bombeja agustinet! / OPINIÓN

Haters

20/09/2021 - 

VALÈNCIA. El Vila-real, un equipo diseñado a golpe de talonario (y de buen hacer) para ser de Champions, lleva cuatro partidos y cuatro empates, y 0,5 goles por partido, y eso que aún no ha jugado contra el líder, el Real Madrid que sólo ha cedido un empate hasta la fecha… en Orriols, donde estuvo contra las cuerdas. Nosotros también: cuatro empates… y una derrota, cuatro puntos que saben a poco, a muy poco, que merecen la destitución del mestre, porque los demás no juegan ni tienen sueños ni aspiran a la victoria, son sparrings sin fuelle ni alma y, pese a ello, nosotros a: no sabemos cerrar los partidos; b: no aprovechamos el balón parado; c: tenemos una preparación física nefasta; d: no hacemos bien los cambios y e: somos un desastre en las transiciones. Por no hacerlo más largo. El resto de equipos, sin embargo, no cometen errores (como el del Elche, que propició nuestro empate). No recuerdo dónde leí o escuché, quizá mil veces, todas bien argumentadas, que en el fútbol, sin errores del rival, todos los partidos acabarían 0-0, pero eso da igual, porque somos el Llevant, el equipo que nació en el Cabanyal, que sobrevivió de forma ímproba ante tanta adversidad y tanto yunque y que postergó su destino de consolidarse (más o menos) en la élite hasta el siglo XXI. Y todo eso, amigos, no es cualquier cosa.

Dejemos la ironía, respiremos hondo y vayamos al grano: es muy probable que la noche del martes el Llevant resucite a un Celta que suma un solo punto y tiene un guarismo capicúa respecto al grupo granota: un empate y cuatro derrotas. De todos es bien sabido que, además de todos los defectos anteriores, los que están por venir y los que no ha faltado enumerar, nuestro equipo tiene la (mala) costumbre de resucitar a los rivales hundidos. Si los del Celta, que lleva 56 temporadas en Primera y que ha jugado 80 partidos de competición europea, fueran gente de bien, deberían tirar la temporada después de cinco jornadas sin éxito y venir a Valencia sin ilusión, entregados, vencidos porque somos el fucking Llevant, tenim el cor encés en flames y les deberíamos meter siete. Y si no es así López ha acabado su ciclo levantinista. Y si es así también, porque todo habrá sido fruto de la suerte y de que el Celta se ha dejado y es un cadáver.

Porque no es suficiente jugar mejor, crear más ocasiones y merecer la victoria, como sucedió en Elx… No, no, nada de eso. Hay que hacerlo arrasando, por goleada, como si el rival fuese de fútbol de empresas, y si no lo haces es porque te has dejado a Roger en el banquillo, el futbolista que más se mata a correr del equipo y que está llamado a ser decisivo tres días después… y quizá necesite descanso. Y también, claro, porque no fichaste a Lucas Pérez en el mercado de invierno y sí lo hizo el Elche y el destino te ha castigado y te ha marcado un golazo, en uno de los dos únicos tiros del equipo ilicitano (igual de valenciano que el nuestro, señores de Movistar), después de una carambola rocambolesca que lo dejó solo ante Cárdenas. De paso, matemos al chaval también, que además de que Lucas es un fuera de serie y, ya ves, no lo fichamos, Cárdenas debió hacer más, cuando la realidad es que cubrió la portería bien y Pérez la metió por el único milímetro libre. Culpa de Paco, por cambiar de portero en el once. Pero sobre todo la culpa es de Duarte. Ni siquiera por su despeje defectuoso, sinó por la mala fortuna en el despeje posterior. El chico no es santo de mi devoción pero esta razzia permanente empieza a ser grotesca.

No sufráis, haters de los palos de las banderas del Mos del fotut. Ni cotiza que resucitamos al Celta. Pero en breve jugamos en el Camp Nou, el escenario perfecto para truncar esta racha con una victoria de prestigio (aunque el Barça ande de capa caída), de esas que tampoco os gustan porque son puro artificio y sólo sirven para avalar la continuidad de López en el banco.

I avant, sempre avant!

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