El atleta del Proyecto FER ha sufrido un año muy duro de lesiones y recaídas que le han impedido conseguir sus objetivos pero que le ha servido para fortalecerse mentalmente y regresar con más ganas
VALÈNCIA. Las lesiones son parte casi inherente del deporte que prácticamente todo profesional acaba sufriendo tarde o temprano. Que se lo digan a Héctor Gasulla (24/03/2001, Castellón de la Plana). El atleta del Proyecto FER vio sus objetivos truncados este pasado año al sufrir toda una serie de lesiones y recaídas que frenaron su progreso y así, sus aspiraciones. Mucho ha aprendido el joven de esta etapa, quien ha vuelto esta temporada más fuerte que antes.
Con el año nuevo toca hacer balance del anterior y para Héctor no ha sido especialmente agradable: “Mi 2018 no ha sido un buen año, lleno de lesiones y recaídas que no me dejaron estar en el nivel que me hubiese gustado estar. Con lo que me quedo este año es lo que estas lesiones me han enseñado. Ahora valoro más el hecho de llegar a las pistas, poder entrenar mejor y aprovechando más cada oportunidad”.
Una fase que le ha permitido pulir una de las facultades más importantes para cualquier deportista y que bien le servirá de ahora en adelante para conseguir lo que se proponga pese a las dificultades. Después de la pasada temporada, el castellonense se considera un “atleta fuerte a nivel mental que no se rinde”. Eso, añadido a sus capacidades de “no tenerle miedo a sufrir, la automotivación y la positividad antes los malos eventos”, Héctor se está convirtiendo cada vez en un atleta más maduro y completo a sus casi 18 años.
Habiendo dejado todo lo malo atrás, solo queda prepararse para lo que viene y mirar hacia los próximos retos con ilusión y optimismo. El deportista del Proyecto FER explica que “en este año en pista cubierta espero volver a ponerme a mi nivel y darlo todo en el campeonato de España para acabar en la mejor posición posible. En aire libre en el campeonato de España mi reto es acabar en uno de los tres primeros puestos y así clasificarme para el encuentro de pruebas combinadas sub’20”.
Lo más importante para el atleta del prestigioso club Playas de Castellón son las sensaciones. “Espero en este año, en la pista poder rendir a mi mejor nivel superándome en cada competición cuidando mi físico para poder lograr todo lo que me proponga”, indica Héctor. Sin embargo, sus objetivos para este 2019 trascienden al deporte: “En el ámbito de los estudios tengo que superar el curso con buena nota y las pruebas PAU (Pruebas de Acceso a la Universidad) para poder estudiar lo que quiero”.
Y es que Héctor cuida especialmente los estudios. Procura que la escuela no afecte al deporte y viceversa. Tiene muy claro lo que quiere: “Lo de compaginar estudios y deporte de momento lo llevo estupendamente ya que nunca he faltado a un entrenamiento para quedarme en casa estudiando, algo de lo que estoy orgulloso. Sacrificios hay que hacer todos los días como dormir menos de lo que me gustaría para estudiar, repasar o hacer trabajos para clase, pero al final vale la pena así que no cuesta tanto”.
Siendo tan constante y teniendo las ideas tan claras, Héctor tratará de llegar a lo más alto en su doble vida. El castellonense confiesa que “deportivamente hablando aspiro a competir con la camiseta de la selección española en la categoría absoluta, ese sin duda es mi sueño”, y en la vertiente profesional “me gustaría marcada tener mi propia empresa relacionada con la ingeniería informática”.
Para conseguir lo primero está siguiendo los pasos, más de cerca imposible, de otro deportista del Proyecto FER. “Jorge Ureña es mi referente ya que siendo de donde es y con las infraestructuras que tiene haya llegado donde ha llegado y lo que le queda por conseguir si sigue así. Sobre todo por su carácter de luchar hasta el final siempre y mostrando con sus fallos que es una persona normal que todos podemos hacerlo pero sigue sin rendirse temporada tras temporada”, admite el atleta.
Ambos son claros ejemplos de lo lejos que se puede llegar con la ayuda indicada. En este caso, la del Proyecto FER: “Sobre todo visibilidad ya que ayudan a deportes minoritarios dándote a conocer, por ejemplo, en redes sociales. También la ayuda que te aporta saber que alguien te sigue y esta pendiente de ti es un apoyo y una motivación día a día”.
Como anécdota, aunque en ocasiones no tenemos muy claro cuál es nuestro camino, siempre hay alguien que nos conoce más que nosotros mismos o que ve algo que no somos capaces de ver. Eso le ocurrió a Héctor de pequeño para acabar siendo toda una promesa en las pruebas combinadas. “Empecé con siete años entrenando con más niños de mi edad y tomándomelo más como un juego que como un deporte. Yo iba a las pistas a pasármelo bien, nada serio. El año antes de pasar a la categoría Sub’16 tenía que elegir una disciplina para entrenarla más seriamente. Hasta entonces ninguna prueba se me había dado especialmente bien así que no tenía claro qué prueba elegir. Cuando me comunicaron que me había elegido la entrenadora de combinadas no me lo pensé dos veces y aquí sigo”.