opinión

"Ganar al Madrid vale casi una temporada"

Por eso ganar al Madrid una tarde de febrero es un chute de alegría y autoestima colectiva. No es otra cosa más. Lo contrario sería celebrarle al Madrid las derrotas. Y no estamos para eso...

24/02/2017 - 

VALENCIA. Dice Rafa Lahuerta que ser antimadridista es una manera intensa de ejercer el madridismo. Concuerdo. También cuando se le gana al Madrid hay una manera madridcéntrica de celebrar la victoria. Por ejemplo profiriendo tonterías como “esto vale por casi una temporada”, “esto casi equivale a un título”. Esa manera de ganar no es otra cosa que comprarle el discurso al centralismo futbolístico más atroz. 

Ganar al Madrid, como al Barcelona, como a cualquier rival que por enjundia la confrontación resulte clásica, es una alegría al vuelo, una demostración de competitividad, una tarde de gracia. Dependiendo de todo aquello que esté en juego puede que sea incluso un punto de inflexión.

Pero ni vale una temporada, ni equivale a un título (aunque el goal average, eso sí, está encarrilado). Crecí en un tiempo en el que el valencianismo aprendía otra vez a saber cuál era su papel, volvía a mostrar su infinita rebeldía resistiéndose a ser animador de las ligas (hola Valdano), pasaba a luchar por ellas… sin anunciarlo, solo ejecutando rival tras rival. 

Por eso ganar al Madrid una tarde de febrero es un chute de alegría y autoestima colectiva. No es otra cosa más. Lo contrario sería celebrarle al Madrid las derrotas. Y no estamos para eso.

“Casi salva una temporada”, “casi equivale a un título”, ofrecen valenciólogos en tránsito. Se trata de un discurso letal para los intereses propios que hay que fumigar sin miramiento. Porque existe el riesgo de que la lejana propiedad, poco acostumbrada al repaso histórico, crea que sirve con eso. Porque puede que los futbolistas del Valencia tengan la tentación de ahorrar su energía para partidos escaparate, siguiendo ese mal hábito de tener al VCF por club trampolín. Es bien peligroso encajar la institución en las coordenadas del madridismo mediático y su operación ‘Levante la Liga’. 

No, no vale solo con eso. No aminora el destarifo. No equivale a ningún gran éxito. Sí es, en cambio, una muestra de lo que se puede, de la voluntad de alcanzar aquello que no se espera, de la capacidad de Mestalla para refugiar partidos. De lo que el Valencia debe ser normalmente. Sigamos.