VALÈNCIA. "He vuelto para quedarme". Con esta frase, pronunciada mientras firmaba autógrafos con su "mano catastrófica", la derecha, en la reunión de Hengelo (Holanda), Bruno Hortelano ratificó este domingo su regreso por todo lo alto a la velocidad, veinte meses después de su accidente de coche.
El mejor velocista español de todos los tiempos (10.06 en 100 metros, 20.12 en 200), reanudó el romance con su distancia predilecta, los 200 metros, con un segundo puesto en los FBK Games y un tiempo de 20.35 segundos que por el momento le sitúa tercero en el ránking europeo del año.
Sólo el turco Ramil Guliyev -actual campeón del mundo- (20.11) y el británico Zharnel Hugues (20.23) le preceden en el ránking continental de 200 metros.
Los jueces tuvieron que examinar detenidamente la foto de llegada para dilucidar que el ganador había sido el sudafricano Luxolo Adams con un crono de 20.34. Hortelano, que en los últimos metros le comía el terreno a ojos vistas, cruzó la meta una centésima después.
No hubo, por tanto, duelo Hortelano-Churandy Martina. El holandés, que hace dos años cedió en Amsterdam el título europeo a Bruno al ser descalificado, estaba también en carrera, pero falló. Nunca participó en la refriega por la victoria. Corrió por la calle siete, justo a la derecha del español, y acabó sexto con una marca de 20.85.
En veinte segundos Hortelano había despejado todas las dudas. Se había dicho que los destrozos óseos, musculares y tendinosos que sufrió en la mano derecha podrían ser un pesado lastre en su carrera; que ya no volvería a ser el mismo, el Bruno que irrumpió en el atletismo español como elefante en cacharrería para arrumbar complejos.
Desde 2010, cuando se decidió por la selección española, atendiendo la petición de la Federación para competir en los Mundiales júnior, Bruno ha roto clichés y desterrado tópicos.
Era su primer 200 desde el accidente de tráfico que sufrió en Madrid en septiembre de 2016, el examen definitivo para calibrar si aquella calamidad le dejaría secuelas físicas, puesto que nadie dudaba de su fortaleza mental.
Una marca de 20.35 con viento contrario (0.9 m/s) y cediendo por una sola centésima ante un hombre, Adams, que ya ha corrido este año en 20.01, constituye un sólido argumento en favor de Bruno, que en su primera salida de la temporada en 200 ya ha sido más rápido que en la final de los Europeos de Amsterdam, el 8 de julio de 2016, donde se coronó con 20.45 (tras la descalificación del ganador, Martina, por pisar fuera de calle).
Por la calle seis, con la mano derecha protegida por un guante negro, Hortelano hizo en Hengelo una carrera perfecta, recortando diferencias con Adams en la recta hasta poner en serios aprietos al sudafricano.
En 2016, la mejor temporada de su vida, Bruno había logrado por estas fechas la misma marca (20.35) en el Gran Premio Mohamed VI de Marruecos. Luego fue campeón de Europa, semifinalista olímpico y batió los récords de España de 100 y 200.
La de Hengelo ha sido la tercera carrera de Hortelano desde su reaparición y la primera de 200 metros desde el 17 de agosto de 2016, cuando corrió la tercera semifinal olímpica en Río.
Antes de Hengelo, Hortelano planificó un aterrizaje suave en las pistas, después de tanto tiempo. Regresó el pasado 19 de mayo en Tenerife en un 400 sin compromiso, frente a corredores modestos, pero mejoró su marca personal con 45.96 y una semana después, en Oordegem (Bélgica), volvió a rebajar su récord (45.67).
Hortelano ha necesitado veinte meses para recuperarse del golpe, de la "mano catastrófica" que le dejó el accidente, pero ha vuelto.
Este martes, el atleta nacido por casualidad en Wollongoon (Australia), donde trabajaba su padre, hace 26 años, se reunirá por videoconferencia con su entrenador, el estadounidense Adrian Durant, su representante, Alberto Armas, y el resto de su equipo para decidir cuál será el paso siguiente.
Podría ser el 22 de junio en el mitin de Madrid, de grato recuerdo para Hortelano. La última vez que compitió aquí, el 23 de junio de 2016, batió dos veces en una hora el récord de España de 100 metros, primero con 10.08 en semifinales y luego con 10.06 en la final, rebajando en 8 centésimas la plusmarca de Ángel David Rodríguez.