VALÈNCIA. Nos adentramos en un verano que es más de lo mismo. Nueva planificación condicionada por las limitaciones de Singapur, poca autonomía por parte de la dirección deportiva y un entrenador con muchas preguntas sin resolver porque su interlocutor no tiene todas las respuestas. Meriton ya no esconde sus cartas respecto a sus ambiciones deportivas y en un club donde prima lo económico por encima de la pelota, solo hace falta mirar a las últimas temporada para observar el 'modus operandi' que va a trazar el Valencia CF.
Si analizas un poco los pasos a seguir del Valencia CF desde que se quedó fuera de Europa y tuvo la orden de Peter Lim de aplicar una política restrictiva de recortes económicos, el guion es muy parecido todas las ventanas. El objetivo deportivo está claro: permanecer en Primera división para no perder los ingresos televisivos que pongan en jaque el futuro del club.
En cuanto a la planificación deportiva, la hoja de ruta está también marcada. Una venta, como mínimo, importante con el objetivo de recaudar liquidez para afrontar los pagos que tiene el Valencia CF a su plantilla, otros clubes o entidades financieras fruto de la negligente gestión de su máximo accionista.
Luego llegan los pasos a seguir en el mercado, que también siguen una tónica habitual. El Valencia CF sondea decenas de jugadores, para conocer todas las condiciones económicas para afrontar la operación. Eso sí, generalmente, pide al jugador que espere a que se realice una venta importante para que Peter Lim autorice reinventir un cantidad, que suele ser siempre inferior al 50% o 60% del dinero recaudado, para reforzar la plantilla.
Por el camino, varios de los jugadores que has 'tanteado' acaban hartándose de esperar y firman por otros equipos. Una vez el Valencia CF mueve ficha con la incorporación de uno o dos jugadores, opta por agotar los plazos de mercado en busca de obtener las mejores condiciones económicas o que aparezca alguna oportunidad de última hora. Mientras tanto, el entrenador intenta exprimir al máximo lo poco que dispone en pretemporada e intenta amoldar lo antes posible a los fichajes que llegan entre el 25 de agosto y el 1 de septiembre. Y por supuesto, alguno de los jugadores que te esperan todo el verano también ven como su aspiración por jugar en el Valencia se desvanece por el cambio de opinión de algunas de las partes. Rafa Mir o Bryan Gil son algunos ejemplos recientes.
Y los veranos siguen pasando... pero nadie -Layhoon, Inma Ibañez o Solís- saben decir una fecha en la que acabará esta situación financiera tan delicada por 'culpa', principalmente, del covid. Sin una línea de meta a corto plazo, la pregunta que debe hacerse el valencianista es: ¿Hasta cuándo?