VALÈNCIA. En la vida de un deportista influyen muchos factores en poder conseguir los resultados esperados y la lanzadora de martillo Gema Martí (19/07/2000 Gandía, Valencia), lo sabe bien. En 2018 le falló el sprint final en el momento crucial de la temporada por problemas físicos y psicológicos que le impidieron alcanzar sus retos más importantes. Este verano tiene la oportunidad de resarcirse en el Campeonato de España y el Europeo Sub-20.
Cuando escuchas a una deportista decir que practica el lanzamiento de martillo, una disciplina poco conocida y mediática del atletismo, es inevitable preguntarse cómo acabó dedicándose a ello de manera profesional. Gema cuenta a Plazadeportiva.como sus inicios: “Empecé en el atletismo en la escuela base, ahí realizaba todo tipo de disciplinas del atletismo, y tal vez la que menos atención me llamaba eran los lanzamientos. Pero en una liga de clubes tuve que hacer lanzamientos y desde entonces ahí me quedé, aunque sobretodo lo que más me ató a este deporte fueron mis compañeros”.
Las personas de las que te rodeas suelen ser un componente importante a la hora de elegir la forma en la que empleas tu tiempo y ahora, lo que empezó como una afición, es una parte esencial en la vida de Gema. La valenciana ha tenido grandes logros como haber quedado octava en el mundial de Kenia y haber batido la mejor marca española de todos los tiempos U18, ambos en 2017. Los éxitos de los que la deportista del Proyecto FER más se enorgullece.
Sin embargo, a un 2017 glorioso pasó a un 2018 “bueno” pero “agridulce”. Gema explica que “me encontraba cursando segundo de bachillerato y al principio no lo notaba mucho, pero en la temporada de verano que es donde más fuerte hay que estar, tal vez fue en el punto donde peor estado físico y psicológico tuve durante la temporada, debido en gran parte a los estudios”.
Este es uno de los grandes dramas de jóvenes que practican deportes minoritarios a gran nivel y es que no pueden descuidar sus estudios. Segundo de bachiller suele ser el más complicado. Aunque ahora Gema ya ha pasado esa época y estudia Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, compaginarlo con el deporte sigue sin ser fácil: “No sabría decirte exactamente cómo llego a compaginarlo todo, son muchas horas de entrenamiento y los estudios no son fáciles. Estudio una carrera en Valencia, pero a su vez sigo viviendo y entrenando en Gandía, lo que supone tener que levantarme ciertos días de la semana a las 5 de la mañana para poder acudir a la universidad”.
Pero, al final, Gema llega siempre a todo. La valenciana se define a sí misma como una “cabezota” porque “intento ir a por todo lo que me propongo y muchas veces cuando no lo consigo me enfado”. Una constancia que le permite sacrificarse “mucho” diariamente, “de la cual cosa no me arrepiento, porque al final todo se compensa”.
La principal ambición de la gandiense en este 2019 es poder sentirse realmente “satisfecha” con los resultados para que le den un impulso y “empezar más motivada el 2020”. Y eso pasa por sus próximos retos: “Ahora estamos con las ligas de clubes. Después en julio el primer fin de semana se disputará el Campeonato de España Sub-20 y seguido el Europeo Sub-20”. En esta última competición le gustaría poder acabar finalista.
Las aspiraciones de Gema van mucho más allá. “Yo creo que, como cualquier deportista, espero poder llegar a vivir unas Olimpiadas, pero para ello hay que trabajar mucho aún”, admite la valenciana. El espejo en el que se mira cada día está una deportista que, aunque no practica el lanzamiento de martillo, su disciplina tiene mucho que ver con una característica que comparten: la fuerza. La halterófila Lydia Valentín es la referente de Gema por “su trabajo duro y a dónde ha ido llegando poco a poco”.
La ayuda del Proyecto FER permite a deportistas como la atleta valenciana poder ver un poco más cerca la forma de cumplir sus sueños. “El proyecto FER te cede ayudas, son personas que están ahí día a día por si necesitas algo y hacen un poco más ameno la vida de un deportista”, agradece Gema.