VALÈNCIA. España, Tailandia, Indonesia, Austria, Jordania, Chipre, Rumanía, Finlandia, Andorra, Hong Kong, Catar, Arabia Saudí, Canadá y Gibraltar. Ese es el bagaje del futbolista español José Pedrosa Galán, un trotamundos del deporte que, a sus 36 años, ha jugado en catorce países de tres continentes y 23 equipos distintos.
“Aunque le cueste a la gente creerme, no sigo por el afán de batir ningún récord. De lo que sí tengo el afán es de seguir jugando porque mi objetivo es seguir disfrutando de la profesión más bonita del mundo, que es la de ser futbolista”, asegura en una entrevista con EFE Pedrosa Galán (León, 1986), ahora embarcado en su nueva aventura en Gibraltar.
Otros jugadores récord como el portero alemán Lutz Pfannenstiel, que jugó en 11 países distintos y 27 equipos, o el uruguayo Sebastián Abreu, que ostenta el récord Guinness como el futbolista con mayor número de fichajes con 31 clubes de 11 países diferentes, siguen la estela del español, que les supera en número de destinos.
“Soy muy perseverante, he creído mucho en mi sueño de ser futbolista y he ido a por ello”, añade el jugador, que arrancó hace 17 años como futbolista de la cantera del Atlético de Madrid.
En ese momento era un prometedor centrocampista que, en su etapa de progresión como capitán del filial del Almería, tuvo una grave lesión de rodilla que le truncó su evolución justo cuando apuntaba a un debut en Primera División.
“Debutar en Primera División lo podía haber cambiado todo. Llevaba cuatro años en el club, siendo capitán. Y nadie entendió la decisión del presidente de dejarme en la calle con el ligamento cruzado roto”, añade.
Pero ese duro revés le llevó a abrir su mente y empezar su periplo en el extranjero. Así, a partir de 2012 se convirtió en el primer español en jugar en Tailandia, Indonesia y Jordania. “La experiencia, los sitios, la gente, los países, los lugares que he encontrado…Eso no se paga con dinero, y encima haciendo lo que más me gusta que es jugar al fútbol”, explica.
Tras su primera etapa asiática, Galán regresó a Europa con el St. Polten austriaco donde llegó a jugar la final de Copa contra el Red Bull Salzburgo. De ahí probó en Jordania, y en las ligas de Chipre y Rumanía.
En 2016 regresó a Indonesia y poco después disputó la Liga Europa con el ROPS de Rovaniemi finlandés, antes de volver a España con el Hospitalet en la 2ª B española y con el Santa Coloma de Andorra, con el que jugó fase previa de la Liga de Campeones.
A continuación, de nuevo rumbo a Asia con la camiseta del Dreams de Hong Kong para pasar después a las ligas de Catar y Arabia Saudí.
“Nunca he tomado una decisión por comodidad. Siempre me he lanzado a la piscina, arriesgando. Nunca me he conformado con algo cuando no estaba 100% seguro y no me han dado miedo los cambios”, destaca.
Más tarde, en 2020 en Canadá, vivió la experiencia más dura de su carrera debido a la pandemia del coronavirus al tener que aislarse durante casi 2 meses en un hotel del que solo salían para entrenar y jugar, algo que le privó de ver a su mujer y su hija recién nacida. Una práctica que en 2021 se repitió durante otros 45 días.
“Estábamos en una burbuja en un hotel. Solo podíamos salir para entrenar y para jugar. Tenía una hija recién nacida de 3 meses, mi mujer sola. Se hizo muy duro. Es la parte más dura de mi carrera”, revela a EFE.
Este mismo año, con el nacimiento de su segunda hija recibió una oferta del Magpies de Gibraltar y decidió hacer las maletas de nuevo para estar más cerca de casa.
A sus 36 años, Galán se ha dado cuenta de que “cada vez cuesta más estar lejos” de sus padres y amigos y la parte personal empieza a pesar por encima de lo profesional.
Un trotamundos del deporte que ha vivido todo tipo de experiencias gracias al balón:
“Es donde te puedes expresar de verdad y conectar con compañeros con los que quizás no tienes nada en común o por la barrera del idioma no puedes expresarlo. Pero en el campo sí notas esa conexión, es donde de verdad te sientes libre y hace que todo merezca la pena”, concluye.