VALÈNCIA. "¡Ostia!" dijo Samu Castillejo tras volver a reencontrarse con Gennaro Gattuso en un despacho de la ciudad deportiva de Paterna. El italiano le acababa de dar un manotazo en la espalda después de abrazarlo. "¿Has saludado a los chicos?", le preguntó el técnico al extremo malagueño. "Sí, los he saludado a todos", respondió Samu. Acto seguido, con una sonrisa en el rostro, Rino Gattuso le propinó una palmada para sacarlo del despacho y enviarlo a entrenar. "El míster es así", comentaría luego, entre risas, Castillejo en uno de sus primeros encuentros con la prensa: "Es un tío muy cercano con el futbolista, sabe tratar al jugador y eso gusta mucho. Llegué ayer temprano y ya me dijo que a la tarde tocaba entrenar".
El abrazo de oso, la media sonrisa en el rostro y la palmada a Castillejo definen a Gattuso como conductor de grupo. Temperamental, pero también cercano, empático y emocional con sus jugadores, dicen los que lo conocen. "A mí Gattuso no me ha dado ninguna colleja todavía, pero cuando lo veo venir me pongo alerta porque tiene la mano suelta y hay que estar atento", comentó Jaume Doménech en À Punt.
La elección de Castillejo al que le sacó el máximo partido en San Siro en el curso 2018-19, encaja con su perfil de entrenador rehabilitador. En su presentación como entrenador del Valencia, Gattuso explicó que no le importaba trabajar con jugadores que habían fracasado en anteriores clubes. Suele rescatar futbolistas perdedores. Ese fue uno de los titulares que dejó en la sala de prensa de Mestalla. En el cara a cara con el futbolista es donde destaca. Cuando quiere rehabilitar a un jugador o, simplemente motivarlo, suele encontrar las palabras adecuadas y da oportunidades a este tipo de futbolistas para ayudarlos a recuperar su nivel.
"Gattuso es muy emocional y cuando conecta con alguien, conecta de verdad", cuenta el periodista italiano Alain Valnegri, especialista en fútbol italiano de Movistar Fútbol. Eso explica el fichaje de Castillejo y la petición de Mertens, Politano y Bakayoko. "Bakayoko necesita la confianza de Gattuso para volver a ser el jugador que era. Se pelearon en el Milan, pero cuando Gattuso llegó al Nápoles pidió al centrocampista francés para reforzar la plantilla. "Bakayoko valoró volver a trabajar con Gattuso porque el técnico le había hablado muy claro. No me extraña nada que el entrenador haya pedido su incorporación para el Valencia", manifiesta Valnegri.
Su historia personal como jugador ya apunta a la cultura de trabajo en la que cree para superar obstáculos desde el banquillo. En Italia mucha gente se preguntaba qué pintaba Gattuso en el Milan que levantaba Champions y en la squadra azzurra que conquistó el Mundial de 2006 en Alemania. Pero allí estaba Rino. Un futbolista sincero que no engañaba en el campo: aportaba siempre el máximo. Siempre se ganó su puesto. Nadie le regaló nada. Desde su primer desafío, cuando salió de Italia muy joven para irse a jugar a Escocia ha sido un referente de trabajo y constancia en el terreno de juego.
Como técnico tiene muy presente la cultura de trabajo que le ayudó a engordar con títulos su currículo jugando al lado de tipos que lo dejaban muy atrás en talento y habilidades. "Transmite confianza, es carismático y cuando habla, el futbolista lo escucha porque es directo y dice las cosas a la cara", dicen en Paterna tras los primeros entrenamientos.
En el Valencia deprimido de Meriton, Gattuso parece el técnico idóneo. "Donde hay un ambiente sensible, Rino se convierte en el referente, en el capo. Descarga a los jugadores de responsabilidad, de la presión y carga con ella. En esto es un maestro", explica el periodista Enzo Palladini desde Mediaset Italia. "Mestalla es una plaza muy importante. Fallas un pase o un control y te pitan. A Gattuso esto lo motiva. Cargará con esa presión", agrega Valnegri.
Las primeras reacciones del vestuario tras dos semanas y media de convivencia con Gattuso indican que el entrenador maneja trabaja el aspecto motivacional. Y su discurso, algo bélico, habla de garra y camiseta. Y de disciplina. Es muy activo en el banquillo para motivar, dar confianza a sus jugadores y responsabilizarlos frente a la temporada.