido por Irene Ferreras y su cuerpo técnico, que en una proyección de las diez últimas jornadas registra datos preocupantes en cuanto a cifras, pero que al tiempo, sobretodo en las últimas citas ligueras, ha venido acompasado por una falta igualmente preocupante en cuanto al argumentario de juego y las sensaciones que muestra el Valencia, salvo escasos brillos que se cogen con alfileres para defender que pudiera haber mayores merecimientos.

En clave de números, que es lo que suele mandar en el fútbol de élite en países como España -cuestión diferente sería, por ejemplo, Inglaterra en el que valen más los proyectos a largo plazo (otro debate es qué es justo y qué injusto)-, el Valencia cuenta un triunfo (ante el Tenerife, 2-0, el pasado 27 de octubre), tres empates (en las últimas cuatro jornadas), y seis derrotas. Eso significa una racha de nueve jornadas consecutivas sin conocer la victoria. En el tramo de las diez últimas fechas, las valencianistas han celebrado nueve goles y han encajado un total de dieciséis.

En su último partido, el pasado sábado, el Valencia recibió en el estadio Antonio Puchades al RCD Espanyol, último de la clasificación, que hasta el duelo ante las blanquinegras solo había sumado tres puntos fruto de los mismos empates. El Valencia se mostró con una cara bastante aceptable en el primer tiempo y otra desastrosa en el segundo. Jekyll y Hyde. El Espanyol logró su cuarto punto y cuarto empate. La cosa es que María Pi fue clave para que ese negociado no acabara en derrota como también sucedió ante el Deportivo de la Coruña.

Lejos queda aquello de los arbitrajes controvertidos, quizás dos acciones especialmente relevantes e incuestionables ante el Rayo y el Sevilla, o incluso justificarse tras las lesiones. El Valencia Femenino, todavía celebrando su década de existencia, pero que en su momento dio un paso firme importante para codearse en la zona noble y que celebró una tercera plaza, una cuarta o un subcampeonato de Copa de la Reina, ha ido cayendo. Tras la salida de Cristian Toro, quizás en una campaña de transición, se resolvió un meritorio quinto puesto. La pasada campaña el asunto descendió seriamente no solo por la octava plaza liguera y por caer a las primeras de cambio en Copa, sino también por un modelo de juego que se había esfumado.

Y en el presente curso, hasta la fecha, con los números subrayados en líneas más arriba, el Valencia ocupa la plaza número 13 (en una liga de 16) con un total de 14 puntos solo tres por encima del Betis (11), que cayó este domingo ante un equipo de nivel como el Deportivo. Las béticas ocupan la primera posición de descenso, mientras que el Espanyol, con cuatro unidades es último. La cosa es más preocupante porque, dejando a un lado los resultados, sin ir a esa cuestión simplista por momentos, pero clave a la postre, el argumentario de juego valencianista es frágil, insustancial, gris. Preocupante, pero hay tiempo como para virar y asegurar, cuanto menos, que no haya un disgusto mayor.

En clave de opinión

Ahora bien: si la situación requiere escrutar a cuerpo técnico y plantilla, la autocrítica también debiera ser extensible a todos los estamentos correspondientes. Normalmente, en fútbol, como en todo, cuando se transita por este tipo de caminos complejos y escarpados, no solo es cuestión de uno, de una parte, es más profundo el asunto. Lo mejor siempre es hacer autocrítica, analizar rápido, porque además la situación no permite pasividad, y tomar decisiones.

Por lo pronto, de media tabla hacia bajo los clubes se están moviendo, se decide y se ficha. Se utiliza la ventana de invierno para lo que está, para rectificar errores, entre otras cosas, así como fortalecer lo que se tiene. ¿Qué es necesario? Pues para poder decidir, elegir, y luego ya se verá si es en positivo o negativo, se necesita invertir. Es decir: dinero. ¿De dónde debiera salir? Pues el presupuesto que llega a la Fundación VCF, que luego destina al femenino, así como a otras áreas, procede del club: Valencia CF SAD. En el club, el presidente Anil Murthy, debiera recordar -o al menos alguien debiera recordarle- que no hace muchas temporadas el primer equipo masculino dejaba temporadas angustiosas, para nada acordes a la historia del club. Y por entonces era el Mestalla y el Femenino los que lograban temporadas de peso que el club ensalzaba, como debía ser, para subrayar lo positivo. En aquellos tiempos, como en cualquiera, cuando el primer equipo o el Mestalla ha precisado una inyección para fortalecerse en la ventana de fichajes de invierno, el propietario, generalmente, dio el paso. El caso es que ahora es el Femenino el que necesita esa inyección y el club debe responder. De lo contrario, como viene pasando en las últimas dos temporadas, más equipos les irán pasando por la derecha y por la izquierda.

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