VALÈNCIA. Inglaterra -campeona del Mundo en 1966- y Suecia -subcampeona en el 58-, los dos últimos equipos en lograr el pase para los cuartos de final del Mundial de Rusia 2018, tendrán la oportunidad de reencontrarse con un pasado más glorioso en Samara, donde se medirán, a orillas del Volga, el próximo sábado.
Inglaterra buscará su tercera semifinal en la historia de este torneo tras ser la última en clasificarse para el cuadro de los mejores ocho, al eliminar, el martes, tras una prórroga (1-1) y en los penaltis, a Colombia, en el estadio Spartak de Moscú.
Suecia, que antes había eliminado a Suiza (1-0) en San Petersburgo, apuntará en Samara a su quinta semifinal. Una ronda que ambas selecciones disputaron por última vez el siglo pasado.
Ocho años antes de que el equipo de los 'tres leones' alcanzase su máxima gloria, festejando título ante su afición en el estadio de Wembley, Suecia se quedó a las puertas en el torneo que organizó en 1958.
Los suecos ya habían alcanzado las semifinales justo antes y después de la II Guerra Mundial, que supuso que entre Francia'38 (torneo que acabaron cuartos) y Brasil'50 (terceros) discurrieran doce años sin fases finales de la Copa del Mundo de fútbol.
En 1958, tras eliminar a Alemania (3-1) en el penúltimo partido, no pudieron aprovechar su condición de local, porque chocaron con Brasil, que celebró el primero de sus cinco títulos gracias a un tal Pelé, que a los 17 años despuntó en los partidos decisivos, en los que marcó seis goles: uno en cuartos, tres en la semifinal (5-2, a Francia), y otros dos en la final, en el estadio Rasunda, donde la 'canarinha' (con dos tantos más de Vavá y otro de Zagallo) le metió 5-2 a un equipo en el que destacaban Agne Simonsson y Kurt Hamrin.
Cabe reseñar que no fue Pelé el máximo goleador de Suecia'58. Ese galardón recayó en Just Fontaine, principal contribuyente al tercer puesto de Francia en ese campeonato, con 13 goles: un récord que tardará en igualarse.
Suecia jugó su hasta ahora cuarta semifinal en el Mundial de Estados Unidos, en 1994. Romario acabó con el sueño nórdico (1-0) antes de que Brasil le ganase la final en los penaltis a Italia y de que Suecia golease (4-0) a Bulgaria en el partido por el tercer puesto.
Inglaterra recibió su única copa de campeón en 1966 de manos de su entonces jovencísima reina, Isabel II, que le entregó el Trofeo Jules Rimet -como se denominaba entonces- a Bobby Moore, capitán de un equipo en el que brillaba otro Bobby, Charlton; y en el que también jugaba el hermano de éste último, Jack.
La Alemania capitaneada por Uwe Seeler y en la que ya destacaba un joven Franz Beckenbauer -que alzaría la primera Copa con el diseño actual, ocho años más tarde, en su país- forzó la prórroga, a la que se llegó con empate a dos. Pero Geoff Hurst se convirtió en el hasta ahora único autor de un 'hat trick', con gol 'fantasma' incluido, en una final de un Mundial (4-3). E Inglaterra se inscribió en el historial.
Desde entonces, sólo regresó una vez a semifinales, en 1990. Tras consumar su tercera prórroga seguida en el torneo, en el penúltimo choque, sin goles, Inglaterra cayó en los penaltis ante Alemania. Que acabó ganando ese torneo y evitó un segundo título seguido de la Argentina de Diego Armando Maradona al derrotarla en la final (1-0).
Con el ganador del Rusia-Croacia como rival en la semifinal que se disputará en el Luzhniki de Moscú, que también será sede de la final, tanto Suecia como Inglaterra están ante una oportunidad de hacer, de nuevo historia. Esa oportunidad pasa por Samara, la sexta ciudad más poblada de Rusia, el próximo sábado.